Marzo 16 de 1476, los días pasaban como si se tratara de de minutos, las tareas eran interminables a la vista, en los últimos días las cosas se habían complicado mucho más.
Las órdenes tenían que cubrir cierto territorio, si bien eran del mismo bando, no parecían querer cooperar, por el contrario, los rumores de que un demonio pasaba sus días ahí, se esparcieron por distintas ciudades y pueblos.
Sin escuchar la versión de los lobos de hielo. Una orden de caballeros con armaduras de un metal ligero, intentaban abrir a la fuerza la puerta principal.
Viendo desde un ángulo elevado, podían notar que no eran demasiados, aproximadamente treinta o cuarenta hombres. Seguramente habían ido hasta allá por cuenta propia sin dar aviso a su capitán.
Seria fácil lidiar con ellos, pero el estandarte que llevaba uno de esos hombres tenía el emblema de una reconocida orden, talvez, la orden con mayor mérito hasta ahora.
El emblema era una hiena, el depredador que nunca está satisfecho, eso encajaba muy bien con ellos. los rumores decían que en esa orden, todos eran despiadados y que no temían a nada.
Alice intentó hablar con ellos, pero sólo querían entrar para ver a ese demonio. Sin importar el método, tenían que descubrir si se habían aliado con esa bestia o si estaban ocultando información. ¿Como podían saber que estaba ahí?, la duda no salía de su cabeza, alice pensó que podría haber un traidor entre ellos, si ese no era el caso, podría ser que algunos no estén muy seguros de mantener a Sara ahí.
Como sea, estos hombres desconocen la apariencia de esta bestia, seguramente esperan ver una de esas cosas con las que tienen que lidiar, pero Sara se ve como una chica normal de veinte años.
Estaba atardeciendo y estos hombres perdían la paciencia, la puerta fue derribada e ingresaron empujando a todo aquel que se le cruzara. Investigaron habitación por habitación, investigaron celdas y nada había ahí, ¿solo rumores?, ¿todo era una pérdida de tiempo y tendrían que pedir disculpas?, pese a ser de naturaleza violenta, el hombre que lideraba este grupo se disculpó con todos, sin saber que la "bestia" que buscaban, estaba frente a el.
La noche se hizo presente, parecía que todo había terminado como un malentendido.
habían decidido olvidar todo tomando unos tragos y se estaban preparando para volver, fuera de lo que se veía como un Coliseo, la base de los lobos de hielo. Todo estaba muy ruidoso, pensaban que eran los guardias que estaban ebrios, debían salir para llamarles la atención.
Al salir hasta afuera, nada era como lo imaginaban, una luna roja iluminaba el cielo nocturno, esto parecía tener un efecto en estas bestias, volviendolas aun más fuera de control. Todo estaba hecho un total caos, se asemejaba con la noche en que salieron de la grieta. En este punto, "disaster" o "la noche eterna" volvería a suceder.
Incontables cuerpos caían sobre el suelo, literalmente se los estaban devorando. Eris apenas podía defenderse con longinos en sus manos, alice con una expresión de dolor y culpa, ordeno que todos se retiren. Tanto el cielo rojo como el suelo estaba repleto de esas bestias sedientas se sangre.
Nathan estaba muy inquieto, no solo por lo que estaba viendo. Sara notaba este comportamiento, lo había visto antes en la torre, este chico tenía algo pensado, pero no se veía muy seguro.
Solo un par de segundos bastaron para que reaccionara, si tenía que hacer algo, debía ser ahora.
Nathan— ¡sara!, dijiste que hubo un sello que fue roto, ¿cierto?
Sara— si, ¿qué pasa con eso?
Nathan— entonces solo se necesita uno nuevo.
Alice— ¿cómo piensas hacerlo?, no sabemos quiénes o como lo hicieron.
Nathan— tu nombre...dime tu nombre real, si un trato puede crear un nuevo sello, entonces haré uno
Todos quedaron en silencio ante esas palabras, de todos los que habían ahí, solo las hermanas y sara comprendían el significado de eso.
Sara— si-si haces eso, ¡sabes lo que te pasará!, le prometiste a iris que regresarías a salvo.
Nathan— que me perdone por no cumplir mi promesa, pero esto es más importante, por favor, Sara.
Conocía muy bien esa forma de actuar, la terquedad de su padre y la bondad de su madre, dos características destacables que heredó de ellos, sara se rindió, con voz entrecortada reveló su nombre.
Nathan inmediatamente la tomo de sus manos y comenzó a decir unas palabras ofreciendo su cuerpo, de repente sintió como su conciencia se iba y cayó al suelo.
No pudo terminar de hablar, él fue fuertemente golpeado.
Una mujer mayor repitió esas palabras y continuó con el resto, "quiero un nuevo sello, quiero que conserves ese cuerpo, quiero...volver a verlo. Lilith"
Quien completó el trato fue eris, tuvo varias razones para hacerlo, nathan era muy joven aún y tenía un largo camino por delante, segundo, ella conocía la sensación de ver morir a la persona que quería delante de sus ojos, no podía dejar que Sara, mejor dicho, no podía dejar que Lilith viviera eso...por último, su frase final, un deseo egoísta, pero el más anhelado y sincero de su corazón.
Cuando Nathan despertó, el sol comenzaba a salir, era el inicio de un nuevo día, le contaron lo que sucedió, el sello fue creado, sara era mitad demonio por continuar en el cuerpo humano, por lo tanto el sello no le afectó. Ahora solo quedaba inventar una historia para el resto de personas y restaurar todo lo perdido, así como también, despedir a los caídos.
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Editado: 07.08.2021