Notas
Día n°2
Volvimos a toparnos, nuevamente me dejaste mirarte, hasta te sonreí.
Tú, al contrario de otras chicas, correspondías a mis gestos insinuantes, pero no había coquetería de parte tuya, sólo dulzura. Y yo no podía ser menos caballeroso, debía estar a tu nivel.
Yo sabía que para llegar aquí debías pasar por este andén, luego, cuando tu día acabara tendrías que estar en el de enfrente para volver a casa.
Te escribí, dejé aquella nota entre el frío fierro y el asiento que éste sostiene; tú notaste mi acción.
¿Cuál es tu nombre?
Esperé con ansias tu respuesta.