Un condenado rayo de luz ardiente se colaba entre las cortinas de la ventana, apuñalándome en el ojo, probablemente con la maligna intención justiciera de castigarme por lo que había hecho aquella madrugada. Bostecé y miré a mi lado. Yoongi seguía durmiendo. Sus pequeños labios estaban entreabiertos y su brazo derecho estaba sobre mi vientre. Acaricié su cara. Nada había cambiado entre nosotros.
Pero... Bueno, probablemente sí la forma en la que miraría a Jin y a Jimin. Al pensar en esto, mi estómago se contrajo, llevando los restos del vino agrio a la boca de mi estómago.
Me llevé las manos a la cabeza, sintiéndome enferma. Lo que había hecho no tenía perdón. No podía acusar al alcohol (que ahora se devolvía por mi garganta, quemándome dolorosamente) de mi irresponsabili... ¡Mierda! ¡No habíamos usado protección!
Salté de entre las mantas y remecí a Yoongi.
—Yoongi, por el amor de satán despierta... ¡YOONGI!
—Diablos, enana, cállate... me duele la cabeza...
—Yoongi, no usamos protección ¿me oyes? —Yoongi abrió los ojos.
—Mierda.
—Sí, exacto. Mierda. Ni tú ni yo queremos un crío. Así que- Yoongi me atrapó con sus brazos y me llevó de vuelta a la cama.
—Cálmate. Está todo bien. Iremos a comprar la pastilla del día después y verás que va a estar todo bien. Tranquila. Quédate un poco más en la cama. Además, tienes resaca. Tu cara lo dice todo.
—Hazme sopa para la resaca. Puede que esté embarazada. Cuídame. —Le exigí, haciendo un puchero y frunciendo el ceño. Yoongi se rio tanto que casi se le salen los mocos.
—Eres una enana manipuladora. ¿Lo sabes, ¿verdad? —Dijo inclinándose y dándome un beso en la mejilla. Tendí los brazos a su cuello y ambos nos miramos a los ojos, visiblemente conscientes de lo que habíamos hecho la noche anterior. Yoongi recorrió mi rostro con su mirada, deteniéndose en mis labios y regresando a mis ojos.
—Fue un buen paréntesis. —Dijo en un susurro ronco, lamiéndose los labios. Toda mi piel se erizó al oírlo— Deberías haber visto tu cara cuando dije eso. —se rio él, apartándose con suavidad y levantándose de la cama— te haré sopa. Ya vuelvo.
Me acurruqué entre las mantas pensando en qué había sido eso. De pronto... ¿encontraba atractivo a mi mejor amigo? Me tapé el rostro con las manos. No, no podía. Él y yo no podíamos estar juntos. No podía hacerle daño. El recuerdo de Taehyung seguía siendo una herida abierta en mi alma, y además yo amaba a Jin y él a Jimin. Teníamos que mantener esa amistad como estaba a toda costa, y no transformarla en algo más.
De pronto recibí un mensaje de texto. Era Jin. La cabeza me dio vueltas con tan sólo verlo. ¿Debía decirle lo que había hecho...? Si lo hacía, jamás me perdonaría. No, tendría que ocultarlo. Al fin y al cabo... no se trataba de nada romántico, sólo eran caricias entre dos amigos. Nada más que eso. Si lo veía así, no había nada que temer.
Jin.
Daphne
¿Estás bien?
¿No quieres que te lleve a clases hoy?
Tengo el día libre.
09:45
Mierda. Había olvidado que había quedado con Jin para ese día... Pero no me sentía capaz de verlo aún.
Yo.
Hola, Jin. Me siento un poco mal hoy, me quedaré en cama.
Lo siento...
09:47
Jin.
¿Dónde estás?
09:47
Esta pregunta me pareció extraña. ¿Por qué no me preguntaba qué era lo que tenía en lugar de preguntarme dónde estaba?
Yo.
Estoy en mi casa.
¿Por qué me preguntas eso?
09:48
Jin.
Daphne ¿por qué me mientes?
09:49
Yo.
¿De qué hablas?
09:49
Jin.
Daphne...
Fui a tu casa para darte una sorpresa.
Tu hermana me dijo que no habías pasado la noche allí.
¿Por qué me mientes?
09:50
Yo.
¿Me estás controlando?
¿Por eso me preguntas esas cosas?
09:50
Jin.
Daphne, no me malinterpretes. Te pregunté dónde estabas no
porque creyera que me ibas a mentir, sino para asegurarme de que
estuvieras bien. Pero
escribiendo...
Sabes, olvídalo. Sólo quería ayudarte. No entiendo por qué me estás
mintiendo o por qué tomas esa actitud. Si en algún momento
quieres hablar, dímelo.
09:51
Mierda. Lo que faltaba. Meter la pata con Jin. Claramente me había puesto a la defensiva sin razón alguna y él... él sólo quería lo mejor para mí. Me carcomía el arrepentimiento.
Yo.
Lo siento, Jin, perdóname.
Pensé que me estabas controlando.
Estoy con Yoongi, en su casa. Ayer tuvo problemas con
Jimin y me quedé con él a pasar la noche.
Bebimos y ahora estoy con algo de resaca.
09:53
Enviado.
El mensaje no llegó a su destinatario. Jin debía sentirse dolido. La angustia comenzó a ensombrecer mi pecho, pero tenía que controlarla. Ahora tenía que enfocarme en Yoongi. Eso y en comprar las pastillas del día después.