—¿Daphne?
Abrí los ojos y pude distinguir la silueta de mi hermana inclinada sobre mí.
—Anne...
—¿Estás bien?
—No... quiero decir, sí.
—Daphne, estábamos preocupados... son las once de la noche. No sabíamos si te había pasado algo... ¿Qué hacías durmiendo aquí?
La verdad no estaba tan segura de que lo que me hubiera pasado fuera simplemente quedarme dormida. Después de lo que pasó con Jane caí al suelo sin fuerzas, sin poder moverme o levantarme. Creo que quedé en shock. Pero eso no lo podía saber Anne.
—Lo siento, pasé una mala noche y me quedé dormida.
—¿Junto a la puerta?
—Me estaba tomando un descanso y no quería descubrir los muebles...
—Ya veo... En fin, papá nos está esperando afuera, así que recoge tus cosas y nos vamos.
Intenté levantarme y lo hice a duras penas, pero me esforcé para que Anne creyera que eran sólo los efectos del sueño.
Una vez que nos encontramos en el auto, tuvimos una conversación sin importancia con nuestro padre, quien no parecía alterado por la situación. Pero yo no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido. La idea de que Taehyung asesinara sistemáticamente a mujeres era un peso en mi pecho que apenas me dejaba respirar. Sólo podía creer, por mi bien y por mi salud mental, que era mentira.
Para intentar no pensar más al respecto, revisé entonces mi teléfono. Desde el día anterior no hablaba con Jin y él tampoco había intentado contactarme. Seguramente se sentía dolido y desconfiaba de mí por lo que había ocurrido con Yoongi. Así que, en cuanto llegué a casa, me dirigí a mi habitación y me lancé a la cama para escribirle.
yo.
Jin
Quiero pedirte perdón por lo de ayer. Te llamaría, pero
no sé si estás de turno y prefiero no molestarte.
Sólo quiero que sepas que de verdad lo lamento.
Por favor, discúlpame.
00:15
Jin respondió de inmediato.
Jin.
Lo estuve pensando mucho, Daphne.
No entiendo aún por qué tuviste que mentirme,
así que te agradecería una explicación.
00:15
yo.
La verdad no hay otra explicación que el hecho de que
en ese momento, y estúpidamente, consideré innecesario
precisar que me encontraba con Yoongi. Creí que era lo
mismo encontrarme en mi casa que en la suya, y la verdad
no quería dar muchas explicaciones porque estaba pendiente
de lo que le pasaba a él. Con Jimin tuvieron problemas.
00:17
Tal vez me faltaba añadir que además estaba preocupada de resolver en qué términos había quedado mi relación con Yoongi después de haber mantenido relaciones sexuales con él la noche anterior, y que además necesitaba comprar la píldora del día después para evitar un embarazo no deseado, pero eso era un secreto que pensaba llevarme a la tumba.
Jin.
Está bien, entiendo que no tenías ninguna
mala intención detrás. Disculpa por ponerme
tan a la defensiva.
Es sólo que... Daphne, de verdad me gustas, y si te
soy sincero, estoy igualmente un poco asustado de
que las cosas no vayan bien, de no gustarte lo suficiente,
de que te aburras de mí...
Lo siento, la verdad es que también tengo mis inseguridades.
00:19
yo.
Te entiendo perfectamente, Jin.
Lamento haber hecho que pasaras un mal rato.
Y... Creo que deberíamos conversar, pero en persona.
¿Estás de turno?
00:20
Jin.
No, estoy en mi casa.
Escribiendo...
Escribiendo...
¿Quieres venir?
00:21
yo.
Pero ¿no es muy tarde?
00:21
Jin.
Sí, es verdad... lo siento,
en realidad es una locura.
00:21
yo.
¡No!
Es decir, la verdad si a ti no te molesta,
a mí me encantaría.
00:22
Jin.
¿De verdad?
¡Fantástico!
Bien, pasaré por ti entonces.
00:23
Bien. Tenía una cita con Jin. En su casa. Mi cabeza daba vueltas por la emoción. Aún sentía un nudo en el estómago por los recientes acontecimientos, pero no cabía duda de que me encontraba feliz. Jin, como siempre, era mi esperanza.
Me di una ducha rápida, me sequé el pelo y me puse un vestido negro ajustado con zapatos de tacón bajo y un sweater azul delgado para no dejar tan descubiertos mis brazos a esa hora, considerando que hacía frío.
—¡Jin! —Lo saludé cuando llegó.
Al entrar al auto, nos sonreímos algo avergonzados, y me incliné hacia él para besarle. Él puso sus manos a ambos lados de mi rostro, manteniendo el beso por unos segundos, y luego volvió a sonreír con esos hermosos labios suyos, tan irresistibles, que cuando sonreía le daban una adorable apariencia de juventud extrema.
—En realidad es un poco descabellado salir a esta hora, pero deseaba verte demasiado. Después de lo que pasó ayer... la verdad no me sentí bien en todo el día, y necesitaba más que nunca hablar contigo.
—Lo siento, de verdad... —Iba a añadir que no estaba en mis intenciones mentirle, pero recordé aquello que ocultaba. Lo cierto es que, tan sólo con el hecho de no decir la verdad, me sentía demasiado incómoda. Lo quería, sin duda, y por eso la verdad pugnaba por salir de mí, pero no podía hacerlo. Si él llegaba a saberlo... Aparte de dañarlo irremediablemente, todo terminaría y no podía permitir que algo así pasara. El único consuelo que me quedaba era el saber que lo que había hecho era algo que jamás volvería a repetirse.