TORI
Las clases no habían sido suspendidas, aunque el ambiente escolar se encontraba tenso como una liga a punto de reventar. Todos nos encontrábamos consternados y acojonados, perturbados la forma escalofriante en que había sido asesinado el profesor Collins que se había vuelto el tema de conversación tanto de alumnos como de profesores, los murmureos de las posibles causas de su homicidio. Todo era un poco asfixiante y avasallador, la imagen del señor collins en el auto con la cabeza perforada se sentía tan aterrador que no había pegado el ojo en toda la noche, el olor de la sangre y el enorme charco en el pavimento eran más que suficiente para no dejar dormir a nadie, ¿hubiese cambiado algo si ella hubiera intervenido? ¿Qué habría pasado? ¿El profesor collins seguiría vivo? No. Aquella sombra negra seguiría ahí indicándole que el tiempo de vida se estaba terminando y que era hora de tocar fondo en otro mundo. Abrió su casillero e intercambio su horario de clases, guardo los cuadernos correspondientes en su mochila y busco su libro de historia ¿Quién impartiría la clase de historia universal? Se encontraba tan absorta en sus pensamientos que no escucho el bullicio que se estaba propagando en el pasillo principal, cuando cerro su casillero se di cuenta de que varios grupitos de chicas se formaban mientras todas miraban hacia una sola dirección ¿Qué estaba pasando? Intrigada se acerca hacia un grupito de octavo grado y para su sorpresa el mismo chico que vio ayer en el quisco y creyó que era un alma estaba caminando en el pasillo de los brazos de Ashley Price, la chica más popular de toda la escuela secundaria.
Quedándose sorprendida detrás del grupito de octavo grado observo como se des playaba la pareja por el pasillo, había estado casi segura de que era un alma, ayer nadie lo había visto montado en aquella motocicleta pomposa… ¿acaso ya no podía distinguir bien un alma entre un ser vivo? Puede que se hubiese equivocado, había estado nerviosa por la sombra negra que rodeaba al profesor Collins que pudo haberse confundido y haber visto mal. Observo el recorrido del grupo de los populares que se dirigían a la clase de biología, todas las chicas se encontraban tan emocionadas por el nuevo estudiante que ignoraban que la campana acababa de sonar indicando que las clases empezarían.
—Es muy guapo… –Susurraba una chica castaña que estaba a dos pasos de ella, la chica debía de ser de decimo grado que intentaban entra al grupo de las populares ¿Por qué deseaban tanto entrar en ese grupo social? Todas querían ser como Ashley Price, rubia, bonita y sexy.
—Acaba de ser transferido. –Dice la otra chica de al lado– ¿Tendrá novia?
—Estoy segura de que, si no la tiene, Ashley se convertirá en su novia. Ella siempre acapara a los chicos más guapos.
—Si… es una lástima. En verdad seria genial tenerlo como novio.
—Si… –Suspira la castaña– Huele a sexo y problemas, no me quejaría pasar por su cama. –Ríe mientras observaba al nuevo estudiante.
Ella igual lo observaba, pero con diferente interés, ¿acababa de ser transferido? Estaban a más de la mitad del año para que admitiesen la transferencia de alumnos eso lo volvía un poco extraño. Toma un poco de aire antes de dirigirse a la misma clase del chico nuevo, los alumnos empezaban a ingresar a sus salones correspondientes antes de que los perfectos comenzaran a levantar regaños o reportes por rompimiento del reglamento, nadie deseaba molestar al perfecto Anderson, todo aquel que era visto por él acababa en la dirección con una semana de castigo en la cocina de la escuela, nadie deseaba acabar ahí.
Empieza a caminar al aula, cuando entra la mayoría se encuentra en sus pupitres correspondientes, se dirige hacia su asiento cerca de la ventana que daba hacia el área libre, que son las áreas verdes de descanso para los alumnos, con este clima la mayoría permanecía dentro de las instalaciones resguardándose del clima frio. Toma su lugar y deja su mochila a un costado de su asiento, intenta no ser curiosa con el nuevo chico, no se sacaba de la cabeza de que había estado segura de que nadie lo había visto ayer en la salida, alguien como él no lograba pasar desapercibido tan fácilmente, hoy todos los ojos se encontraban enfocados en él y ayer en la salida nadie lo miraba, varios alumnos habían caminado tan cerca como para que lo vieran o el mismo alboroto que se desarrolló minutos atrás se hubiera formado a la hora de la salida. ¿Acaso era un alíen? cavia la posibilidad, este mundo era tan díscolo como para que existiesen los alienes. el chico nuevo se encontraba charlando con el hermano gemelo de Ashley, los dos apoyados en un pupitre mientras Ashley se pintaba las uñas, su perfecta apariencia destacaba en contraste con la viejas pintura de las paredes de color verde vomito, y sus amigas venían siendo una copia barata, cuando la última campanada que advertía que todos los alumnos deberían de estar ya en sus respectivos aulas sin excepción alguna, la profesora Sofia entraba con los materiales a usar durante la clase lo que le decía que iban a hacer prácticas en el laboratorio, todos iban a su relativos asientos y para su nervios el chico nuevo tomaba el asiento a lado suyo, cada poro y pelitos de su cuerpo se erizaban como si hubieras frotado un globo inflado contra el cuerpo para después retirarlo haciendo una reacción estática, cada musculo se tensaba, una reacción perturbadora que le sacudía de una manera que quería salir huyendo como si representase un peligro eminente. La profesora volvía a salir para buscar las llaves del laboratorio, el silencio se rompe y ella deseaba que la case acabase, ¿Por qué tenía que ser el único asiento libre el de su pupitre compartido? Cerro los ojos y comenzó a contar hasta diez para controlar su ansiedad.