Demonios Entre Nosotros (libro 2)

10

Lo único que tuve en mente para salvar a Chris fue llamar a Brook. Sabía que él estaba cerca, por lo tanto comencé a gritar su nombre. Chris abrió la puerta y entonces estaba la criatura más horrible. Ni siquiera podría describirla bien. Sus ojos eran rojos-si es que se les puede llamar ojos-su piel desprendía pequeñas llamas de fuego. Como dije antes, era la criatura más horrible que había visto. Chris estaba totalmente tranquilo. No parecía estar alarmado ni tener miedo.

—¿Sí? —preguntó él de una manera amable.

Lo miré extrañada. ¿Por qué le hablaba de una manera tan amable a un demonio que posiblemente intentaba matarlo? Yo me encontraba parada del lado derecho de Chris, a pesar de que él no podía verme. Caminé y me paré ahora del lado izquierdo de Chris. Aquella criatura horrible, ya no era una criatura horrible, sino un encantador repartidor de pizza. Entonces supe que esa era la razón por la cual Chris estaba tan relajado. Yo veía a un demonio, pero él veía a un simple repartidor de pizza. Si me colocaba del lado derecho de Chris podía ver a la criatura convertirse en demonio, sin embargo, del lado izquierdo de Chris, veo lo mismo que sus ojos ven.

—¡Brook! —volví a gritar para que viniera a ser una especie de médium entre Chris y yo pero no lo veía por ningún lado.

—¿Puedo pasar a dejarle la pizza? —dijo el repartidor/demonio a Chris.

Comencé a desesperarme, no sabía que hacer para impedir que Chris dejara pasar al demonio a su casa. Lo único que se me ocurrió fue susurrarle en el oído un «No lo dejes entrar» Después me sentí realmente estúpida al recordar que él no podía verme ni escucharme.

—No es necesario que entre. Yo dejaré la pizza sobre la mesa. —dijo Chris, y de pronto tuve el estúpido pensamiento de que tal vez me había podido escuchar.

—No, en verdad, permitame dejar yo su pizza sobre la mesa. —respondió el demonio con una sonrisa que parecía casi inocente.

Volví a susurrar en el oído de Chris.

«Cierra la puerta y coloca el seguro.»

Chris observó al repartidor y lentamente cerró la puerta mientras colocaba el seguro.

Chris había hecho exactamente lo que yo le había indicado, ¿acaso podía escucharme?

El demonio tiró la puerta de Chris y entró. Ya no tenía la forma de un humano amable, sino que ahora mostraba su verdadera imagen. Pude notar el miedo en el humano rostro de Chris. Tomé un cuchillo de su cocina y me acerqué al demonio. Tenía que protegerlo.

—Hazlo Cassia. —dijo Brook a mis espaldas. ¿Por qué llegaba en éste momento y no cuando lo llamé por primera vez?

Chris miró extrañado a Brook mientras le pedía ayuda.

—No necesitas de mí, Chris. Tu ángel está aquí—dijo Brook viéndome—. Hazlo Cassia. Mata al demonio. Sólo de esa manera podrás tener tus alas. Si lo hago yo, nunca las tendrás.

El demonio me observaba y de pronto fue contra Chris. Yo, enterré el cuchillo en el corazón del demonio y éste calló al suelo, muerto.
Inmediatamente sentí un dolor insoportable que provenía de mi espalda. Entonces supe que era el momento de darle la bienvenida a mis alas.



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En el texto hay: angeles, demonios, amor

Editado: 14.11.2018

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