Demonios Entre Nosotros (libro 2)

12

Brook.

Cassia está inconsciente, en el suelo.

—¿Podrías llamar a Leah? —le dije a Chris mientras yo levantaba a Cassia del suelo y la colocaba en el sofá.

Le di mi celular a Chris y él comenzó a marcar el número de Leah. No me había puesto a pensar en lo extraño que esto se veía para Chris. Él no podía ver a Cassia, por lo tanto todo éste tiempo me ha visto hablar con el aire, cargar el aire y preocuparme por el aire.

—Leah estará aquí en unos minutos.

—Bien. —respondí.

Me acerqué a Cassia y comencé a acariciar su cabello.

«No sé que es lo que te está sucediendo, pero no dejo de culparme.» Le susurré y después besé su frente.

—Si tú te sientes culpable, imagina como me siento yo—dijo Chris—. Prácticamente todo el dolor que está sintiendo es consecuencia de ser mi ángel.

Leah entró corriendo a casa de Chris. Parecía estar muy preocupada por Cassia.

—¿Qué le pasó? —preguntó Leah.

—Sintió un dolor y se desmayó. Aún no sabemos que tipo de dolor. —respondí mientras tomaba la mano de Cassia. Al tocar su mano con la mía, sentí un fuerte ardor, su mano me estaba quemando. De inmediato la retiré.

—Leah....su mano, está ardiendo. —dije.

Cassia abrió los ojos de inmediato. Los abrió de golpe.

—¿Estás bien?—pregunté. Ella no contestó a pesar de que sus ojos estaban abiertos—. Cassia, ¿estás bien?—repetí.

De pronto, la ventana de la casa de Chris se rompió, causando que todos los cristales vinieran en nuestra dirección y un fuerte ruido. Cubrí con mi cuerpo el de Cassia, para impedir que algún cristal roto la dañara. Así es, después de todo no puedo evitar querer protegerla. Habían miles de cristales rotos tirados en el suelo. Salí de la casa de Chris para ver que fue lo que ocasionó que la ventana se quebrara, pero no había nada, ni nadie. Seguí buscando y seguí sin encontrar nada. Volví a entrar a casa de Chris y me llevé una sorpresa. Cassia no estaba ahí, se la habían llevado. Aprovecharon que Chris no podía verla.

—¿En dónde está? —pregunté a Chris aunque en el fondo sabía que era una estúpida pregunta.

—¿A qué te refieres? ¿Acaso no estaba ahí en el sofá?

—Se la llevaron. —dije resignándome.



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En el texto hay: angeles, demonios, amor

Editado: 14.11.2018

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