Introducción

Meses después de haber conocido al príncipe Virgil Dantalian, la vida de Lil era un caos absoluto donde en ocasiones no se sentía capaz de distinguir lo real de lo irreal, pues aquel individuo le había revelado la insólita circunstancia de que ella era una Nephilim, pero no una Nephilim cualquiera, sino que era la hija no solo de uno de los primeros ángeles caídos, sino que también lo era de una Shedim y una especialmente peligrosa. De manera que por todo lo anterior, en la actualidad Virgil y los suyos hacían lo que podían por protegerla, pues estaba siendo perseguida por las huestes de ángeles encargados de dar muerte a los Nephilim, y por su propio padre que tenía unos planes macabros para ella que incluían el ser entregada a Satanael, con el más insólito propósito aun, de que se convirtiese en la madre del anticristo.

Con las cosas así, es justo decir que Lil se sentía, literalmente, al borde de los infiernos.