Demons (libro 2. Ángel Rebelde)

¿Y ahora, qué?

Los chicos habían escuchado con atención la primera parte del relato de Lil, pero mientras Maureen no sabía qué pensar, Tony estaba cada vez más convencido de que su amiga estaba siendo víctima de alguna clase manipulación mental, pero las preguntas importantes, al menos para él, eran con qué fin y cómo iba a afectar aquello al cerebro de Lil. Aquella historia estaba plagada de inexactitudes y cosas inverosímiles en opinión de Tony, porque si bien los accidentes sufridos por él durante su vida por causa de Lil y que ella había atribuido a su condición, al igual que los eventos recientes y que en realidad habían tenido lugar, sin duda también tenían una explicación más racional.

  • Eso quiere decir entonces, que todos ustedes son… ¿iguales? – preguntó Maureen con una marcada nota de inseguridad
  • Sí y no – dijo Lil – Ellos son ángeles caídos – dijo señalando a Heylel y a los otros dos – pero yo soy una nephilim, es decir, la hija de un tipo como ellos
  • Una descendiente – escuchó que la corregía Heylel

Ya para ese momento Lil sabía que, aunque en general se hablaba de nephilims para referirse tanto a los ángeles caídos como a los hijos de éstos, dentro de aquella particular comunidad, a los hijos de los nephilims se les denominaba descendientes, pero a ella aún le costaba recordarlo.

  • Pero Lil…– comenzó Maureen, aunque no parecía muy segura de lo que iba a decir – según la Biblia, los nephilim perecieron en el diluvio

Lil elevó las cejas no tanto por lo que estaba diciendo su amiga, sino porque le sorprendía que recordase algo de las clases de religión en las que solía dormirse. Estaba por aclararles el punto, cuando Tony habló.

  • Lil escúchame – le dijo sujetando sus manos – todo lo que estás diciendo no tiene sentido y estoy seguro que te están utilizando en alguna clase de experimento y…
  • No Tony, es cierto – lo interrumpió ella y luego miró a Maureen – Y te alegrará saber que en cierta forma tenías razón con respecto a Andras, porque él también es un nephilim – le dijo y Maureen abrió mucho los ojos – ¿Recuerdan aquella vez en la que dije que parecía enfermo? – les preguntó, pero como ninguno contestó prosiguió – Pues lo estaba, porque Kellen le había dado una paliza y…
  • Espera un momento – la detuvo Tony – ¿Quién demonios es Kellen?
  • Prince

Tony se puso de pie y se llevó una mano a la frente preguntándose qué hacer.

  • No me digas que él también es un nephilim – dijo Maureen
  • Prince es un ángel caído, y su verdadero nombre es Kellen, pero lo que intentaba decirte es que si bien Andras no es un vampiro como creías…
  • ¡Por supuesto que no lo es! – exclamó Tony con exasperación – Porque ninguna de esas criaturas existe, ni los vampiros, ni los ángeles caídos ni los nephilim.
  • Te equivocas Richardson, aunque sabía que no lo creerías, porque eres un ser humano demasiado común
  • ¡Pues prefiero ser un humano común como dices y no un loco como todos ustedes! – vociferó Tony asustando a Maureen
  • Tony… ¿Por qué  dices eso? – preguntó Maureen
  • ¿Cómo que por qué? – preguntó él a su vez de pésimo humor – Solo le contesto al infeliz este – agregó señalando a Heylel
  • Pero… él no ha dicho nada

Tony miró a Heylel y luego a Lil, pero en ese momento notó que Heylel lo miraba con expresión burlona mientras que Lil lo hacía casi con conmiseración.

  • Eso hace parte de lo que podemos hacer – le dijo Lil
  • ¿De qué están hablando? – preguntó Maureen, porque Tony parecía haber perdido la lengua

Mientras Lil le explicaba a Maureen, y al aun estupefacto Tony, aquella particular habilidad, Limeriel y Araxiel que observaban todo con atención, estaban teniendo una charla privada.

  • ¿Por qué está permitiendo esto? – preguntó ella
  • Intentar responder a eso, sería lo mismo que intentar volver a casa – le contestó él que utilizaba aquella comparación cuando encontraba algo imposible
  • Quizá solo la esté dejandodesahogarse y luego suprima los recuerdos de esta conversación en los chicos – dijo ella sin mucha convicción
  • No apostaré ni en un sentido ni en otro, lo que sí es seguro es que si no lo evita, ahora tendremos que hacer de niñera de más infantes

Limeriel giró la mirada hacia él con deseos de acomodarle un porrazo, pero decidió prestar atención, porque luego de la breve explicación, Lil parecía disponerse a contarles lo que aún no les había dicho.

  • No voy a decir que lo que les acabo de contar puede catalogarse de bueno, pero hay algo aun peor

No resultó sencillo explicarles el asunto de la adopción, pero si bien aquello podía haberlos dejado algo confusos y muy asombrados al saber que Samuel Randall también era uno de ellos, lo que desató el pánico de Maureen fueron los planes de aquel individuo.

  • ¿Lil, te estás escuchando? – preguntó Tony – Suponiendo y solo suponiendo que todo esto sea verdad, ese hombre es tu padre, ¿por qué querría entregarte a… ese individuo? Al menos deberías hablar con él y…
  • No – lo cortó Heylel – no puede, o al menos no de esto
  • ¿Por qué no? ¿Solo porque tú lo dices, o porque si lo hace se les cae el teatro?
  • Escúchame muchachito – dijo Heylel poniéndose de pie y tanto Limeriel como Araxiel adoptaron una actitud alerta – No me importa si nos crees o no, pero si intentas ponerte en contacto con Samael o abres tu necia boca con relación a lo que has escuchado hoy, créeme que no tendrás ocasión para arrepentirte




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