Demons (libro I. Y Cayeron)

Encuentro

Lil abrió los ojos y por un momento se sintió desorientada, miró hacia la veladora y se sobresaltó al ver que eran más de las diez de la mañana, así que se incorporó en la cama pensando que no había escuchado el despertador. Sin embargo, cuando volvió a mirar, notó que no era que no hubiese escuchado la alarma, sino que no había motivo para que sonase, pues era sábado. Con un poco más de calma intentó recordar a qué hora se había acostado la pasada noche, pero sus recuerdos eran imprecisos; tenía la vaga idea de haber llegado a su departamento, pero no recordaba de dónde, así como la tenía de haber pensado en salir, aunque no recordaba haberlo hecho. Sacudió la cabeza y apartando las mantas salió de la cama dirigiéndose al baño; mientras el agua se deslizaba por su cuerpo, sus recuerdos parecieron ir aclarándose.

  • ¡La entrevista!  --  exclamó

Unas imágenes borrosas comenzaron a aparecer en su cabeza; una casa de aspecto antiguo, un hombre poco agradable, pero a quien no lograba colocarle un rostro, y por último de nuevo la idea de haber tenido intenciones de reunirse con sus amigos, pero debió quedarse dormida, aunque allí había algo que no cuadraba, pues había despertado en su cama y con su pijama, de manera que tuvo que haberse cambiado antes de dormirse. Salió del baño y cuando terminaba de vestirse sacudió la cabeza con frustración preguntándose qué demonios sucedía con su memoria.

Como moría de hambre fue hacia la cocina, encendió la cafetera y mientras se preparaba el emparedado escuchó el repique de su móvil, así que dejó lo que hacía y corrió hacia el pequeño escritorio.

  • Por fin despertó la bella durmiente  --  escuchó la voz de Maureen  --  ¿Tendrás la amabilidad de venir por mí o tengo que ir a buscarte?
  • Mau… ¿íbamos a algún lugar?  --  preguntó confundida
  • ¿Realmente estás despierta, linda?
  • No del todo  --  mintió
  • Con razón, pero bueno no importa, aun tenemos tiempo para llegar a ese almuerzo y solo quería que tuviésemos tiempo antes para que me contarás todo acerca de tu misterioso príncipe

Hablaron unos segundos más y se despidieron, pero después de eso, Lil estaba más confundida que antes, pues según lo que acababa de decirle Maureen, ella les había dicho a sus amigos que había conseguido la cita para la entrevista y que estaría ausente el viernes debido a eso, sin embargo, ella no recordaba esa conversación y en realidad nada con relación a todo el asunto.

Fue hacia la cocina aun pensando en todo aquel lío, colocó la taza y el plato en una bandeja y se dirigió hacia la mesa, pero antes de colocar la bandeja sobre la misma, reparó en lo que parecía un trabajo pulcramente encuadernado, así que se olvidó de la comida y comenzó a leer. A medida que lo hacía, las imágenes parecían ir aclarándose en su mente, pues aquella era la transcripción de su entrevista con el príncipe.

Cuando Lil abandonó su departamento para ir en busca de Maureen, tenía una idea más clara acerca de sus actividades del día anterior, aunque seguía habiendo muchos vacíos inexplicables.

Lo que Maureen había llamado “el almuerzo”, era un evento organizado por la fundación que presidía la madre de su amiga con motivo de recaudar fondos para algo. Durante el mismo, Lil le contó a Maureen lo que había recordado de la entrevista mientras la leía, y como no había nada especialmente excitante en la misma, Maureen perdió el interés.

  • ¿Saldrás con Andras esta noche?  -- le preguntó mientras caminaban por el salón
  • No lo creo, no he hablado con él
  • Según lo que me dijo Tony, no estaba nada contento ayer
  • ¿Por qué?
  • No estoy muy segura, pero al parecer se molestó porque no le avisaste que estarías ausente. Aparte de lo anterior, volvió a pelearse con Prince y después de eso no lo vimos más

Cuando Maureen mencionó a Kenny, una imagen penetró en forma violenta en la mente de Lil, pero la misma desapareció al chocar contra alguien.

  • Perdón…  --  pero se detuvo cuando sus ojos se encontraron con otros de un azul paralizante  --  Virgil  --  susurró Lil y él sonrió
  • Me alegra que me recuerdes

Maureen cuya boca era una perfectísima “O”, estaba tirando con lo que creyó disimulo, del brazo de Lil, pero ella parecía ajena a esto, aunque Virgil no, porque trasladó sus ojos de Lil a Maureen y extendió su mano.

  • La señorita Baxter, si no me equivoco ¿verdad?  --  le dijo mientras Maureen estiraba su brazo como en cámara lenta
  • Aja  -- fue todo lo que pudo decir y aquello era insólito tratándose de ella
  • Virgil  -- dijo él  --  Es un placer conocerla después de haber escuchado hablar tanto de usted  --  pero como Maureen seguía muda, él agregó  --  Creo que su madre hizo un gran trabajo  --  dijo mirando a su alrededor  --  pero la verdad, y espero que me guarde el secreto  --  dijo bajando la voz  --  esta clase de cosas me aburren mucho  --  concluyó en tono cómplice y guiñándole un ojo

Mientras esto sucedía, Lil estaba simplemente paralizada, pues si bien hasta ese momento aquel individuo había estado fuera de sus pensamientos, en cuanto lo vio, una serie de imágenes poco tranquilizadoras tomaron por asalto su mente y no lograba hacerlas encajar. Maureen por su parte parecía haberse recuperado de la sorpresa inicial y ya estaba disparando palabras.

  • Descuide, su secreto está a salvo con nosotras, señor…
  • Virgil  --  repitió él con la misma encantadora sonrisa  --  me molestan los tratamientos tan formales  --  agregó
  • Bien Virgil, y aunque es evidente que tú sabes quién soy yo, me apena muchísimo decir que no me sucede lo mismo  --  le dijo y él miró a Lil que seguía muda y estática
  • Entiendo, y es lógico que Lil no me haya mencionado, pues no soy especialmente interesante




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