Lil abrió los ojos y por un momento se sintió desorientada, miró hacia la veladora y se sobresaltó al ver que eran más de las diez de la mañana, así que se incorporó en la cama pensando que no había escuchado el despertador. Sin embargo, cuando volvió a mirar, notó que no era que no hubiese escuchado la alarma, sino que no había motivo para que sonase, pues era sábado. Con un poco más de calma intentó recordar a qué hora se había acostado la pasada noche, pero sus recuerdos eran imprecisos; tenía la vaga idea de haber llegado a su departamento, pero no recordaba de dónde, así como la tenía de haber pensado en salir, aunque no recordaba haberlo hecho. Sacudió la cabeza y apartando las mantas salió de la cama dirigiéndose al baño; mientras el agua se deslizaba por su cuerpo, sus recuerdos parecieron ir aclarándose.
Unas imágenes borrosas comenzaron a aparecer en su cabeza; una casa de aspecto antiguo, un hombre poco agradable, pero a quien no lograba colocarle un rostro, y por último de nuevo la idea de haber tenido intenciones de reunirse con sus amigos, pero debió quedarse dormida, aunque allí había algo que no cuadraba, pues había despertado en su cama y con su pijama, de manera que tuvo que haberse cambiado antes de dormirse. Salió del baño y cuando terminaba de vestirse sacudió la cabeza con frustración preguntándose qué demonios sucedía con su memoria.
Como moría de hambre fue hacia la cocina, encendió la cafetera y mientras se preparaba el emparedado escuchó el repique de su móvil, así que dejó lo que hacía y corrió hacia el pequeño escritorio.
Hablaron unos segundos más y se despidieron, pero después de eso, Lil estaba más confundida que antes, pues según lo que acababa de decirle Maureen, ella les había dicho a sus amigos que había conseguido la cita para la entrevista y que estaría ausente el viernes debido a eso, sin embargo, ella no recordaba esa conversación y en realidad nada con relación a todo el asunto.
Fue hacia la cocina aun pensando en todo aquel lío, colocó la taza y el plato en una bandeja y se dirigió hacia la mesa, pero antes de colocar la bandeja sobre la misma, reparó en lo que parecía un trabajo pulcramente encuadernado, así que se olvidó de la comida y comenzó a leer. A medida que lo hacía, las imágenes parecían ir aclarándose en su mente, pues aquella era la transcripción de su entrevista con el príncipe.
Cuando Lil abandonó su departamento para ir en busca de Maureen, tenía una idea más clara acerca de sus actividades del día anterior, aunque seguía habiendo muchos vacíos inexplicables.
Lo que Maureen había llamado “el almuerzo”, era un evento organizado por la fundación que presidía la madre de su amiga con motivo de recaudar fondos para algo. Durante el mismo, Lil le contó a Maureen lo que había recordado de la entrevista mientras la leía, y como no había nada especialmente excitante en la misma, Maureen perdió el interés.
Cuando Maureen mencionó a Kenny, una imagen penetró en forma violenta en la mente de Lil, pero la misma desapareció al chocar contra alguien.
Maureen cuya boca era una perfectísima “O”, estaba tirando con lo que creyó disimulo, del brazo de Lil, pero ella parecía ajena a esto, aunque Virgil no, porque trasladó sus ojos de Lil a Maureen y extendió su mano.
Mientras esto sucedía, Lil estaba simplemente paralizada, pues si bien hasta ese momento aquel individuo había estado fuera de sus pensamientos, en cuanto lo vio, una serie de imágenes poco tranquilizadoras tomaron por asalto su mente y no lograba hacerlas encajar. Maureen por su parte parecía haberse recuperado de la sorpresa inicial y ya estaba disparando palabras.