Las chicas trajeron una cubeta pequeña con hielo y varias copas para tomar. Trajeron consigo a Lora, de hecho no podría quedarse.
—¿Coreen cuántas botellas te bebes a diario? —cuestioné.
—No lo sé —me respondió.
—¿Cómo qué no lo sabes? Si mamá y papá se enteran te castigarán —le recordé.
—No me importa casi soy mayor de edad —me respondió —. Creo que debieran de acostumbrarse en poco meses cumplo 17.
Después de copas y copas, nos dio para hablar sobre nosotras.
—Podemos venir nosotras cuatro otro día ¿verdad Denis? — sugirió Ana.
—No —negué meneando la copa —. A papá no le gusta, de hecho cuando he venido a esta ciudad me he hospedado en un hotel, mi papá es muy celoso con su casa.
—Que malo es tu papá —respondió Lora.
—Si venimos aquí es con él, de otra manera no de puede —contestó Coreen.
—No es lo mismo, queremos estar solas, pero... —pausó —. Podemos alquilar una villa, no hay otro modo.
—Sí —afirmé—. Pero Coreen no podrá ir, papá no se lo permitirá.
—Eso lo sé —arrugó la cara —. Ya quiero que venga pronto mis 18.
—Entonces podemos invitar chicos el día que vayamos a la villa —sugirió Ana.
—Por supuesto Ana —respondió Lora.
—¿A quiénes vamos a invitar? —cuestionó Lora.
—Eso se puede discutir después chicas, disfrutemos del vino y del momento —respondí.
Continuamos tomando sin control alguno olvidándonos del mundo en exterior.
Terminamos dormidas sobre la cama las 4. Sofía se encontraba con mis padres ayudándolos en un asunto particular.
Al día siguiente...
Despertamos al otro día con resaca, era de esperarse, no nos dimos cuenta la hora que caímos en la cama para dormir, le dije a mamá que preparara sopa.
—Ustedes los jóvenes de hoy en día viven una vida descontrolada, escuché sin querer cosas que gritaban anoche, que mejor ni las menciono, Dios las guarde a ustedes —mencionó mamá.
Uf con el nivel de alcohol que teníamos era de esperarse las chicas solían gritar como locas de vez en cuando.
Mamá se giró hacia Coreen con cara de amenaza.
—Y a ti joven tengo un asunto pendiente que hablar contigo, hablamos luego —le dijo a Coreen.
Después de comernos la sopa nos tomamos una pastillas para la resaca y retornamos a dormir nuevamente.
En esa mañana tuve un sueño, soñé con el joven que había visto en cerca del río, tuve curiosidad. Me levanté, salí de la casa, tomé el minibus y me dirigí al campo. Caminé hacia el río y me quedé sentada en la orilla. Ni siquiera sabía por qué estaba yo allí o será la curiosidad. Mi curiosidad y mi intuición se unieron a dar gritos a voces a lo que se aproximaría.
Sentí una mano que me topó de espalda. Era algo que no esperaba. Me pegué un susto enseguida me moví de inmediato. De pronto alguien habló.
—No te asustes, no te haré daño —me alentó. Voltié a mirar quien era y vi al chico que vi el día anterior. Sentí curiosidad y un poco de miedo. No pude decir nada las palabras se me atrabancaron mi estómago se comprimía. El chico al ver que yo no decía nada, continuó hablando.
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Editado: 29.05.2024