Capítulo 12

—¿Qué tanto sabes de este lugar? Como sueles visitarlo de es de sabes aún más que yo. Me han dicho que suceden cosas extrañas y los lobos rondan mucho por aquí —le comenté.

Le tire una indirecta a ver que decía. Visualizaba su rostro, sus gestos, me parecía una persona normal con un buen manejo de su personalidad.

—¿Cosas extrañas? —me preguntó extrañado. 

Yo igual, me extrañé de su pregunta. 

«¿Cómo es qué él se extrañó con eso?»

 Me cuestioné tantas cosas...

 Suspiré un poco.

—Creo que para ti, no debe de ser extraño —le aclaré. El chico se sorprendió, me miró confundido. 

Tenía ganas de reír  No se por qué pero me vino ese sentimiento.

—Pero... No te entiendo —me contestó. 

Tomé respiré. Y decidí olvidar el asunto.

—Olvídalo creo que es mejor, no vale la pena. Soy muy curiosa. La verdad es que me gusta conocer todo lo que hay a mi alrededor, investigó hasta el más mínimo detalle de las cosas. Para mí todo pasa desapercibido, todo tiene una explicación lógica — le dije armoniosamente.

—No, pero explícame quiero saber. Sería interesante escuchar tus interrogantes o cosas  que sabes, talvez yo te pueda ayudar en algo —me contestó.

Se negó y yo sin saber que le iba a decir.

—Son cosas que no tienen importancia, la gente aveces no sabe cómo explicar las cosas. En este caso te diría que no sé cómo explicártelo, pero como dice mi madre; no todo se puede saber —comenté. 

Se quedó callado por unos segundos. Yo tampoco tenía ni idea como seguir la conversación. 

—¿No me haz dicho cómo te llamas? —preguntó él.

—Me llamo Denis ¿Y tú? —pregunté.

—Me llamo Álvaro, mucho gusto. Eres muy hermosa —me contestó. 

Sonrojé al escuchar sus palabras, me pareció tan dulce, sentí como una corriente corría por todo mi cuerpo.

«Lo estúpida que me siento en estos momentos»

—Gracias —asentí con la mirada fija a él, sus ojos idénticos a los míos era algo que me gustaba.

—No te recomiendo estar mucho tiempo por aquí sola, sería recomendable que anduvieras con alguien más, en el momento menos oportuno puede suceder lo inesperado —me advirtió muy seriamente.

—¿Es peligroso? —le pregunté un poco asustada.

—Todo puede suceder pero no es para que te espantes, esto es un campo y pueden aparecer animales peligrosos o personas pero de noche no te aproximes por estos lugares apartados de la gente por más hermosa que veas la noche —me contestó suavemente con un tono se voz dulce —. ¿Nos podremos conocer...? ¿Ser amigos...?