Lester continuó callado sin apartar su mirada de mí, mientras yo también lo observaba, de un momento a otro se alejó de mí moviéndose hacia el pasillo y se quedó en frente de la ventana del pasillo que estaba al final.
—¡Lester! —exclamé, pausé por unos segundos iba decirle algo que yo suponía sólo para ver que me iba a responder —. Eres un hombre lobo.
Lester se movió de donde estaba y llegó hacia mí de nuevo. Mientras caminaba no decís nada, sólo me miraba muy serio.
—¿En serio lo crees? —cuestionó sin mostrar ningún tipo de emoción. Se veía serio y neutral.
Por el momento no supe de su reacción, pero no estuvo de más lanzarle ese anzuelo a ver si me podía decir algo, Lester era tan misterio que no parecía de este mundo, era enigmático pero encantador. Por sus expresiones y lo poco que yo conocía de él podría decir que ocultaba cosas, quizás cosas sin importancia. Si llegada a mi casa fur muy extrañada por más explicaciones que me dieran, sentía que faltaba algo en todo esto y esa respuesta la conocía mis padres y Lester.
—No lo creo, lo huelo a través de ti, eres mitad hombre y mitad lobo, digo; en el sentido de la palabra, una criatura no común y extraña, no eres cien por ciento un hombre normal —le aclaré con seguridad —. Además no tengo por qué tenerte miedo, eres de los buenos. Eso es lo que puedo percibir de ti. Aunque las cosas pueden ser no tanto como uno las vea. Si estás aquí es porque mis padres lo permitieron y ellos deben de saber más que yo de ti.
Lester me miraba con asombro no pronunciaba ninguna palabra. Se veía atónico y de una vez confirmé algo que supuse no del todo. No puede negar de que me sorprendió, aunque no lo demostré. Podría ser esta una explicación el por qué Lester solía ser misterioso. Y detrás de ese misterio había un hombre muy sexy.
—Te hablo en serio, tenemos que hablar —añadí rápidamente —. A ver cuéntame todo lo que sabes y déjate de rodeos que me desespera. Por favor. Te lo pido una vez más. No me dejes con las dudas.
Lester tomó un respiro.
—Bien, descifrate un código, eres inteligente —reconoció que mis palabras era ciertas —. ¿Pero cómo lo supiste? ¿Adivinaste? ¿Lo suponiste? Sería muy difícil que alguien te contara de mi origen.
No supe que decir, fue una suposición mía y resultó ser cierta. Trataba de configuración algo en mi cerebro pero no relucía algo.
—E e ... balbucié, no supe que decir inventé cualquier cosa que me vino a la mente —. Intuición femenina. Tú sabes como somos las mujeres, suponemos verdades.
Le di una sonrisa a media, alzó la cabeza pensativo y después habló.
—Tú también eres extraña Denis —confesó, pensé reírme en ese momento, pero emití ese sentimiento sarcástico y aveces salía de mí —. Creo que hay algo...
Lester no pudo terminar la frase porque mi mamá interrumpió en ese momento.
—Hola chicos ¿cómo se pasaron el día?
Lester apartó su mirada de mí y se giró hacia mi mamá, yo voltée también a mirarla.
—Yo bien señora Penny, la pasé aquí en casa —pronunció Lester.
—Yo muy bien mamá —le respondí en seguida.
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Editado: 29.05.2024