Por lo que vi anteriormente, era algo obvio. Se conocían realmente y por lo tanto no se trataron amigablemente. Continué escuchando lo que Leater tenía para decirme. Y muy interesante de pot cierto.
—Pues él es como yo y... —no continuó conversando porque lo interrumpí.
—Él es un hombre lobo como tú —le dije —. Pero él no sabe que yo lo sé. En ningún momento tuve la intención de decírselo. Él tampoco ha tomado la iniciativa y lo entiendo perfectamente. Si es bueno; pues lo acepto y si es malo; inmediatamente lo descarto de mi vida.
—Alvaro no es la persona que tú crees que es, él no es buena persona, para serte más sincero; es un hipócrita, tiende a esconder su personalidad y su maldad en un aspecto dulce y benigno, pero no lo es —me comentó —. Nuestros problemas surgieron porque mis amigos y yo impedirnos que le hiciera daño a una personas. Solía y suele hacer daño por doquier.
Sentí un poco de temor al escuchar que solía y suele hacer daño.
«¿Pero qué clase de fenómeno es Alvaro?».
«¿Su intención al final era hacerme daño?».
Inmediatamente me llené de dudas y curiosidad que incrementaba a cada segundo más y más. Verdaderamente las personas no solemos conocer a los demás. Quien diría que Alvaro un tipo tan dulce y tierno podría esconder un demonio dentro de él.
—¿Qué? —pregunté incrédula —. ¿Conoces los lugares dónde él asiste? ¿O con quienes suele juntarse?
—Sí, ¿quieres ir? ¿Quieres saber lo que él hace en la noches? —me preguntó —. Puedo responderte cualquier interrogante que tengas. Puedo llevarte a donde sea que tú quieras ir. Estoy a tu disposición, Denis.
—Quiero saber varias cosas... Pero no sé si sería lo correcto indagar y dejar las cosas así, o alejarme y dejar todo por olvidado, te confieso que me aterra un poco, ya siento un poco de repudio hacia Alvaro —le respondí —. Llévame esta noche a donde crees que él podría estar.
Me miraba por unos segundos y yo lo miraba también. Confiaba en Lester, sabía que él era bueno y no tendría por qué mentirte. A pesar de que Lester solía ser un poco distante y misterioso, sentía que emanaba buena vibra alrededor de él.
Cuando justamente yo iba a decir algo, de pronto la puerta se abrió lentamente, me sorprendí al ver quien era la persona que venía y ahí entendí el dicho; « no es lo mismo hablar del diablo que verlo venir».
Observaba a Alvaro que nos miraba asombrado a ambos, y tuve la ligera sensación de que las cosas no iban a terminar muy bien que diríamos. Me asusté un poco, mis ojos se abrieron como platos. «¿Qué hacía Alvaro aquí?». Giré mi rostro para mirar a Lester y se levantó sin dejar de mirar a Alvaro.
Alvaro lo miraba enfurecido y dio unos pasos más adentro. Luego se inclinó a mirarme fijamente.
—¡Qué haces tú con este tipo! ¡Explícame! —gritó con furia mientras avanzaba hacia a mí —. ¡Dime algo que no sepa de ti! ¡Me engañas con este tipo! ¡Y para el colmo en tu propia casa! ¡No me digas nada, eres una cualquiera!
Desvíe mi mirada de él y la puse sobre Coreen.
Mi hermana miraba sorprendida toda la escena de suspenso. Yo sentía un dolor en mi corazón, me herían sus palabras.
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Editado: 29.05.2024