Las culebras no me causaban temor, pero siempre me mantenía alerta porque obviamente suelen ser peligrosas. Yo siempre he mantenido mi postura que si no soy presa de una culebra no tengo por qué temer a nada.
—Vaya Denis, eres fuerte. A las mayorías de las mujeres le suelen tener pavor a las culebras —dijo sorprendido, y sonreí, siempre me solían decir esas cosas cuando confesaba que no le temía a las culebras y aveces algunos no necesita creían—. Pero... Felicidades. Bien por ti. Por fin encontré a una chica que no le temas. Pero; recuerda que hay muchos hombres que les teme y es de entender, son animales altamente peligrosos.
—No les tengo miedo, de hecho; antes solía tener algunas, pero mi madre me hacía votarlas —proseguí, imaginé a Lester sorprendido por las cosas que yo les había dicho—. Suelo ver personas caminando, fantasmas y cosas así, pero últimamente está muy frecuente, no suelo hablar de eso porque no quiero que me señalen de loca. Habrán personas que no entenderán ese asunto. Creí que tú si me entenderás perfectamente. No todo el mundo puede lograr ver o percibir cosas que algunas personas si podemos.
Lester volteó a mirarme y en su cara se dibujó una sonrisa.
—Simplemente no hable de esos temas con personas que no te entenderán —comentó mirándome—. Te recomiendo no mencionarlos al menos que conozcas Perdonas que si creen en esas cosas. Vivimos en un mundo lleno de misterio, lo cual muchas cosas quedan ocultas. Pero todo tiene su fin, ya sea para bien o para mal.
—Vamos a dar un paseo —le dije mirándolo a él también—. El aire natural sirve de terapia para la mente.
—De acuerdo, vamos —me contestó parándose de la grama.
Mientras se levantaba yo le observaba su cuerpo esbelto, realmente era muy sexy y guapo. Me imaginaba la cara que iban a poner mis amigas.
Yo lo seguí, salimos de la casa juntos caminando a poco metro me acordé que podríamos tomar el auto de papá, pero lo ignoré y continuamos caminando. Pensé que sería inútil retroceder y que era mejor aprovechar el momento para caminar.
—Vamos al parque más cercano —dijo Lester —. O si quieres vamos a otro lugar. No sé... Yo podría ir a cualquier sitio que tú quisieras. Lo importante es que te sientas bien. También podemos llevarnos a tu hermana.
Se rió.
—Me parece bien, no te preocupes —le respondí y sonreí—. Y en cuanto a Coreen no le des mucha importancia, en este mom no quiero escuchar sus peleas repentinas y discusiones estúpidas. Olvidémonos de ella por hoy.
Llegamos al parque y continuamos en silencio. Hablábamos muy poco, pasamos un momento agradable, estábamos ahí y al parecer queríamos lo mismo los dos que era tranquilidad.
En la noche fuimos a un centro de comida rápida y cenamos ahí, luego Lester y yo tomamos un taxi y retornamos a casa, ambos salimos sin el móvil.
—A donde te voy a llevar es un poco retirado —me advirtió —. Espero que no te asustes. Creí que no te asustarás, ya que eres muy valiente.
Yo reí en ese momento, porque era muy cierto lo que Lester había dicho. ¿Miedo a mí? Yo solía asustarme pero el miedo se desvanecía en mí por la costumbre.
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Editado: 29.05.2024