Capítulo 79

Dejé la carta a un lado. Lester me acompañaba, por un rato largo ninguno de los dos mencionábamos ni una sola palabra. En mi mente divagaba dudas sobre Alvaro, no sabía si era verdad de que se había ido o no. Según la carta ya no estaría.

—Huyó como el cobarde que es él, sabrá Dios por el cual motivo él decidió tomar esa desición —alegué.

—Talvez regrese, Denis —comentó Lester, me topó con su mano derecha sobre mi hombro derecho—. Y tú, eres tan desconfiada. Pensándolo bien, te pareces un poco a Coreen. Estas agria. Piensa un poco lo que él ha escrito. ¿Cuál sería el motivo de su despedida? ¿Será qué piensas que es una mentira de él?

—Creo que es mentira, él no se ha ido. Probablemente sintió vergüenza o algo por el estilo. —dije dudosa y recordé a Max... Julio...—. Ese caníbal se atreve a tomar las misma desiciones que ellos. Que dolor de cabeza.

Sólo de pensarlo me pesaba. No soportaba las insistencia de mis ex merondeándome cerca, escribiéndome, llamándome y molestando principalmente. Como dice el dicho "los ex nunca se olvidan, siempre vuelven".

—Talvez quisiera tiempo para pensar y reflexionar, yo creo que él está muy herido. Que haga lo que crea conveniente para él —murmuró Lester—. Aparte de que creyó que tú lo engañabas conmigo, recuerda que somos enemigos y esto es como un golpe duro para él, no creo que esto se quede así, ojalá yo poder equivocarme, temo a que quisiera tomar venganza en un futuro contra mí. Ya llevamos demasiados choques y todo puede estallar un día.

—Según sus palabras creo que recapacitó un poco, pero no del todo —aseguré, me quité los calzados—. Yerba mala nunca muere y mucho menos se arregla así de simple.

Lester se levantó y se quedó frente a mí en frente de mí, yo el seguida me moví y me senté en mi cama, él hizo lo mismo, se sentó casi cerca de mí.

—Olvida el pasado que tuviste con Alvaro, lo poco que vivieron tómalo como una experiencia —dijo Lester acariciando mi pelo—. Quiero que a partir de ahora pienses en querer lo mejor para ti. Como superarte. Pensar en organizar tu futuro, planear metas u objetivos desde ahora. Concéntrate sólo en ti, que nada y ni nadie sea un obstáculo para que te superes.  

—¿Me harías compañía hoy cómo anoche? —le pregunté mirándolo a la cara y con temor a que dijera que no.

—Si es lo que tú quieres; sí —afirmó con la cabeza—. Te estás acostumbrando Denis, cuidado con lo que te está ocurriendo.

Lester sonrió.

—No seas mal pensado como mucha gente o sino tendré que sacarte a patadas de aquí —bromée.

—¿Ves que te pareces a Coreen? 

Se rió.

—¿Vuelves y me confundes? —rodée los ojos.

Lo abrazé con fuerzas, me apoyé en él, era mi fortaleza en ese momento, escuché un suspiro de él, me imaginé el por que. Continuamos así por varios minutos. Luego sentí que me dio un beso en la cabeza y me acariciaba el rostro con dulzura. A mi mente llegó tantas cosas, que sentí vergüenza decir algo. Volvía y recordaba los primeros días que Lester estaba en mi casa.