Capítulo 38

Carmen había traído mi móvil y le agradecí tanto por eso, los presenté a ambos a Lester y a ella. No duro mucho rato ya que se iba al gimnasio. No podía acompañarla lo último que me dijo es que le escribiera por whatsapp. Cerré la puerta y Lester no dudo ni un segundo en retornar la conversación. Retorné a sentarme otra vez.

—Tú serás el culpable si me ocurre algo —le advertí.

Lo miré y él me miraba.

—Estamos en Brasil, tranquila —mencionó.

—Para una bruja no hay impedimento, Magna podría llegar aquí y lo sabes —le contradije.

Respiró y bajó la cabeza.

—Tenemos que hayar una forma para que no te lastime por lo visto desde que te alejaste, no ha vuelto a molestar —dijo aún con la cabeza agachada.

Dejé mi móvil en el mueble.

—Alvaro me dijo lo que tú y él hicieron la noche que él retornó —pronunció.

—¿Qué piensas hacer? —pregunté.

Alzó su cabeza y me miró.

—Me imagino que lo sabrás, olvídate de Magna, no creo que llegue a saber que estamos aquí, traté de hablar con Alvaro y me dijo que la iba a entretener —aclaró.

«¿Será que sí se animó a hacer lo que le dije?»

—De por cierto pensé que ella te amaba a ti, pero no es así —le dije.

—Pero tú sí me amas —mencionó.

«Ah, no, no quiero que comience con sus...»

Se acercó a mi de una manera que sin darme cuenta ya su boca rosaba la mía. Permití que lo hiciera era algo que yo quería y él también. Se tumbó encima de mí provocando sensaciones en mis cuerpo y haciéndome perder los sentidos. Pero móvil sonó rompiendo el encanto del momento, aparté a Lester de mí, busqué mi móvil, vi que era Paulo y tomé la llamada.

—Bueno. ¿Sucede algo? 
—No, disculpa por molestarte pero es que hoy ninguna de ustedes vinieron al gimnasio u tampoco no han contestado los mensajes. ¿Sucede algo?
—No, claro que no. Pero Carmen estuvo aquí hace rato quizás porque yo no iba poder al gimnasio ella no quiso ir. Y disculpa es que ayer nos fuimos de rumba y hoy nos levantamos sin querer, tuvimos que trabajar y no le pusimos asunto al móvil —aclaré.
—Está bien, me alegra escuchar eso que están bien, nos vemos luego —se despidió.
—Adiós —colgué.