Capítulo 44

Llegó el día en que Sandy me invitó a la fiesta del Congo. Tenía varios días haciéndome la misma pregunta. Quería darle una bofetada. Mi respuesta era la misma de siempre. Le pregunté a Carmen de que si ella quería asistir y me dijo que no. Sandy pasó por mi casa en la mañana, Lester no quiso ir. Llegamos a un lugar apartado donde se podría apreciar la naturaleza, estaba retirado de la ciudad. La fiesta se celebraba debajo del cielo, al aire libre, habían personas bailando, otras con unos movimientos extraños, supuse que era por posesión demoníaca, pero Sandu y yo nos sentamos en lado retirado de las personas.

—¿Quieres algo de comer o beber Denis? —cuestionó  con un vaso no sé de que rayos.

—No quiero nada. Siempre me han dicho que en fiestas demoníacas es mejor no beber y ni mucho menos comer —le respondí.

—Ah, a mí también pero mírame aquí tomando —alzando el vaso —. Pero aveces la barriga arde. A esto le llaman religiosidad popular pero es satánico, mira ese señor de allí con un pañuelo en la cabeza y muchos collares.

Señaló a un señor con ornamentos extraños. Yo observé mientras hablaba.

—Es un brujo no pueden decirme a mí que no lo es. Aparte mira a esa otras de allá —Me señaló a otra parte —. Caminando entre el fuego. Eso no es normal.

Nos miramos ambas por unos segundos.

—Y te olvidaste de aquella culebra que está bailando —le recordé.

—Ah sí, como no —añadió —. Que conste que tú quisiste venir.

—Sí, no te preocupes, siempre es bueno conocer... —interrumpí por recibí una llamada entrante de Helen.

Me levanté y miré a Sandy.

—Vuelvo enseguida, déjame tomar esta llamada.

Ella asintió.

Caminé un poco y mientras caminaba iba hablando la llamada.

—Hola Helen. ¿Sucede algo? 
—No sucede nada, sólo que Lester se preocupó un poco, aquí está a mi lado, te lo voy a poner.
—Denis creo que es mejor que vengan para aca.
—No Lester, aún no.
—En serio, te podría suceder algo.
—Deja la paranoia.
—Está bien. Después no te quejes.

Colgó.

Volví a sentarme junto a Sandy.