Dentro Del Laberinto [chanbaek]

Capítulo 16

 

A las Puertas de la Ciudad Demonio 

                      

Baekhyun observaba las grotescas puertas y no se atrevía a creer lo que veía.

                      

—¿Dónde estamos? —preguntó.

                      

Todo lo que Ludo pudo hacer fue sonreír con placer.

                      

—Baekhyun… llegamos —comenzó a decir.

                      

Sir Didymus lo interrumpió.                      

—Estamos a las puertas de la Ciudad Demonio, hermoso señorito. Más allá podréis observar el castillo, el objeto de vuestra búsqueda, ¿no tenéis nada que decir?

                      

—Así es.

                      

Sir Didymus parecía desilusionado.

                      

—Vos sois consciente o no, de que habéis encontrado un castillo que requiere de catorce años de andar errante enfrentando afanes y peligros y… 

—O, sir Didymus. Ludo. Tengo que llegar rápidamente al castillo de Chanyeol o perderé a Sehun.

                      

—¿Sehun? —preguntó sir Didymus.

                      

—Mi hermano pequeño.

                      

—Sehun… Ludo… hermano —dijo Ludo con placer.

                      

—¡Ah!, sir Sehunnie, nuestro hermano de armas —clamó sir Didymus—. ¡Entonces adelante! —Alzó su lanza, azuzó a Ambrosius y cargó contra las puertas de la Ciudad Demonio.

                      

Baekhyun y Ludo se apresuraron a seguirlo. No repararon en la siniestra figura que acechaba tras una pila de chatarra. Era Namjoon, que observaba cada movimiento que realizaban.

Fuera de las puertas, un guardia Demonio se apoyaba sobre su arma, parecía estar dormido. Sir Didymus sin previo aviso, acometió directamente contra las grandes puertas y comenzó a aporrearlas con su vara.

                      

—¡Abrid! —gritó—. ¡Abrid las puertas, en nombre de lo que sea…!

                      

Baekhyun, quitandolo, se colocó ansiosamente un dedo sobre los labios y susurró:                      

—¡Shh! Silencio, sir Didymus. —Señaló al guardia dormido.

                      

Sir Didymus lanzó a éste un vistazo despectivo y luego gritó:                      

—¡Pshaw! No doy un pimiento por esos Demonios. —Repitió su ruidoso martilleo contra las puertas—. ¡Que abráis, os digo!

                      

—Por favor —le imploró Baekhyun en un urgente susurro. Vio al guardia agitarse y gruñir en su profundo sueño.

                      

Sir Didymus era incontrolable.

                      

—Dejad que despierten todos. Lucharé con ellos a muerte. —Y otra vez hizo llover golpes resonantes sobre la puerta.

                      

Los párpados del guardia revolotearon. Baekhyun asió la manga del minúsculo caballero.

                      

—¡Por favor! Por favor, sir Didymus. Por mí, ¿tendríais la amabilidad de intentar no hacer ningún ruido?

                      

Desde su silla de montar, sir Didymus hizo una reverencia tan profunda que su bigote barrió la tierra.                      

—Pero por supuesto —contestó—. Por vos, él más hermoso de los señoritos, por vos, ¡cualquier cosa! —Acercó la boca al oído de Baekhyun y susurró—: ¿Pero no se me considerará un cobarde?

                      

—Oh, no —susurró él en respuesta.

Ludo también negó con la cabeza, con gran convicción.

                      

Había una hazaña más en su valerosa trayectoria caballeresca que sir Didymus deseaba establecer.

                      

—¿Y mi sentido del olfato es agudo?

                      

—Oh, sí —le dijo Baekhyun.                      

Sir Didymus se alzó orgulloso y su voz se alzó de nuevo.

                                                                   

—Entonces lucharé contra quien o lo que sea, en cualquier momento, dondequiera. —Reflexionó, y gritó—: Con cualquier arma.

Baekhyun se presionó un dedo contra los labios otra vez.

—Lo sabemos, lo sabemos —susurró él—. Ahora por favor, sir Didymus, callad.

—Está bien —dijo él con prontitud.

Mientras tanto, Ludo se acercó hasta las puertas y les dio un pequeño empujón. Éstas se abrieron lentamente.

Los tres las traspasaron furtivamente. Tan pronto como lo hicieron, las oyeron cerrarse de golpe detrás de ellos. Enfrente había otro par de puertas.

Este par ya estaba abierto.

—¡Ah! —exclamó sir Didymus, sacudiendo orgulloso la cabeza—. No osan cerrar las puertas contra la fuerza de sir Didymus. —Y, manteniendo un alto concepto de su persona, la flor de la caballería condujo a su intrépida partida hacia adelante.

Sin embargo, el par de puertas interiores se cerraron antes de que sir Didymus las alcanzara. Y el aspecto que ahora presentaban era mil veces más desalentador que el de las puertas principales. Cada puerta era la mitad de una gigantesca armadura. Cuando las dos partes se unieron con un atronador sonido metálico, formaron un colosal guerrero, al que los Demonios llamaban Humongous. Su cavernosa boca pronunció un profundo bramido metálico y sus ojos brillaron intensamente. En una mano esgrimía una enorme hacha de doble filo.

Baekhyun lloriqueó. Sintió la tierra temblar cuando Humongous, con el hacha levantada, se separó de las puertas y cargó contra ellos. A su lado, oyó el rugido de Ludo, pero era un mero sonido aflautado en comparación con el terrible ruido realizado por este Goliath Demonio.

Ambrosius le echó una mirada y huyó atinadamente. Sir Didymus cayó a tierra, ordenando furioso a su corcel que regresara. Ambrosius no le hizo ningún caso. Él ya estaba a resguardo detrás de un contrafuerte.

—¡Pshaw! —Sir Didymus chasqueó los dedos con enojo—. Estando ese guerrero y yo en una justa con lanzas, rápidamente me desharía de él.



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En el texto hay: demonios, chanbaek, chanyeol

Editado: 14.04.2022

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