Cuando me levanto al dia siguiente me pongo una de las sudaderas que me trajo mi familia y salgo al patio, cuando iba en camino la Dra Ximena me intercepta.
– Buenos días, ¿qué tal noche pasaste?
– Buenos días, bien gracias.
– ¿Podemos hablar?
Uff sabía que no iba a dejar pasar las cosas tan fácilmente, pero no esperaba que fuera a ser tan temprano.
– Sí claro.
Nos vamos a uno de los consultorios, me dice que hoy no va a haber junta así que vamos a estar más relajadas.
– Si te sientes cómoda retomando las cosas, lo podemos hacer; si no podemos esperar hasta mañana.
> Bueno, Valeria pero lo que sí quiero que me digas es lo que ibas a decir anoche, puede ser difícil para tí, pero si guardas secretos cómo quieres que te ayude. ¿Quieres salir adelante?
– Sí Señora, pero es que… verá, bueno, hay… ehhh como le dijera… una voz...
– ¿Una voz?
– Sí, es una voz que me habla, me dice cosas… lo de fracasada que soy… ehhh, básicamente es la que rige mi vida.
– Humm, interesante. ¿Entonces ella fue la que te obligó a hacer lo que hiciste?
– No, realmente no, ella no me dice lo que debo hacer, creo que eso es decisión mía, pero ella me dice… bueno me recuerda que no valgo nada.
– Pero ya sabes que eso no es cierto, aunque bueno eso despeja algunas dudas. Contéstame algo ¿Cuando eras niña y tenías que hacer lo que tus padres te ordenaban, en que te refugiabas? ¿Un amigo imaginario, un lugar feliz?
– En Amadeo, mi osito de peluche, el mismo que me regalaron la primera vez.
– ¿Tenía alguna voz? ¿El te defendía? ¿Como te habla la voz, es hombre, mujer, niño? ¿Monstruo? ¿Tiene cuerpo o es solo una voz?
Todas esas preguntas me confunden.
– La verdad nunca he pensado en eso, se que está ahí y me habla pero no, no creo que tenga cuerpo y si tiene género… no lo sé, es una voz burlona la mayoría de las veces.
En este momento me siento como la más loca del planeta, pero espero que esto sirva de algo.
– ¿Cuando la empezaste a escuchar?
– Ehh… no lo sé.
– Bueno, mira pienso que de pronto en tus noches oscuras te refugiabas en Amadeo y le diste una voz y hasta le diste la facultad de sacarte, pero cuando todo terminó; los abusos, los golpes, la droga y llegaron tus padres ya no necesitaste a Amadeo así que lo mandaste al fondo y el busco la manera de salir por tu subconsciente y ahora te está atormentado.
– ¿Está diciendo que Amadeo es malo?
– No, Amadeo no, él es un oso de peluche, un objeto inanimado, te digo es que en tu mente creaste a alguien que te cuidaba, te ayudaba te refugiabas de los malos tratos, cuando no lo necesitaste más te olvidaste de ese amigo imaginario y de paso hiciste como si nada de lo que pasó hubiera sido real, pero tú subconsciente está tan cargado de todo eso, que busco la grietas de tu mente y por eso las pesadillas y la voz, cuéntame ¿Alguien en tu familia, la de ahora te ha dicho que eres una fracasada? Porque esa es la palabra que más repites.
– Esa es la palabra que usa la voz, pero no, al contrario, ellos siempre me han respetado mucho, nunca me tratarían de esa forma.
– Bueno, entonces alguien debió haberte marcado con esa palabra.
Me quedo pensando, no sé qué decir, hasta que una voz… un recuerdo invade mi mente.
"Eres una fracasada, no sirves para nada, me arrepiento de no haberte abortado".
–Ellos, siempre me decían que yo no servía para nada, ni para complacer a los hombres, que debió haberme abortado.
– ¿Quién dijo eso, tu mamá biológica?
– Sí.
– ¿Y él decía algo?
– No, el solo abusaba de mí, me golpeaba, me drogaba… pero era rara la vez que me dirigiera la palabra, solo me hablaba para darme órdenes.
– Bueno, creo que vamos a dejar así por hoy, te voy a bajar la dosis y te vamos a monitorear, si vuelve la voz me avisas.
Le digo que sí y me retiró a la sala de entretenimiento, encuentro un libro y me pongo a leerlo.
No sé en qué momento me quedé dormida con el libro en las piernas, cuando me doy cuenta un enfermero me está despertando y me acompaña a mi habitación, me dan mi medicamento que está vez si está en menos dosis y me acuesto a dormir. Esta vez soñé con ella, diciéndome todo el tiempo que no sirvo para nada y burlándose de mi.