FELIZ LECTURA
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Byron se desapareció de la vista de Camilo no tendría un poder tan tremendo como el de una sombra para simplemente dejarse coger de un ogro con un hechizo. Apareció al lado de Benjamín, Rufini venía detrás de los tres rompiendo todo a su paso gritando y alarmando las otras criaturas cercanas.
—Debemos soltarle esto en el rostro —Gritó Byron.
—En serio todavía no lo has hecho ¿quieres matarnos? —Gritó Benjamín, se detuvo para respirar y agachó la cabeza cuando Rufini arrojó un tronco a su dirección. Byron se volvió sombra y apareció en su frente arrojándole la botella de cristal en el rostro.
Rufini empezó a torcer la boca y dejó de perseguirlos igual no podrían confiarse así que se escondieron detrás de un árbol bastante grande hasta que lo vieron rendirse con el líquido regado en su rostro el cual poco a poco iba desapareciendo dejando solo los brillos de los colores.
—No es tan potente como la de un hechicero de la realeza, pero es suficiente para mantenerlo apaciguado por largos ratos. Igual no podemos dejarlo así seguirá maltratando el bosque a la hora que se despierte —Comento Benjamín después de haber salido de su escondite. Byron se quedó mirándolo triste.
—es una pena que este así, este ogro era muy respetado en la comunidad —Susurró Byron mientras lo veía dormir.
—La pregunta que rodea mi cabeza es. ¿Desde cuándo está vivo? —Cuestionó Benjamín— Tal vez hay más soldados vivos y ella los tiene cautivos.
—Estás diciendo que nuestros padres podrían estar vivos? —Preguntó Camilo refiriéndose al padre de él y al de Byron.
—Eso no podríamos saberlo ni confirmarlo, pero tal vez, esto es una esperanza —Señaló a Rufini.
Maya junto a las otras hadas se detuvieron en un arroyo de agua cristalina, Claver se despojó de su cinturón y se metió hasta las rodillas al agua. Bebió metiendo la cabeza casi por completo en el arroyo. Suspiro saciada y terminó de llenar su cántaro.
—¿Qué estarán asiendo? —Pregunto Maya sentándose en una piedra de mármol que sobresalía de la tierra.
—No te preocupes Maya estarán bien, Benjamín es un fortachón —Su ceño subió y bajó al decir aquello Maya negó con la cabeza al ver su expresión—. Byron y Camilo hacen un buen equipo no sé que le habrá pasado ahora —Contestó Claver por último.
—Respetan mucho a Rufini tal vez en el fondo no querían enfrentarlo, es como enfrentar a tu propio padre —Dijo Maya mirándola.
—Dijeron que pensaban que había muerto en la guerra ¿Qué piensas tú?
—Ah Claver, no sé que decirte; todo lo que está pasando es algo que... Nunca pensé que pasaría. Sabes cuando has perdido la esperanza que piensas que todo lo que estás asiendo no tiene sentido; así estaba yo. Y no estoy diciendo que no me sentía bien enseñando a mis hadas. Pero no es lo mismo.
—No lo es —Habló una de las hadas masculina. A cada hada le contaban todo desde el principio hasta el final por esa razón siempre se mantenían fiel y trabajadores en memoria de su difunto rey. Tampoco era que traicionarían a su raza por andar libres sino que, tener una historia era muy importante para ellos. Una historia por la cual luchar y ponerle un poco de emoción a sus vidas.
—Mis padres murieron trabajando duro y pesado. Se enfermaron de una extraña infección pulmonar —Claver suspiró recordando sentándose al lado de Maya—. En su enfermedad no nos permitían a mí y a mi hermana mayor que se les acercara. Era terrible porque yo era muy pequeña y quería estar a su lado. Que me cargarán y me dieron mimos, pero no se podía; de repente dejé de verlos y mi hermana tuvo que casarse para poder mantenernos, supe que había muerto más tarde; ambos primero mi padre y luego mi madre —Claver agachó la cabeza—. Sí sentí ese momento de decepción, esa pérdida. No solo de mis padres también de la esperanza. No había para mí. Me casé a temprana edad. Para mí la vida solo era vivir, procrear y morir. Y ya que hice lo segundo solo faltaba el tercero esperaba de a poco mi muerte.
–Es una historia muy triste —Susurró Jack.
—Lo es pero...
—Ahora hay una esperanza —Interrumpió Byron, las chicas se levantaron al ver a los tres hombres a su vista.
—Está bien maestro? — Preguntó un hada acercándose a Benjamín.
—Estaremos bien —Respondió afirmando con la cabeza, miró a todos y empezó a caminar.
—¿Qué hicieron con Rufini? —Preguntó Maya cayéndole atrás a Benjamín. Claver se fue delante junto a Camilo y Byron.
—Lo metimos en una cueva, lo arrastramos hasta una cueva porque era muy pesado. Estará ahí hasta que despierte ninguna criatura intentará comérselo o hacerle daño. @ —Eso espero, pero lejos verdad porque cuando volvamos no quiero encontrarme con él otra vez.
—Si Maya lo metimos en una cueva lejos.
—Bien, Buen trabajo —Dijo ella y se adelantó hacia los chicos. Sus hadas no caminaban se mantenían en el aire, pero ellos dos preferían caminar, la noche ya estaba bajando y se detuvieron bastante cerca del templo que resguarda el brillo del diamante azul.
—Byron recuerdas alguna criatura protectora de la entrada o solo esta así.
—Nada. Además para qué iba a tener protección cuando nadie más que un aldeano puede tocarlo —Respondió él sentado recostado de un árbol.
—puedo saber por qué? —Preguntó Claver sentada junto a un hada de la fauna.
—Nos morimos —Respondió la misma que estaba a su lado.
—El brillo nos mata de inmediato al dar su resplandor cualquier ser vivo que no sea un aldeano el brillo lo mata. Así es, la regla es la regla solo un aldeano —Dijo Maya sentándose en medio de Benjamín y Camilo. Byron se sentó al lado de Claver.
—Es que creo. Fuera muy fácil si no fuera así es decir si cualquiera puede agarrarlo pues ella hubiese mandado alguna criatura a buscarlo. Los que aún son leales a ella —Contestó Camilo.
—Tienes razón —dijo Byron.
—¿Quién puso esa regla? —Volvió a preguntar Claver.
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Editado: 20.07.2022