Desafiando al destino

Capítulo: 9

Ángelo

Gina ríe en una parte cómica de la película que vemos y la miro, ella en realidad disfruta como una niña cada cosa, no se pierde ningún detalle y sonrío sin poder dejar de mirarla, es divertido ver una película con ella, no habla mucho, se divierte y preparó las mejores palomitas de maíz que he comido en mi vida, mi teléfono vibra y lo tomo mirando que es un mensaje de Sia en donde me invita mañana al cine, respondo rápido un sí sencillo y guardo el móvil llevando mi mirada a la película con la que Gina se divierte, respiro hondo pensando en la habitación del bebé, aún hay que comprar un montón de cosas y sé que hay otras que ni siquiera sé que hay que comprar.

—¿Te aburres? —miro hacia Gina, luego hacia la pantalla del televisor y suspiro viendo que se ha acabado

—No, claro que no —sonrío

—¿Y en qué pensabas?

—En el bebé —ella alza una ceja —buscaré en Internet alguna tienda de cosas para bebé y luego iremos, ¿te parece? —asiente aún confundida

—¿De verdad quieres hacer esas cosas conmigo?

—¿Por qué no? —ella se encoge de hombros y deja de mirarme, mi teléfono vuelve a sonar y bufo viendo que es Sia nuevamente

—Eres muy solicitado —ríe mirándome

—Es Sia que quiere ir al cine mañana —maldigo en voz baja al darme cuenta de lo que he dicho y la miro —lo siento yo

—No te preocupes Ángelo, es tu novia —ella deja de verme —¿qué película verán?

—Ni idea —miro el televisor sin saber qué decir o hacer, es claro que el momento es incómodo

—Me iré a dormir —Gina se pone de pie, su teléfono suena y sonríe tomando la llamada —Alejandro —ruedo los ojos cuando menciona el nombre y hablando con este ella camina hacia la habitación.

Miro hacia la puerta cuando Alejandro entra a mi oficina y vuelvo la mirada a los papeles frente a mí, ayer escuché por casi una hora como Gina hablaba y hablaba con este y se reía, fue frustrante no poder dormir bien escuchándola y lo peor, parecía tan feliz, mi amigo se sienta frente a mí en silencio.

—¿Y Gina?

—¿Qué no has hablado hoy con ella? —lo miro —ayer estuvieron toda la noche —él ríe

—Es muy conversadora

—Será contigo —gruño —conmigo siento que se aburre, está incómoda y nunca habla mucho

—¿Estás celoso?

—Es mi amiga también —dejo lo que hacía y le miro para ver su enorme sonrisa —pero tal parece que prefiere ser tu amiga

—No está enamorada de mi Ángelo, con ella puedo hablar de cualquier otra mujer sin incomodarla —tenso mi mandíbula —me cuenta sus cosas, yo las mías y todo feliz.

—Odio tu amistad con ella —le señalo y él ríe

—Eres un egoísta que no la quieres para ti, pero tampoco para nadie más —lo miro sin comprender —Ángelo, en la vida debes arriesgar, no puedes llevarte por tus principios siempre ni por el deber.

—Mis principios me dicen que la conozco desde niña y que es la hija de un gran amigo, mi deber me dice que debo quererla como una hermana

—¿Y tu corazón? ¿Qué hay con él?

—Murió hace meses —mascullo y él ríe mientras niega

—Hora de irnos corazón —Sia entra sin tocar a la oficina —una gran película nos espera —me pongo de pie y miro a Alejandro

—No te acerques por mi casa —él alza una ceja y solo asiente, yo salgo de mi oficina y segundos después Sia agarra mi mano y camina junto a mí —Sia

—Dime corazón

—No vuelvas a entrar a mi oficina sin llamar —expreso entrando en el ascensor —y por favor, no me llames corazón

—¿Amor? ¿Cariño? ¿Cielo? —la miro tenso y ella ríe —ok Ángelo o jefe —me guiña un ojo y sonrío.

Caminamos por el cine mientras buscamos la entrada a la zona en donde pondrán la película que Sia quiere ver, me detengo y ella hace lo mismo ya que no suelta mi mano y ya cansa, señalo las palomitas de maíz

—Ni lo pienses —ella bufa y comienza a caminar llevándome con ella

—Sia una película es aburrida sin palomitas

—Tienen grasa —hace gestos de asco —por favor Ángelo, nada de comer, me gusta ver la película sin comer —asiento frustrado sabiendo que la noche será muy larga.

La película comienza y las luces se apagan, me sorprende que eligiera una película de acción y me acomodo en mi silla a disfrutar de ella hasta que siento una mano en mi pantalón y me tenso por completo, miro rápido a Sia que sonríe con coquetería y detengo sus manos cuando intenta abrir mi pantalón.

—¿Qué haces? —mascullo bien bajo mirando hacia todos lados, pero todos parecen mirar la película

—Jugar un poco —sonríe pasando su mano por encima del pantalón y la respiración se me tranca

—Sia estamos en el cine

—A oscuras —ella ríe

—La película

—Ni siquiera me gustan las películas Ángelo —sonríe y se acerca más a mí, besa mi cuello y respiro hondo intentando calmar mi pulso, hace bastante tiempo que no estoy con ninguna mujer.

—Hay personas —susurro cerrando mis ojos con fuerza por sus caricias, ella ríe mordiendo el lóbulo de mi oreja

—Es más divertido —me pongo de pie rápido, me mira incrédula y todos me mandan a sentar, acomodo mi ropa

—Ya nos vamos —mascullo y camino hacia la salida sintiendo que la temperatura ha bajado demasiado

—Ángelo por Dios, solo me divertía —farfulla mientras vamos en el auto, ella enciende un cigarrillo y la miro

—Eso es —bufo mientras niego —apaga eso por Dios

—Si Ángelo, un cigarrillo de marihuana —me lo extiende —¿quieres un poco? —niego apretando mis dientes y freno el auto frente a su casa, la miro mientras fuma sonriendo

—Estamos en tu casa

—¿Y por qué no me llevas a la tuya? —alza una ceja mirándome

—Gina está ahí

—Prometo no hacer mucho ruido corazón —ruedo los ojos y bajo del auto, abro su puerta y ella resopla, si Gina no estuviera sería diferente, pero ahora está y llevar a una mujer ahí sería poco delicado de mi parte y bastante cruel, Sia baja del auto y sonríe acercándose a mi boca.

—¿Y si entras? —ella pasa una mano por mi pecho —quédate unos minutos por favor —sonríe acercándose a mis labios —no te vas a arrepentir —Sia me besa de forma suave, pero con intensidad haciéndome olvidar el mal rato que pasé en el cine.




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