Llegamos justo un minuto antes que la profesora entrara al salón.
Estabamos en una materia de fundamentos de horneado, era más teórica que otra cosa. Pero en esta ocasión, la actividad del día era hacer un pastel en parejas, era una especie de prueba inicial antes de entrar a los temas de interes de la materia.
Con Gissele decidimos hacer un pastel de chocolate, todo de chocolate, pan, relleno y cubierta de chocolate. Algo básico, ya que eso era lo que necesitaba la profesora, especialmente iba a evaluar la masa, y como terminaba, debía quedar esponjoso y suave.
Pensamos en compartir el pastel con Erika y los chicos, así que planeamos que la decoración sería diferente en cada rebanada, lo dividimos entre diez y se nos ocurrió también que, a cada parte le pondríamos el nombre de cada uno.
Al terminarlo se lo presentamos a la profesora, y le dimos la rebanada que decoramos con su nombre, para que pudiera calificar el sabor, textura y demás elementos.
—Chicas, qué lindo, muy creativo. El pan está muy suave, como debía estar. Han mezclado muy bien el sabor del chocolate amargo y el de la leche. ¡Excelente! Es el mejor trabajo que tengo hasta el momento ¡Felicidades!
Agradecimos los cumplidos de la profesora, realmente ambas éramos buenas en la cocina, así que juntas nos complementabamos muy bien. Amaba cocinar con Gissele. Sin embargo, mis problemas era tener que memorizar ciertas cosas de la teoría. No tenía muy buena memoria, parecía que mi hamster no funcionaba para algunas clases.
Guardamos el pastel en una caja, y tomamos un paquete de platos y tenedores desechables. En el salón teníamos muchos implementos que podíamos utilizar, así que nos permitieron tomarlos, al final, formaba parte del pago por la enseñanza.
Enviamos un mensaje a todos los chicos y a Erika, anunciando que teníamos una pequeña sorpresa para ellos. Luego de almorzar, nos dirigimos a la siguiente clase, ya le habíamos contado a Erika sobre el pastel, pero aún no se lo habíamos mostrado.
Al llegar al salón, nos dimos cuenta que Harry ya estaba dentro, de hecho era el único en el lugar.
—Hola, Harold. —Le sonreí.
—Tú siempre cambiandome el nombre, ¿cómo estas?
—Es mi especialidad, pues estoy muy bien, me siento feliz.
—Oye, necesito hablar contigo. —Se levantó de su asiento y depositó un beso en mi frente como saludo.
—Claro, dime, ¿qué ocurre?
—Recuerdas que mañana iremos a cenar ¿verdad?
—Claro, no lo he olvidado.
— Perfecto, solo quería avisarte que, —Rascó su espalda, se le veía nervioso—, será en un restaurante elegante.
—¿Elegante?—Lo mire sorprendida—¿que tanto?
—Elegante, pero no demasiado. —Sonrió con un poco de timidez—. Solo te lo comento por que a veces son un poco estrictos con el código de vestimenta.
—Ok, lo tendré en cuenta, gracias por avisarme. —Le dí un beso en la mejilla—. Por cierto, Gissele y yo les preparamos una sorpresita.
—¿Enserio? ¿qué es?
—No te lo diremos, al final de la clase lo sabrán.
—¡Love! hola de nuevo. —Louis se acercó y me dio un abrazo.
—¡Quítate Louis! yo también quiero un abrazo. —Niall aventó a Louis para tener acceso a mí y me abrazó
—Tranquilos amigos, no peleen, tengo amor para todos —dije guiñando un ojo.
Todos rieron ante mi comentario. Niall y Louis también abrazaron a Gissele quién estaba observándonos desde su asiento y disfrutando de las locuras de todos.
—Entonces, ¿porque a mí nunca me has dado un abrazo? —Harry reclamó ante mi respuesta al contacto físico de sus amigos.
—Claro que te he dado abrazos.
—No lo recuerdo, es mentira, nunca me has dado uno. —Frunció el ceño.
—La verdad es que tú nunca me has pedido uno.
—Entonces, dame un abrazo. —Sonrió ampliamente y abrió los brazos.
—Pues, no se va a poder porque, ya se me acabó el amor. —Niall y Louis reían fuerte, Zayn venía hacia nosotros.
—¡Yo! yo quiero un abrazo también, Bonnie. —Lo abracé— ¡JA! En tu cara Harold. —Lo señalo y se rió de él. —Oigan, ¿dónde está Erika?
—Pasó a registro académico, necesitaba una boleta, así que nos adelantamos al salón — respondió Gissele.
—Bonnie, yo quiero un abrazo —suplicó Harry con un tono de niño chiquito y un puchero.
Justo en ese momento, al ver lo tierno que se veía con esa expresión en el rostro, sentí el impulso de tirármele encima, y apretarlo como a un oso gigante de peluche, así que lo hice.
Lo apreté fuerte, tenía mis brazos alrededor de su cuello y él en mi cintura. Pude aspirar el olor de su perfume, me encantaba como olía Harry.
De pronto, me levantó y dió un par de vueltas conmigo en brazos, luego de poner mis pies sobre el piso, él besó mi mejilla. Me sonrojé, creo que nunca me había sentido así con respecto a un chico. Ese abrazo había sido el mejor que me habían dado en mi vida.
—¡Vas a botar a Bonnie! —gritó Louis.
—¡Cuidado! —reclamaba Niall.
—¡Cállense! par de escandalosos. —Me miró fijamente y una risa escapó de sus labios— Bonnie, Bonnie, te ves más linda así de roja como una cereza.
—¿Me he sonrojado? —Abrí mis ojos, sorprendida de lo que acababa de notar.
—Si, te has sonrojado, nena. Ven dame un abrazo, falto yo. —Liam se había acercado a nosotras y me abrazó, luego se apresuró a abrazar a Gissele y empezar una conversación con ella.
Un rato después Erika entró junto al profesor, con el que se encontraron en el pasillo camino al salón. Abrazó a Zayn y depositó un beso en su mejilla.
Todos nos sentamos en nuestros lugares.
Transcurrió la clase y al terminar nos dispusimos con Gissele a entregar la sorpresita que habíamos preparado para todos.
—Chicos, Bonnie y yo tenemos una sorpresa para ustedes. —Juntó sus manos y dió un par de saltitos de emoción—. Lo hicimos en clase y pensamos en compartirlo con todos.