Descubrimiento

1 - Alara y Shin – 1

Alara despertó entre los brazos de su amado sintiéndose un poco más adulta que el día anterior. Shin estaba dormido entre sus pechos y su saliva ya estaba fría. Su desnudez no la estaba apenando como antes y estaba encantada de que confiara tanto en ella. Cuando iba a volver a dormirse, su compañero limpió la saliva de un lengüetazo. Nunca había sentido cosquillas como esas. Sonriente, se acercó a besarla, así quería que fueran todas sus mañanas. Alara no sabía cómo pedirlo, pero quería volver a amar a su padawan entre sus sábanas. Luego de amar a su novio y desayunar, Alara estaba juntando a todos sus amigos para el viaje. Keyfour ya estaba en la rampa junto a Vatse y Thirin mientras ella venía junto al resto. Su novio estaba preparando todo para el despegue y al cabo de un rato estaban en viaje a su destino, Aytraza. El planeta había sido descubierto por el Imperio y apenas figuraba en sus registros, no había prácticamente información sobre él y según Mirana era normal, ya que estaba marcado como la peor categoría en los registros Imperiales. El hiperlane brillaba frente a ella cuando Shin tomó su mano para llevarla a entrenar. Sus toques ahora eran mucho más personales y ya no podía detenerse de aferrarse a él cuando caminaban juntos.
“¿Cómo estás, hermosa?” Preguntó mientras pasaban frente a la enfermería. “Espero que no…”
“Maravillosa.” Interrumpió contenta Alara. “Nunca me había sentido tan bien en mi vida…” Agregó mientras tironeaba de su brazo. “No sé cómo pedirte esto, pero quiero… quiero…”
Shin la miraba con malicia.
“Vas a hacerme el amor todos los días.” Agregó apenada mientras lo metía en la sala de vigilancia.
“Así son las cosas…” Dijo jocoso Shin mientras la apretaba contra una de las paredes de la nave.
Las líneas azules pasaban a toda velocidad a su lado.
“Soy tuyo, Alara.” Agregó para besarla con todo el amor que tenía.
Alara siempre sentía mariposas en su estómago cuando la besaba de esa manera.
“En este lugar no… No soy como tus otras novias.” Dijo avergonzada Alara mientras sentía las manos de su novio en donde las quería. “Espero que no me hayan… escuchado…” Terminó con un susurro.
“No te preocupes, preciosa.” Dijo sonriente Shin mientras la apretaba un poco más. “Pero deberías detenerme mientras puedas…”
“Vamos a entrenar…” Dijo divertida mientras lo empujaba un poco. “Después me amas en un lugar apropiado.”
Shin tomó su mano para terminar en el hangar donde Thirin y Vatse estaban meditando. Shia y Mirana estaban entrenando mientras Vitti ordenaba unas estanterías. La twi’lek los miraba con curiosidad y los llamó para que se acerquen.
“Están todos ocupados…” Dijo divertida mientras miraba a su amigo. “Estás radiante, Shin…”
“Gracias, Vitti.” Dijo sonriente el joven. “¿Esa es tu ropa de exploradora?” Preguntó divertido.
Vitti tenía un chaleco negro repleto de bolcillos y unas largas y densas botas.
“No sé qué vamos a encontrar en ese planeta, así que quiero estar preparada…” Dijo sonriente la twi’lek. “Tenemos provisiones, estoy preparando los filtros de agua y quiero tener repuestos para las armas de Shia y Mirana.”
“Gracias por cuidarnos, Vitti.” Dijo sonriente Shin mientras sentía a Alara manosearlo sin escrúpulos.
Alara estaba celosa.
“Mi novia tiene el punto débil más común de la galaxia.” Agregó para ganarse un coscorrón.
“No cuentes mis secretos.” Dijo divertida Alara.
“Es una mujer golpeadora, Shin… No sé si te conviene.” Opinó con malicia Vitti.
“A veces necesita un coscorrón…” Dijo divertida Alara. “¿Vas a enseñarme a usar mi sable?” Preguntó mirando a su novio.
“Por eso estamos en la mesa de trabajo de Vitti.” Dijo divertido Shin.
“¿Puedo explicarle? Estuve estudiando…” Dijo contenta la twi’lek.
Alara quería que su novio explicara, pero no podía quejarse de su maestra. Vitti había desarmado en sable con un simple movimiento.
“El truco es girar la muñeca, Alara.” Dijo sonriente la twi’lek. “Ambas manos para el mismo lado.” Agregó mientras le mostraba el movimiento. “Lo mismo para juntarlos. Supongo que Shin sabe cómo aprovechar… esto. El sable divide su potencia cuando lo separas, así que es un sable normal cuando lo desarmas. No sé cómo hizo, pero tiene un modo especial.”
Alara tomó su sable con ambas manos para encenderlo en el tercer modo. El filo estaba de un solo lado y era mucho más grande de lo que esperaba. Su zumbido era grave.
“Me recuerda al de Ch’Chok.” Dijo pensaste la maestra.
“Es la idea, la diferencia con otros sables dobles es que los tuyos se conectan cuando están en esa forma, entonces puedes potenciar un solo filo.” Dijo pensante Shin. “No me dan los números para que sea el mismo poder sumado, pero tienes un sesenta por ciento más que un solo filo.”
“Ah, entiendo…” Dijo sorprendida Alara. “Voy a tener que aprender a usar esto…”
“Tú siempre has sido versátil, hermosa. Por eso me pareció apropiado ese juego de sables, ahora puedes usar tu estilo y aprender otros nuevos sin cambiar de sable. Puedes usar estilos para dos sables y estilos pesados o rápidos con uno.” Dijo sonriente Shin.
“Gracias.” Dijo encantada Alara. “Prometo que voy a entrenar todos los días.”
“Espero que puedas hacer todo en un mismo día, preciosa.” Dijo con malicia Shin.
“Cierra la boca.” Dijo divertida Alara. “¿Tienes formas para esto?”
“Ahora vas a ver mi Jar’Kai…” Dijo sonriente Shin mientras la llevaba al medio del hangar.
Vitti se sentó a verlos entrenar mientras llamaban la atención del resto. Alara sabía que su novio era un maestro exigente, así que tenía que dar lo mejor de ella para complacerlo.

Cansada, Alara se sentó junto a Artrisa para mirar la hiperlane. La chiss era la copilota cuando ellos no estaban en la cabina y siempre estaba en compañía de Keyfour. Su mecánico amigo le dio la bienvenida mientras halagaba a Artrisa.
“Bienvenida.” Dijo la chiss. “Estamos por llegar.”
“Hace mucho que Keyfour no hacía amigos nuevos.” Dijo divertida Alara.
“Por alguna razón le agrado a los astromech.” Dijo pensante Artrisa. “¿Conociste a Jeytree?”
“Sí, es un gran traductor.” Dijo sonriente Alara. “¿Cómo está la nave, Keyfour?”
El astromech respondió a toda velocidad.
“Es cierto, Vitti es una gran mecánica.” Dijo pensante Artrisa. “Ahora sé porque Shin siempre corregía algunos de sus arreglos.”
“Shin siempre tuvo una naturalidad para estas cosas.” Dijo pensante Alara. “Hasta Keyfour confiaba en él… Es el único que lo ha reparado.”
“Entiendo, su madre me dijo que solía reparar todos los aparatos de su casa…” Dijo pensante la chiss. “Como ese antiguo reproductor de música.”
Alara sonrió divertida mientras la chiss la miraba con curiosidad.
“¿Cómo es la vida entre los jedis? Yo siempre he vivido entre militares.” Preguntó pensante.
“Hmm… Es más parecida de lo que crees, Artrisa. Tenemos muchas tareas programadas, como entrenar y meditar…” Respondió pensante Alara. “También solemos trabajar para la gente que necesita ayuda. En Coruscant es un poco diferente, ya que trabajamos para instituciones más que nada.”
“Ya veo.” Dijo pensante Artrisa. “¿Shin hacía lo mismo?”
“Así son los padawans. Cuando te asignan uno te siguen para todos lados aprendiendo de las misiones.” Dijo sonriente Alara. “Shin era especial porque… era un adulto, así que empezó ayudándome mucho más que mis otras padawans.”
“¿Por qué no entrenan adultos?” Preguntó con curiosidad Artrisa.
“No lo sé. Todos los maestros suelen decir que es imposible entrenarlos ya que es difícil abrirlos a la Fuerza, pero…” Dijo pensante Alara. “Shin dice que ahora se conecta a la Fuerza entendiéndola y me ha hecho pensar que así es como deberíamos entrenar a los aprendices.”
“Gracias por responder mis preguntas, maestra.” Dijo pensante Artrisa.
“No hay problema.” Dijo sonriente Alara. “¿Qué hacías en el Imperio?”
“Era una espía como Shin, mi especialidad era asesinatos a larga distancia y misiones de reconocimiento.” Respondió al instante Artrisa. “Cuando me convertí en una de sus herramientas empecé a trabajar en otro tipo de misiones…”
“Debe ser difícil ser espía…” Dijo pensante Alara.
“No es para todos, pero en el Imperio valoran ese tipo de talentos y los promueven lo más que pueden.” Dijo con seriedad Artrisa. “Yo empecé como tiradora, pero mis superiores me enviaron a entrenar con los espías en el Imperio.”
Alara notó a la nave salir del hipervuelo para quedar en órbita sobre el planeta. Ambas se estiraron para ver un poco mejor mientras Keyfour comentaba sobre el descenso. Aytraza era un frío planeta blanco y parecía que habían llegado en una época de tormentas, ya que parecía que la nieve estaba cubriendo toda la superficie.
“Me recuerda a Kyros-4…” Dijo al aire la maestra.
“Keyfour, prepara el lanzamiento de las sondas exploradoras.” Dijo con seriedad Artrisa. “No quiero que Shin tenga que buscar el lugar a pie.”
Alara estaba celosa, ya que todas sus amigas querían ayudarlo con lo que podían. Keyfour se conectó a la nave para que las sondas salgan disparadas. Alara notó que una de ellas no cayó al planeta, en cambio, estaba orbitando debajo de ellos.
“Eh, otra bola de hielo…” Dijo desganada Vitti mientras se paraba entre ellas. “Shin y Thirin están entreteniendo a las chicas.” Agregó mirando a Artrisa. “Te estás perdiendo la pelea.”
La chiss se marchó corriendo mientras Vatse entraba a la cabina.
“Espero que tengan ropa abrigada…” Dijo al aire Vitti.
“Solo necesitamos la Fuerza.” Dijo pensante Vatse. “Parece que este planeta está en una era de hielo.”
Keyfour estaba de acuerdo.
“Esas tormentas van a ser un problema.” Dijo pensante Alara. “¿Cómo está todo en el hangar?”
“Thirin y Shin estaban… entrenando.” Dijo ofuscado Vatse. “No estoy entendiendo a Thirin en estos momentos, creo que quiere matar a Shin por accidente.”
Alara no estaba preocupada por Thirin, pero temía que Shin hiciera algo estúpido.
“No creo que Shin vaya a suicidarse, Alara.” Agregó pensante. “Está… distinto a lo que encontré cuando llegamos el primer día.”
“Lo sé, pero… a veces esa tristeza aparece en sus ojos.” Dijo apenada Alara. “No sé cómo sanarlo.”
“No confío mucho en la… sabiduría de la vida, como la llaman, pero creo que solo necesita tiempo contigo.” Dijo pensante Vatse.
“Terminaste siendo mucho más abierto de lo que esperaba, Vatse… Eres un gran amigo.” Dijo sonriente Alara.
“¿Por qué iría a suicidarse?” Preguntó preocupada Vitti.
“Me lo ha confesado, Vitti. Me dijo que si no fuera por ustedes tal vez…” Dijo apenada Alara.
“Yo… quiero ayudarlo, Alara…” Dijo apenada la twi’lek. “Si no fuera por él todavía sería una esclava…”
“Todos estamos aquí para ayudarlo, Vitti.” Dijo pensante Vatse. “Por eso decidí quedarme…”
Alara estaba pensando en su novio cuando Shia entró a la cabina.
“Se terminó el espectáculo…” Dijo divertida la mandaloriana mientras miraba hacia el planeta. “Otra bola de hielo…” Agregó mirando a Vitti. “Vas a tener que abrigarte…”
“Estoy preparada.” Dijo contenta la twi’lek.
“Tu novio es fantástico, Alara…” Dijo jocosa Shia. “Ese jedi no pudo tocarlo.”
“¿Qué necesitamos para la exploración, Vitti?” Preguntó Mirana por el intercomunicador.
Alara sabía que iban a tener un día largo.



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Editado: 27.07.2023

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