Descubrimiento

2 - Alara y Shin – 2

Shin bajó por la rampa para mirar con curiosidad el templo que habían encontrado. Estaba en la cima de un pico y unas estatuas de unos animales gigantes estaban dándole la bienvenida. Apenas podía escuchar sus pensamientos por el viento que lo atacaba. Su hipótesis de que los Grises recuperaban los templos que habitaban seguía ganando evidencia, ya que el estilo de la construcción era fantástico y diferente a los otros templos que había descubierto. Con un cachetazo liberó de nieve a la entrada mientras escuchaba las quejas de sus amigos detrás de él. Alara fue la primera en bajar y luego de revisar un poco los alrededores terminó aferrada a su brazo. Shin solo podía sonreír, ya que su novia era cariñosa y siempre quería estar a su lado. La entrada era larga y el edificio que estaba al final parecía ser una pirámide escalonada. Piletas decoraban los patios y estaba seguro de que el planeta había tenido otro clima en el pasado, ya que podía ver la tierra congelada de dónde solía estar los jardines en el pasado. Ambos empezaron a caminar con el grupo detrás de ellos mientras Shia se quejaba de que no iba a poder volar con esa ventisca. Shin apenas podía ver su destino, pero venía fascinado por la arquitectura y las estatuas que los rodeaban. La primera pista de los grises estaba a su lado, el par de estatuas representaban a un maestro de cada espectro y en el centro, entre ellos, estaba el balance. Los cabellos de Alara bailaban a su lado mientras llegaban a la gigantesca entrada. El edificio estaba castigado por el clima, pero su construcción era sólida. Vitti se acercó junto a Mirana, ambas estaban abrigadas y solo podía ver los ojos de Vitti a través de sus gafas protectoras.
“Apenas puedo escuchar lo que pienso.” Dijo en voz alta Mirana.
“¿Y esto es una ventisca leve?” Preguntó a los gritos Vitti.
“Así son las eras de hielo, Vitti.” Dijo al aire Shin.
“No sé cómo no se están congelando.” Dijo ofuscada Vitti. “Apenas siento los dedos.”
“Ellos usan una técnica para protegerse del clima.” Dijo pensante Mirana. “¿Cómo vamos a abrir esto?”
Shin estaba mirando la puerta con curiosidad mientras pensaba en abrirla con su telequinesis, pero antes de que pudiera hacer algo, la compuerta se abrió un poco para dejar pasar a un peculiar droide. Este era de la época de Revan y les dio la bienvenida con respeto.
“Bienvenido al templo, visitantes.” Dijo con su mecánica voz el robot.
Mirana y Vitti entraron por la compuerta para que el robot abriera un poco más para dejar pasar todo lo que traían con ellos. Vitti estaba preparada y había encargado todo el equipo a la telequinesis de Thirin. El robot los dejó en un gigantesco vestíbulo, que parecido al templo de Kyros-4. Shin estaba estudiando al robot cuando este se desactivó por completo.
“Parece que solo se enciende para abrir la puerta.” Dijo al aire Shin. “Este lugar no tiene energía…”
“Armemos campamento.” Dijo con seriedad Artrisa.
“¿Cómo estás tan cómoda con el frío?” Preguntó ofuscada Vitti mientras Thirin apoyaba el contenedor en un rincón del vestíbulo.
“Csilla es parecido a Kyros-4, Vitti.” Dijo sonriente Shin. “Aunque más frío.”
“Por eso siempre anda así en Bosan.” Dijo ofuscada Mirana.
Vitti empezó a ordenar a todos mientras Alara y Shin se acercaban a un mural. Este parecía mostrar una constelación en el cielo nocturno del planeta. Alara apuntó con su linterna a la imagen mientras Shin acariciaba su espalda. Shin estaba pensando en algo cuando ambos sintieron algo en la Fuerza. Sus miradas fueron hacia el mismo lugar, una hermosa puerta de madera. Alara apretó la mano de Shin mientras abría la puerta. El pasillo estaba oscuro y frío, pero con su linterna pudieron iluminar su camino. Había un millar de puertas en el interminable pasillo, pero ambos sabían a donde ir. Shin abrió la puerta con su telequinesis para encontrar un peculiar estudio. Sus muebles eran de piedra y todo estaba olvidado en el tiempo. Shin estaba en otro tiempo, Revan caminaba por el lugar mientras hablaba con una mujer de túnicas claras, grises o tal vez blancas. Detrás de ellos había un gigantesco sith en una negra armadura. Revan parecía perdido en sus pensamientos mientras rebotaba ideas con la mujer y el purasangre. La visión terminó con Revan saliendo por la puerta.
“Revan estuvo aquí…” Dijo pensante Shin mientras sentía la mano de Alara apretar la suya.
“¿En este estudio?” Preguntó con curiosidad la maestra.
“Sí, estaba buscando algo junto a sus amigos.” Dijo pensante Shin. “Debe haber alguna pista…”
Shin y Alara revisaron el lugar para encontrar libros en un idioma desconocido para ellos. Algunos papeles se desintegraban al contacto y la capa de polvo sobre ellos ofuscaba la mayoría de las cosas sobre los escritorios. Alara tocó un antiguo holopad con mucho cuidado mientras Shin se acercaba para sacar una batería de su túnica. El cilindro tenía un cable con muchos terminales. Shin sacó una pequeña herramienta para desarmar una tapa del holopad y enchufar su batería. Revan apareció en forma de holograma frente a ellos.
“Este lugar es fantástico, Teethree pudo reactivar el generador y tenemos un poco de energía para las luces. Parece que los grises salvaron a este planeta de una secta sith justo antes de que la era de hielo empiece… Supongo que su esfuerzo fue en vano. Los habitantes de este lugar eran humanos de las viejas naves del centro de la galaxia.” Dijo con prestancia Revan. “¿Dónde estará mi Bastila? Desde que Teethree me mostró sus imágenes he tenido problemas para dormir…” Agregó mirando hacia un costado. “Meetra me ha dicho que no tengo nada de qué preocuparme, pero… me encantaría estar con ellos en este momento. Las visiones apenas me dejan dormir, pero ya estamos cerca.”
Alara miró con curiosidad a su novio mientras estudiaba a Revan. Este tenía barba en esta grabación y podía notar unas cicatrices o tatuajes en su cara.
“¿En qué piensas?” Preguntó con curiosidad mientras Shin miraba a Revan.
“Estaba pensando en Revan, espero que haya podido volver con su esposa e hijo…” Dijo pensante. “Hay otra grabación, Revan sabía elegir su hardware…”
Revan ahora estaba cruzado de brazos mirando hacia arriba.
“Ese mural tiene codificada la ubicación de la famosa Joya, todavía no sabemos qué es, pero es el centro de esto.” Dijo pensante mientras empezaba a caminar. “Scourge piensa que hay más información en el lugar, hoy voy a abrir la puerta de los Archivos.”
Revan se esfumó al salir de la imagen.
“Parece que hay más para explorar.” Dijo sonriente Alara. “¿Dónde estarán los Archivos?”
Un mapa apareció sobre el holopad.
“Este pasillo.” Dijo sonriente Shin.
“Deberíamos volver con los demás…” Dijo al aire Alara mientras apretaba la mano de Shin.
Su novio guardo el holopad para volver hacia el vestíbulo, donde encontraron el campamento en pleno apogeo. La tienda de campaña de Vitti era mucho más acogedora de lo que esperaba. Dentro, la twi’lek estaba calentándose las manos en un calentador eléctrico junto a Mirana. En una mesa estaban Artrisa y Shia mientras que los jedis estudiaban el mural.
“¿Dónde se habían metido?” Preguntó preocupada Vitti.
“Debe haber sido una escapada romántica…” Aportó jocosa Shia desde la mesa.
Shin las calló con la imagen en su holocron, que atrajo a sus amigos que estaban afuera. Luego de ver todo de vuelta, Alara estaba disfrutando de una taza de té mientras Vatse miraba la imagen de Revan.
“No me esperaba poder conocer la cara de Revan…” Dijo al aire Vatse. “Todo el mundo lo nombra en los holocrons del templo, pero…”
“Ya estaba desaparecido para esa época…” Dijo al aire Thirin. “Supongo que algunos de ellos han peleado a su lado.”
“¿Encontraste los holocrons que Alara siempre nombra?” Preguntó con curiosidad Thirin.
“No… La próxima vez que estemos en Coruscant voy a buscarlos con ella.” Dijo pensante Vatse.
Artemios estaba leyendo en su holo.
“Revan era muy cuidadoso, tiene todo anotado aquí.” Dijo pensante el sith. “Parece que la computadora de su armadura se rompió durante una pelea y tuvo que empezar a escribir en estos holopads.” Agregó mientras levantaba la mirada. “Estoy listo para esos Archivos.”
“Comamos algo primero.” Opinó pensante Vitti. “Necesito las calorías para soportar este frío…”
“Estás bien preparada, Vitti.” Dijo pensante Alara.
“Siempre fue así, llevando todo su laboratorio a todas partes…” Dijo divertida Shia. “Todavía no has explotado nada.”
“Estoy aprendiendo a disfrutar la vida sin explosiones.” Dijo contenta la twi’lek.
Alara acarició la espalda de Shin para traerlo a la conversación, ya que estaba perdido en sus pensamientos.
“Comamos algo y sigamos. No quiero que pasen frío en vano.” Dijo sonriente el joven.
“Deberías usar tu armadura.” Dijo con seriedad Artrisa.
“No sé, Artrisa.” Dijo apenado Shin. “Está… tocada por el lado oscuro.”
“Deberías purificarla, Shin…” Dijo apenada Alara. “Así puede armonizarse con la Fuerza que te rodea. Nosotros estamos para ayudarte.”
“Puede ser…” Dijo al aire Shin. “¿Puedo ayudarte a cocinar?”
“Solo vamos a calentar las raciones.” Dijo contenta Vitti mientras tomaba la mano de su novio.
Alara siempre estaba celosa.



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Editado: 27.07.2023

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