Desde Cero

Mi Peor Pesadilla

Si me ubieran preguntado si creía en la felicidad, hace alguno días les ubiera dicho que si, pero ahora lo único que puedo sentir es dolor y tristeza.

Al ver esos ojos que no podía reconocer solo pude decir una palabra — perdoname— escuchando a las demás reírse en segunda voz.

En ese instante se desata una tormenta, y el cielo empareja mi llanto.

— Detente — grito ella, acercándose a mi. Se paró en frente mío poniendo un pie sobre mi cabeza y empujándola contra el suelo.

— Di mi nombre — Anita retrocedió. Y ella empezó a ponerle más fuerza a su pisada — DI MI NOMBRE!!! —

No podía tolerar esto más, junte las fuerzas que me quedaban y grite 

—TATIANAAAAAA….. —Ella sonrió y dijo —Tienes suerte— con un dedo levantó mi quijada — Una escoria como tu no debería seguir con vida — retrocede riendo dándome la espalda — hagan con ella lo que quieran, me importa menos lo que pase con ella— me mira girando un poco la cebeza— esta gorda, fea y repulsiva persona no vale nada— marchandose de ahí, dejándome a merced del dolor.

Las chicas empezaron a hablar sobre que deberían hacerme, pensé que serían más creativas, pero sin una reina que las gobierne sólo son simples obras, empezaron a golpearme como si no valiera nada y Anita solo se quedó parada frente a mi sonriendo. 

No podía tolerarlo, su sonrisa, destruía cada parte de mi mente, grabandose así en mi memoria, solo podía pensar en el final de esta pesadilla, quería que ya acabará, pero lo único que podía ver era como pasaba el tiempo lentamente antes de desmayarme. 

Después de vivir mi pesadilla, desperté en medio de la nada, no reconocía el lugar en donde estaba y la oscuridad me rodeaba, lo único en lo que podía pensar era en el dolor que sentía, y en lo miserable que era en ese momento, las lágrimas empezaron a salir sin poder controlarme y la lluvia caía sobre mi que se sentía pesada al tocarme, lo único que podía hacer en ese momento era abrazarme y llorar.

Rodeada por las estrellas que no tenían ningún brillo para mi, me arrodille y con la pocas fuerzas que tenía trate de pararme pero era inútil, escuche un ruido, mi corazón se aceleraba del miedo.

De la oscuridad salió un chico caminando hacia mi lentamente con una mano en el bolsillo. tenía miedo, que más podía pasarme, cerré los ojos fuerte y mordí mis labios para no llorar aún más fuerte, pero lo uno que escuche fue una voz fría, que se volvió cálida ante mis oídos, no pude oír bien lo que dijo y lo único que hizo fue pararse junto a mi abriendo su paraguas, al ver su rostro cálido y amable llore con todas mis fuerzas para luego  desmayarme nuevamente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.