Al cumplir los 5 años las cosas empeoraron, mi padre enfermo y las deudas se acumulaban, siendo un niño no entendía la situación, solo podía quedarme solo por horas en casa, estrañandolos, con el deseo de verlo.
Después de tiempo de estar solo durante horas enteras en casa, sin saber lo que ocurría, pasaron las estaciones y los días aumentaban estando solo, un día un auto se estacionó frente a mi casa, desde es día todo se volvió borroso en mis recuerdos, lo único que puedo recordar es que mi abuelo vino por mí, cargandome en sus brazos con una expresión de dolor y lágrimas en los ojos, abrazandome fuertemente, diciendo una sola palabra, “yo cuidare de ti”.
Así es como me trajo a vivir a este lugar, no se la razón ni el motivo pero mi abuelo cambio, ya no era la persona dulce y amable que era cuando lo conocí por primera vez, se convirtió en una persona fría sin expresión, guiada por el orden y la precisión de sus movimientos, no me mostraba la misma sonrisa de cuando era niño, tampoco me dirigía la palabra frecuentemente como lo hacía antes, el solo me veía como un pedazo de arcilla del cual tenía q moldear para ser el siguiente suceso del Linaje y quien tomaría la posición de la cabeza familiar. Mis tíos pensaban otra cosa, me veían como un usurpador y sus comentarios sobre mi eran duro y crueles, yo no quería esto pero no tenía opción
pregunte muchas veces por mis padres pero la única respuesta que obtenía fue que ellos pronto regresarían eso decían aunque su mirada decía lo contrario.
Después de un tiempo de estar solo, al cumplir 12, me canse de sus escusas, lo único que quería hacer era irme a casa y estar junto a mis padres otra vez, tome todo lo que pude y salí de aquella mención que tanto despreciaba, recordé dónde quedaba mi antigua casa, tarde en encontrarla incluso se hizo de noche pero aún así la encontré. Vi por los ventanales si había alguien adentro, pero la encontré completamente vacía, no podía resistir las lágrimas, yo solo quería ver a mi papá, cayó una fuente lluvias, y mis lágrimas no dejaban de salir, mi llanto no se podía calmar cerré los ojos para pensar q todo esto era un mal sueño y que pronto acabaría.
De pronto sentí una mano tocando mi hombro, cuando abrí los ojos con la esperanza de encontrar a mi lado a mi padre, vi a mi abuelo sentarse a mi lado preguntándome —los extrañas?— me abrazo y dijo, — perdóname por favor, yo nunca quise que esto pasara, pero hijo mío, no podrás volver a verlos — al escuchar esas palabras, sentí un dolor agudo en el pecho como si hubieran desgarrado mi alma y pisaran los pedazos, mis ojos se llenaron con lágrimas como si quisieran expulsaran el dolor de mi cuerpo y al no poder las lágrimas no cesaban. Mi abuelo se levantó y abrió la puerta del auto — no te dejaré solo, mientras yo viva nunca estarás solo, lo prometo — extendió su mano, con una mirada oscura y aunque fuera tonto en creer sus palabras, tome su mano cálida y entre al auto junto a él, sellando mi destino.
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traiciones y mentiras, amor a primera vista, celos y el ascenso de escalas sociales
Editado: 06.08.2018