Desde el interior de mi mundo

Capítulo 11. Primera cita, otra vez

Al mismo tiempo Cleon se había sentado con Mady al llegar a la cafetería. A cada persona le daban una bandeja de comida con lo mismo, lo cual era realmente desesperante para el rubio, no podría sobrevivir siendo como los otros o comiendo como los otros, pero no había tantas quejas, era eso o morir de hambre. Sentados en esas sillas duras de metal, ante esa mesa blanca, realmente en ese hospital tenían una obsesión por ese color. Miraba la bandeja de comida, no era apetecible, pero no se veía mal.

 

Cleon instintivamente empezó a ordenar los trozos de zanahoria para que estén en perfecto orden, incluso los chícharos y también la carne la cortaba perfectamente, hasta con el puré de papas tenía paciencia para revolverlo dándole forma de cuadrado. Todo eso se trataba de su manía, una obsesión que no podía controlar, en especial si estaba solo. Pronto volteó a ver a su acompañante, ella parecía un pedazo de gelatina temblando ante la inofensiva bandeja de comida, el rubio no entendía su comportamiento, había comido el primer bocado de carne y seguía mirándola. Su enfermedad era algo irónica, muerta de hambre teniendo comida a su disposición, parecía irónico y cruel.

 

-Ahora abre la boca- había dicho con poca paciencia luego de largos minutos observando que ella no hacía nada.

La pelirroja, encantada con tener una maravillosa cita con él, no tuvo más opción que abrir la boca inmediatamente en cuanto él había ordenado. No podía evitar querer escucharlo, su voz era muy bonita y le gustaba, ella llevaba enamorada de ese chico con rostro de príncipe por muchos años, era un amor de fanática. No obstante, ese sentimiento que emergía en su pecho al estar a su lado no era fanatismo, era otra cosa mucho más especial. No le importaba dar un bocado de comida sólo porque él se lo pedía, se iba a esforzar.

 

-quiero...no..vvvvo...mi....taa...ar-.

 

-Mady… relájate -había susurrado en su oído y de repente ella había olvidado ese malestar que era más bien mental.

 

La verdad era que su mente no soportaba la idea de gordura de ningún tipo, tenía una postura obsesiva ante ese aspecto que la había llevado a ese estado de salud deplorable. Pero de repente cuando Cleon se acercaba así respirando en su cuello y susurrando aquellas palabras en su oído solo quedaban en su mente imágenes de ese príncipe hermoso de telenovela que incluso parecía supermodelo.

 

Aquel rubio sólo la miraba con mucho cariño, le había parecido tierna desde que la conoció y sin máscara era muy linda también. Mientras más tiempo pasaba con ella, más deseaba hacer lo que fuera para que ella no terminara muerta. Quizás si la ayudaba podría dejar de verse como un esqueleto, y ¿quién sabe? e incluso le ayudaría a alcanzar la perfección que tanto le obsesionaba. Estaba completamente seguro de que no actuaba movido por la pena, sino por la desesperación de perder a una persona maravillosa, a la chica de la que se había enamorado.

En ese momento la pelirroja simplemente había pasado la comida mientras continuaba dejando que él la alimentara. Sus nervios sólo crecían por lo que estaba haciendo, sin embargo, el hecho de que él estuviera a su lado apoyándola y ayudándola, hacía que se sintiera mucho más especial.

 

Luego de unos minutos de tranquilidad, ella hizo algo que quizás lo haría perder la cabeza. Mady había mezclado parte de los alimentos del plato, el perfecto orden de Cleon ahora estaba mancillado por ese revoltijo, se supone que el rubio había colocado chícharos, por un lado, zanahorias por otro. carne al siguiente extremo y el puré en otro lado, y ahora había un área en el que el puré se mezclaba con las zanahorias y los chícharos, era insoportable para el rubio.

Cleon rechinó sus dientes y tomando las manos de Mady las acariciaba indicando que no se moviera , rápidamente estaba devorando el las partes mezcladas de comida y empezaba a darle de nuevo de comer a ella en la boca, no quería que otra vez desordenara lo que él hacía,  incluso tenía un modo de darle de comer, tres chícharos primero, luego una cucharada de puré de papa y después un trozo de carne y volvía a repetir, Cleon era muy especial en ese sentido le desesperaba el desorden, tenía nervios de que a ella le pareciera muy raro aquello.

 

-¿Sabes?Me gusta mucho estar contigo. Casi no me molesta cooo mer.

 

-Y a mí me gusta verte sin máscara.

 

-¿Síiii? ¿No me mientes? Mis padres decían…

 

Cleon la había tomado por sorpresa evitando que ella siguiera hablando. No tuvo mejor idea que besar el reverso de su mano para hacerla olvidarse de aquellos recuerdos dolorosos.

 

-Yo también tuve padres que no me entendieron, no querían que siguiera mis sueños. Pero tengo que agradecerles, sin ellos no te hubiese conocido a ti.

 

-¿Lo dices en serio? -dijo con emoción y ojos brillosos. -Señor príncipe Cleon yo no sé cómo usted sigue en este lugar, usted es un buen artista muy famoso y reconocido ha interpretado los mejores papeles en novelas además que siempre cuida su apariencia y su cabello. Estoy completamente feliz de poderlo conocer, ¿cómo podría haber pensado que iba a encontrar a alguien como tú en este lugar?




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