Desde el interior de mi mundo

Capítulo 16. Siempre juntos

-No.. noooooo

 

Cleon se había levantado de una horrible pesadilla sintiendo que la cabeza le daba vueltas, estaba sudando y quería vomitar. Había soñado que trataban a Mady como un experimento de laboratorio, y luego los metían a todos en feas habitaciones tipo prisión. Sin embargo, al notar la poca iluminación del lugar sintió una verdadera punzada en su corazón, ¿no había sido un sueño?

 

-Ñaaam

 

Pronto miró hacia su lado, Madelyn dormía acurrucada en la colchoneta siguiente, parecía un lindo tamal envuelto en esa manta rosa. Era verdad, todo estaba oscuro porque estaban en el sótano. Ahora recordaba bien, la noche del viernes habían estado contando historias de terror y le había afectado aquello. Era sábado por la mañana, pero aún no quería despertarse en lo absoluto. Perezosamente se había acurrucado mirándola. Ya había pasado un mes desde que despertó en ese lugar y no podía sentirse mejor.

 

-Ñaamo ñaam… pastelilo.

 

Por eso le encantaba su querida pelirroja, mientras él soñaba con un destino fatalista para él y todos los demás pacientes del hospital, ella en cambio soñaba con comerse un pastelillo. Pero era mejor así, pues Mady incluso estaba llegando a tener antojos. Era un gran avance para alguien que no quería ver comida por el resto de su vida, también había subido cinco kilos extra desde que la conoció, estaba orgulloso de ella. En ese momento pasó su mano por el cabello rojo que poseía y dio suaves toques cerrando los ojos, le gustaba dormir sabiendo que al abrir los ojos estaría ella esperándolo.

 

 

***

 

-Shhh, mi príncipe, yo sé que tienes trastorno obsesivo compulsivo -preguntó ella entre en susurros luego de que él tuviera el valor contarle por qué estaba allí.

 

Cleon solo pudo asentir con vergüenza, ella se estaba enterando de todos sus problemas y desórdenes, la comida y su violencia 

 

-Mady, debes cuidarte mucho -él quería tocar sus mejillas, quería abrazarla y hacerle sentir que estaría segura en sus brazos. Pero no sabía como decirle que su valiente príncipe y caballero de dorada armadura era en realidad un chico asustado que jamás había tenido amigos ni novia. Realmente sonaba patético, y él sentía que, bajo toda esa fachada de perfección, solo era un desastre que nadie podía querer.

 

-No te preocupes yo entiendo todo lo que tienes y todo lo que sientes. Tú realmente vas a mejorar te prometo que vas a estar bien te prometo que en realidad nada malo va a suceder porque tú eres Cleon, no me refiero a tu fama, sino al verdadero Cleon que conozco -dijo mientras tomaba sus mejillas. -¡Y está mal lastimar a las personas.....es de gente malvada! -lo regañó.

 

Cleon miraba sus ojos cálidamente, ella no era merecida por ese mundo cruel y vi.

 

 -Quiero ser mejor .... para estar contigo -había dicho Cleon mientras  que se acercaba  y rozaba ambas narices con cierta nostalgia

 

-Cleon si pudieras abandonar este lugar ¿lo harías?

 

-Supongo que me acerqué a ti al principio para que me ayudaras con eso. Antes sólo quería irme. Pero ahora quiero estar aquí contigo y con todos.

 

-¿Y si tus padres te llamaran para sacarte?

 

-La verdad es que, si lo hicieron, hace unos días.

 

-¡¿QUÉ?!

 

-Les respondí que me dejaran en paz, porque estaba loco -dijo divertido y tomó una de las manos de la pelirroja -Mady algún día ambos saldremos de aquí, ¿entiendes? no voy a irme sin ti. Cuando estemos afuera viviremos mucho mejor -decía mirándola a los ojos con determinación.

 

Cleon no mentía, realmente había recibido una llamada rara, una enfermera le dijo que fuera con él y allí escuchó la voz de su padre exigiendo que regresara a trabajar. Su respuesta fue tal y como le dijo Mady, sabía que no le debía absolutamente nada a ellos, ahora sabía que nunca debió haber regresado a la mansión Archer.

 

Tenía cosas más importantes en que pensar, como en no perder a la única persona que de verdad lo quiso, aun sabiendo que se comportó como un completo monstruo cruel y despiadado. Ella aun lo quería a pesar de haber descubierto que no era perfecto.

 

Madelyn juntaba sus narices compartiendo ese beso esquimal, tomó su meñique mientras hacía una promesa de que ambos estarían juntos y que se apoyarían en todo. Realmente eran una verdadera pareja o eso sentían desde lo más profundo de sus corazones.

 

-Mme… sssoññe que mee beesaa abas- dijo con las mejillas sonrosadas.

 




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