-Hola- los nervios invaden mi ser.
-Hola- contesta mientras le paso mi kit de desinfección.
Se limpia los zapatos en mi tapete sanitizante improvisado, deja la cajita con el gel antibacterial, las toallas de cloro y el atomizador con sanitizante para limpiar su mochila.
-Adelante- doy el paso e indico donde dejar sus cosas.
-Te vez hermosa-ese cumplido me eleva a lo más alto de las nubes.
-Te vez- trago saliva -igual- por un momento me mira desconcertado -es decir te vez guapo- en ese momento se ruborizan mis mejillas -no es que no te veas hermoso, pero te vez guapo- confirmo.
-Gracias- se acerca adarme un beso cerca de la mejilla.
Deja su mochila en el perchero, caminamos a la cocina y empieza a sacar sus topers con la comida.
-Debo confesar que no la he hecho yo, la encargue de un restaurante italiano que solo entrega a domicilio.
-Es perfecto- mis ojos se llenan de brillo al ver paella, pizza y pasta.
Saca la comida de los topers y los ponemos en unas bandejas que tengo, las llevamos a la mesita del balcón junto a la botella de vino tinto.
-Miau- se acerca Milo a nosotros mientras nos sentamos.
-Hola amiguito- lo saluda de inmediato Romeo.
-Miau.
-Kitty se quedo en casa, prometo pronto traerla- contesta mientras Milo se acaricia en su pie.
-Milo, por favor esta vez no vayas debajo de la cama- hago el chiste de la última vez que estuvo el aquí.
-Bueno, será interesante ver que saca esta vez- dicho eso guiña un ojo de complicidad a Milo, el solo se retira.
La luz de la luna se complementa a la velada, son las 8:35 de la noche, el sonido del mar, la luz de las velas hace que este sea el mejor momento de este 2020.
El empieza por la pizza así que le sigo, me sirve vino tinto.
-Gracias- digo un poco más nerviosa, verlo así de cerca, tenerlo así de cerca me hace estremecer.
-Entonces, cuéntame ¿Cómo van con los cursos del seguro?
-Bueno, hemos estado al pendiente, ayer tuvimos el obligatorio de los negocios, fue largo pero muy informativo.
-Si, también lo tuve ayer.
-Dime, ¿Cómo esta tu familia?
-Mi padre, mejor, también se hizo la prueba ayer y salió negativo, mi madre, abuela y hermana no han tenido síntomas, pero igual se la hicieron y salió negativa.
-Eso me alegra mucho.
Seguimos con la paella, más vino y terminamos con la pasta carbonara, entre comida por lo general soy muy callada ya que, bueno quien quiere hablar con la boca llena.
-Estoy satisfecho- dice refinadamente.
-Yo también- digo tratando de acomodar el vestido a que no me quede tan entallado del abdomen que se me ha abultado.
-Dime, ¿podemos repetir una cena a la semana? - propone mientras sostiene mi mano.
-Claro- contesto un poco nerviosa, es obvio que el me hace sentir nerviosa, pero esta vez es por que un eructo quiere salir de mi -Burrrrr- solo me llevo las manos a la boca.
-No te preocupes es normal- dice entre un pequeña risa.
-Si, lo sé.
-Puedo- tartamudea un poco -un momento- camina al perchero de la entrada.
Yo me quedo contemplando el bello anochecer desde aquí.
-Sabina- en ese momento volteo, el tiene su mano estirada a mí, la tomo y me levanto hacia él.
-Dime.
Saca una pequeña cajita detrás de él, cuando la abre puedo ver un hermoso collar de oro con una piedra de esmeralda en medio.
-Es hermoso.
-Puedo- lo toma en sus manos, me da caja, me volteo y acomodo mi cabello al frente, el rosa sus dedos por mi cuello, algo que se me hace muy excitante, deja caer lentamente sus manos por mi figura.
-Romeo- digo su nombre entre un susurro, para ello me voltea a él quedamos a solo centímetros de nuestra respiración, baja su cara más a mí, rosa sus sexis labios junto a los míos, me toma de la cintura y me besa, el beso más dulce, delicado y excitante que he vivido, me dejo llevar por el momento, ya que es algo muy especial.
-Sabina-pega su frente cerca a la mía -me gustas mucho.
-Tu me gustas igual- contesto.
Me abraza, pego mi cabeza a su pecho que resulta estar un poco agitado.
-Qui…- ahogo mis palabras con el beso que me sorprende, quisiera hacerlo con él, pero no, no puedo.
-Sabina- dice entre un espacio del beso -me haces sentir- en eso siento como una erección se topa con mi abdomen, el es unos escasos centímetros más alto que yo.
-Romeo- trago un poco de saliva al sentirlo -te juro que quiero, pero no puedo.
- ¿Pasa algo? – pregunta mordiendo mi labio.