Después de ese apasionado beso, nos sentamos en el sillón.
-He pensado en algo- dice Romeo mientras sostiene mis manos -tus amigos tienen razón.
- ¿En qué? – pregunto aun sabiendo a que se refiere.
-Cuando sabes que una persona es la indicada, lo sabes- empieza a relatar -mi abuela me dijo que le diere ese collar -tomando el colgante de mi cuello -a la chica que creyera es la indicada y cuando le dije que te lo di -sonríe recordando algo -ella se emociono al saber que era para ti y de verdad eres la indicada.
Un silencio invade entre nosotros hasta que por fin digo lo que pienso de él.
-Romeo, desde esa noche que tuvimos la cena, pensé lo mismo de que tu eres el indicado- suspiro un poco -incluso me preguntaba si tu sentías lo mismo por mi desde antes.
-Solo 40 días nos bastó para saberlo.
Ante eso ultimo se abalanza una vez más a mí, y esta vez sus besos se intensan a medida que agarramos el ritmo -te deseo tanto Sabina- dice finalmente.
-Yo a ti Romeo- confieso entre besos.
En ese momento para y se sienta.
- ¿pasa algo? – pregunto sorprendida.
-Quiero que sea especial, es decir, me salí del tema -dice mientras acomoda su camisa -lo que pensé es que, si estaría genial compartir juntos un lugar, no somos unos niños que no sabemos lo que queremos, somos adultos y ¿quieres vivir conmigo?
Repaso los pros y contras en mi cabeza, lo único que veo es que es apresurado pero el pro es que ya somos adultos como el menciona.
-Claro que sí, eso sería genial- contesto.
Ambos nos abrazamos alivianados de saber que lo que queremos es lo mismo que deseamos.
-Ahora lo más importante ¿Dónde? -pregunto.
-Bueno, me gustaría más aquí, a decir verdad, ya que tu balcón es más grande que el mío y sobre todo tú tienes dos habitaciones y yo solo una.
-Cuando iba Gianna a visitarte ¿Dónde dormías? – pregunto.
-En el sofá.
-Que buen hermano eres- digo mientras tomo su cachete de cariño.
-Entonces aquí será- dice viéndome fijamente.
-Si, mañana podemos traer tus cosas.
-Gracias Sabina, quien diría que desde ese balcón comenzó esto tan hermoso- dice mientras me besa una vez más -mi familia estará feliz de saberlo.
Se preguntarán que paso con tu familia Sabina, bueno como ya no mande dinero a mis hermanas y tías, ellas dejaron de contactarme, solo para eso me buscaban si no me creen lean estos mensajes.
-Tía Ortercia ha enfermado, necesitamos mil para las medicinas- hermana Clara.
-Azucena se torció el tobillo, requiere cirugía cuesta tres mil pesos- hermana clara.
-Clara ha enfermado, tiene una hemorragia, nos cobran casi cinco mil pesos- tía Ortercia.
-Azucena tiene vomito, el doctor nos cobra 900 pesos por atenderla y darle antibióticos.
-Tía Ortercia tiene que pagar el alquiler de la casa son cinco mil pesos, los necesitamos hoy-hermana Azucena.
Me los enviaban cerca de 3 veces a la semana, nunca me mandaban recetas para poder facturarlas, y sinceramente cuando decidí contarles de Romeo, agradecí infinito haberme equivocado de chat y contarles a los chicos fue lo mejor, ya que ellas solo me hubieran dicho que no tenia que distraerme solo mandar dinero.
- ¿Qué piensas? – pregunta al ver que me he perdido.
-Que agradezco mucho haberte conocido, eres lo mejor de este 2020.
-Bonita- dice mientras me toca por el cuello con sus suaves manos -tu eres lo mejor de mi vida.
Decidimos tomar una ducha, si, lo confieso, lo hicimos juntos, y no entrare a detalles de lo que paso, solo que ha sido lo más emocionante que he hecho en mi vida.
-Buenas noches bonita- dice mientras me toma por la cintura para acercarme a él.
-Esta será mi posición favorita a partir de hoy- digo mientras trato de conciliar el sueño, de la posición que hablo es la de cucharita.