-Debemos tener todo listo para mañana- digo desde la computadora.
Mañana al fin, tendremos un evento para 60 personas, y debemos de organizarnos correctamente.
-Hace falta comprar las mamparas para las mesas- me recuerda Francesca.
-Tienes toda la razón.
Tomo mi bolso, salgo del local y me dirijo a la tienda de acrílicos en el centro, la idea es que antes en una mesa podían estar hasta 9 personas, pero ahora por el distanciamiento social, debemos de reducir a 4 personas por mesa, lo que nos lleva a tener más mesas en casa evento, pero este no es la excepción, es una boda civil.
Termino de hacer las compras, desde que Romeo se fue a la casa de sus padres y que prometió regresar no lo he visto y menos hablado, son 4 días de tristeza, pero como siempre, le he dado su espacio.
Cuando regreso Francesca me espera afuera.
- ¿Paso algo? - pregunto un poco preocupada.
-No- sonríe, lo se por que a pesar de traer el cubrebocas sus ojos se cierran un poco.
-Adelante- dice caminando detrás de mí.
Mi corazón por alguna razón se acelera, está un olor familiar en el aire del local, busco a Romeo con la esperanza de que este cerca.
Alguien tapa mis ojos por detrás, me quitan las cosas de las manos y me piden no tener miedo.
-Hola cariño- escucho la voz de Romeo.
Me quita las manos de los ojos, me las pasa por la cintura y me voltea a él -te extrañe demasiado- dice dándome el más tierno beso.
Cuando reacciono, me doy cuenta de que todos nos están viendo -bueno chicos pasaremos a mi oficina- digo tomando de la mano a Romeo.
Se sienta en frente de mi escritorio y yo tomo mi lugar - ¿Cómo estás? -pregunto.
-Fue muy difícil, perder a mi abuela es lo más duro que he pasado, pero tengo un motivo para estar en pie- dice mientras se acerca a mí una vez más.
-Seré tú apoyo lo prometo- digo mientras el voltea mi silla a él.
-Sabina, hemos coincidido en esta vida por alguna razón, se que nos separamos y que eso nos dio una razón para querer estar juntos una vez más, yo estoy seguro de lo que quiero, y te quiero a ti, en mi vida, ahora y para siempre, me haz hecho un hombre diferente- toma mi mano -sientes mi corazón, tu haces que se acelere con solo verte, de solo olerte, en mi vida se que te necesito, ¿tú sientes lo mismo?
Mis ojos están cristalinos -Romeo, estoy segura solo de una cosa, también te quiero en mi vida.
Un respiro sale de él, mis manos y piernas tiemblan por dos razones, pero la principal razón es por que presiento que se viene una pegunta formal.
-Sabina, pequeña y grande mujer ¿quieres casarte conmigo?
Estoy pensativa sin moverme, bueno, me lo esperaba, pero no, bueno la verdad si me lo esperaba.
- ¿Sabina?
-Claro que si acepto- me abalanzó a él, ambos cayendo al piso -Te amo- digo dándole un pequeño beso en los labios.
-Te amo- contesta mientras nos levantamos del suelo.
El nos ayuda a acomodar las cosas en la camioneta donde siempre llevamos mobiliario y todo para él evento.
De la emoción no he mencionado una futura boda a los chicos hasta que Alessia ve mi mano.
- ¡No puede ser! - dice en voz alta llamando la atención de todos.
- ¿Qué paso? - pregunta espantada Francesca.
-La jefa se va a casar.
Todos voltean sorprendidos a mí y a Romeo.
- ¿En serio?
-Si- contesto enseñando el anillo -quería que fuera sorpresa.
Dicho eso, todos se acercan a nosotros para felicitarnos.
-Todos queremos ser padrinos de algo, así que considérenos- dice Emilio.
-Es un hecho- confirma Romeo.
Alessia termina con los detalles del pastel, yo con el itinerario del evento, todos tenemos asignados nuestros deberes.
-¿Qué piensas?- pregunto a Romeo que me mira atento.
-En lo afortunado que soy, es decir, antes solo reprochaba tu trabajo, pero ahora te admiro más.
-Si, es algo tedioso tener todo listo y más cuando todo sale de aquí.
-Son muy buenos en lo que hacen.
-Gracias- sonrió -a decir verdad, creo que necesitamos a alguien más aquí.
-De verdad ¿para qué?
-Mira, yo hago todo lo contable y administrativo, pero también me encanta la cocina y el marketing, estaba pensado en contratar a alguien que haga mis actividades y yo poder ayudarles a los chicos en lo demás.
- ¿Estas proponiéndome? - pregunta con una sonrisa.
-No sería malo o ¿sí?
-Seria todo un placer trabajar a lado de mi futura esposa.
-Los chicos me lo habían propuesto, pero después de lo pasado, lo pensé y bueno ahora creo sería algo interesante hacerlo juntos.