Desde mi cielo

CAPITULO 4: Stricken / Disturbed

     Llegamos a un bar de mala muerte, "el bola 8" las luces neón que adornan el nombre están apagadas ya que es de día, entramos y el lugar está totalmente vacío, solo hay una chica, cabellos rubios como el oro, está limpiando la barra, voltea hacia nosotros y noto que sus ojos son marrones, indicios de rojo asoman en sus iris, parece un ángel, pero creo que estoy equivocada. Se acerca a nosotros saltando por encima de la barra, se para frente a mi con emoción, me intimida su impetu.

-Vaya... la nueva inquisidor... (me sonríe tiernamente) soy Jade, un gusto (me abraza de repente, pongo mis manos en su tórax y veo como los demás nos ven con una sonrisa en la boca)

-El... gusto es mío... (se separa y me ve alegre, se va de regreso a la barra y sigue limpiando, me quedo sorprendida por su forma de recibirme)

-Ven... es por aquí... (dice Florence manteniendo la sonrisa)

     Caminamos hacia una puerta que se encuentra hasta el fondo, la abre y entramos a una oficina pequeña, discreta, las paredes son rojas y detrás del escritorio veo al demonio de la morgue, está pensativo, absorto, con el ruido de nuestros pasos sale de su ensoñación y me ve sorprendido, al principio se alegra de verme y se levanta abruptamente de su asiento, después cambia su postura a fastidio y enojo. Rodea el escritorio y me ve de arriba a abajo frunciendo el ceño. Me quedo quieta esperando lo que tenga que decir, suspira con fuerza intentando relajarse, cierra los ojos por un momento y cuando los abre me ve más tranquilo.

-No vuelvas a hacer eso... (me dice mientras me señala con su índice) 

     Da media vuelta y camina hacia su escritorio de nuevo, acomodandose su cabello, se recarga en él y nos voltea a ver a los cuatro, pasa sus ojos en cada uno. Sigo esperando a que diga algo hasta que Florence es la que rompe el silencio, por como la siguen los otros dos y como es la intermediaria para todo, creo que ella es la líder de los inquisidores. Venga no tengo problemas con eso, solo espero que no me dé problemas cuando tenga que ajustar cuentas.

-Bien... y... ¿ahora? (le pregunta a Tony, este vuelve a regresar de su ensoñación)

-Anthoniel... dime Tony (me ofrece su mano, su manera de comportarse parece muy errática, como si estuviera obsecionado con otra cosa)

     Estrecho su mano y volteo a ver a los demás inquisidores, noto que están tan confundidos como yo. De inmediato Tony regresa su mirada al escritorio y empieza a revisar unos papeles con angustia, Florence se acerca a él y le quita los periódicos regresando su atención a nosotros.

-¿Qué pasa? (le pregunta exigente mientras se recarga en el escritorio, él levanta la cabeza lentamente hacia ella como si fuera difícil encontrar la forma de explicarle)

-El santo grial desapareció...

     Escucho una voz varonil saliendo del otro lado de la habitación, cuando volteo veo a un hombre alto, tan alto como Lucifer, sus cabellos son castaños y sus ojos de un azul intenso, de inmediato Florence se acerca a él con familiaridad y lo toma de la mano. Así que él es el enemigo de amores de Lucifer, pensar en eso me hace sonreír. De repente noto que me está viendo fijamente algo contrariado. 

-Lo siento... Tyra... la... nueva casi inquisidor... (le sonrío y extiendo mi mano)

-Hariel, General Seráfico... (estrecha mi mano)

     ¿Seráfico? ¿serafin? vaya... por lo que tengo entendido, los serafines son ángeles de alta jerarquía y... si es general, bueno, es importante el muchacho. Siento nostalgia al saber su grado, extraño mi trabajo, extraño la milicia. Salgo de mi ensoñación, Yusuf toma la palabra.

-¿El santo grial? ¿que no hay como miles de versiones en todos lados? (dice algo divertido mientras se acerca a la mesa de billar y empieza a jugar)

-Así es... él Santo Grial de la Catedral de Valencia, él Caliz de Doña Urraca, él Sacro Catino de Génova... y muchos más... (digo y todos voltean a verme escépticos) lo siento... me críe en una familia católica y admito que me llama la atención un poco las reliquias cristianas, desde que me enteré del robo de los clavos de Helena...(noto como todos se ven entre ellos y de repente fingen demencia)

-Bueno... si hay muchos Griales ¿Por qué preocuparnos? (dice Sebastián quien toma un taco y se pone a jugar con Yusuf)

-Por que se robaron el verdadero... (dice Hariel sobresaltado)

-¿Cómo sabes que es el verdadero? (me cruzo de brazos y me recargo sobre el escritorio)

-Por que ese caliz estaba resguardado en una bodega secreta del Covenant, custodiada por serafines y querubines aquí en la tierra... (todos nos quedamos callados) no entiendo como dieron con ella si estaba cubierta por un hechizo, era imperceptible e impenetrable... (se queda pensativo, absorto viendo el piso cuando Florence pone su mano en su mejilla regresandolo a la realidad)




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