Desde los ojos de Tyra.
Abro los ojos lentamente, lo primero que veo es el techo del recinto donde estoy, es confuso, no lo reconozco en nada, una lámpara dorada cuelga sobre mí, se ve demasiado elaborada y cara para estar en el club de Tony. Me siento y veo la cama en la que estoy, las sábanas son de seda, de color negras, tan suaves, el resto de la habitación tiene las paredes negras con detalles en dorado, todo se ve demasiado elegante y costoso, jamás había frecuentado lugares así, veía en la televisión, cuando tenía tiempo o vacaciones, veía la clase de lujos que personas con dinero llegaban a tener, sinceramente se me hacia un exceso, nadie necesita un lugar así para ser feliz. Salgo de la cama y me muevo despacio hacia la puerta, está entre abierta y lo primero que veo es a Lucifer, está sentado frente a la barra bebiendo, se ve meditabundo, pensativo, con un poco de tristeza y melancolía en su mirada. Soy capaz de recordar lo que pasó en el bar, como colapse, recuerdo las alas que tenía en la espalda pero de inmediato trato de no seguir pensando en ellas, no quisiera que volvieran a salir, me concentro mejor en él, en sus ojos cuando me veía en medio del caos, como su simple presencia me hizo cambiar mi tensión por paz, es raro creer que el diablo pueda lograr eso en lo que parece ser un ángel, por que eso soy yo ¿no? O por lo menos en especie, ahora.
Camino lentamente hacia él, detecto que se ha dado cuenta de mi presencia, su mirada cambia, sale de sus pensamientos y noto como su comisura de la boca se intenta levantar en una sonrisa, ¿qué éramos que nos llevábamos tan bien? Por lo menos yo siento una necesidad muy intensa de acercarme a él, de tocarlo, de sentirlo cerca. Cuando estoy a escasos pasos decido sentarme a su lado, apoyo mis codos en la barra y lo veo fijamente mientras él clava esos hermosos ojos rojos en su copa de vino, sin decir ni una sola palabra acerca su copa a mis manos, ofreciéndomela.
-Lo siento... Intento no beber cuando estoy dentro del departamento de un hombre... (busco ser graciosa y romper el hielo, él simplemente sonríe y veo sus hermosos y perfectos dientes blancos, bien alineados, sus colmillos resaltan sutilmente de los demás, se ven más grande y afilados que los de cualquier humano)
-Hay que tener precaución... Nunca sabes con que clase de demonio te encontrarás... (arrastra su mirada por la barra se detiene en mis manos, sube por mis brazos y llega hasta mi rostro, sus ojos siguen teniendo algo de nostalgia, pero ¿por qué? ¿Qué le aqueja? ¿Qué es tan doloroso que no puede dejar de pensar en eso?)
-Gracias... (esa simple palabra hace que se sorprenda, me ve confundido y noto como está dispuesto a preguntar ¿por qué?) me sacaste de esa locura... Necesitaba aire... Desde que... Estoy así... Todo es... Confuso, irreal... (cierro los ojos recordando como se sintió abrirlos ojos esa primera vez)
-Esto ha sido un cambio demasiado brusco para ti... Algo antinatural y aberrante... (se levanta del banco y camina hacia atrás, cuando lo volteo a ver está frente a un ventanal inmenso, el cielo se ve oscuro y estrellado, no hay ninguna nube que interfiera con la luz de la luna) pero... Agradezco que haya pasado...
-¿Te alegra que esté aquí?... ¿De nuevo? (pregunto tentando a mi suerte, arriesgandome a un desaire, él solo voltea lentamente y me sonríe no solo con sus labios si no también con su mirada)
-Demasiado... Aunque no puedas entender por qué... (la melancolía regresa de nuevo a sus ojos y de nuevo me siento frustrada, no me gusta verlo así)
-¿Qué te causa tanto dolor? Dicen que los ojos son la ventana del alma y tu alma está muy atormentada... (hablo mientras clavo mi mirada en la copa que dejó, la hago girar por el cuello con mis dedos, hasta que lo escucho hablar otra vez)
-Tú... (su respuesta me deja sorprendida, retiro mi mirada de la copa y volteo lentamente hacia él, ¿yo? Algo dentro de mi se estruja, duele, se quiebra)
-¿Yo?... No entiendo... (me levanto y camino lentamente hacia él que a decidido darle la espalda al ventanal por verme a mí, con forme me acerco noto que su mirada sigue siendo melancólica, cargada de dolor)
-Haces que mi mundo colapse... (baja su mirada, evita mis ojos, camino más hasta llegar frente a él)
-Caipora me hizo creer que... (trato de pensar bien en lo que voy a decir) me hizo pensar que.. Había algo entre tú y yo antes de que muriera... (cierro los ojos mientras pongo mis manos en mi cintura, respiro agarrando valor para seguir hablando) él dijo que... Eras mi caballero negro... Tratando de encontrar un parecido cercano a lo que sería un príncipe azul... Que... (abro los ojos y los clavo en los suyos, noto que me presta atención) que... Mi muerte fue un tormento para ti... Pero... Ahora creo que el hecho de que regresara es el verdadero tormento... (quiero sonreír pero no me sale, solo expreso una mueca, un remedo de sonrisa)
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Editado: 18.01.2020