//Desde los ojos de Florence//
Esta mañana me siento mareada, todo me da vueltas, sigo con ascos, incluso me veo al espejo y me veo pálida, casi muerta. Ayer trague tanto qué no sé que de todo me hizo daño y con el estrés que he tenido de seguro me terminó empeorando la situación. Pese a mi recomendación, Hariel le pidió a Daniel que me trajera a un médico, al parecer es un ángel que vive en la tierra y trabaja de eso, claro si traían a un médico humano posiblemente se espantaría ó se volvería loco. Intento controlarme, pero en verdad ni fuerzas tengo, las naúseas son espantosas. Estoy en el borde de mi cama viendo a la lejanía, sin ganas de comer, Hariel me trajo algo, pero sinceramente me revuelve el estómago de sólo ver la comida. De nuevo esa saliva tan peligrosa que avisa que se avecina algo peor empieza a inundar mi boca, antes de levantarme escucho como se abre la puerta de la habitación, más tardo en voltear para ver quién entra que las náuseas dominarme, me levanto apresurada al baño y vacío mi estómago.
-¿Inquisidor? ¿Todo bien? (Pregunta Hariel preocupado) ya está aquí el doctor...
Me levanto del retrete y me enjuago la boca... salgo del baño y al primero que veo es a Hariel que me ve con preocupación, después identifico al médico ya que trae su bata blanca, es moreno, alto y de ojos verdes, me sonríe con calidez y me invita a acercarme, Hariel me toma del brazo y la cintura y me ayuda a sentarme en la cama.
-Bien, me dicen que has estado un poco indispuesta... Cuéntame ¿Cuál es el problema? (Me pregunta amablemente)
-Vomitos, náuseas... (Lo veo con mi cara de muerto)
-¿Diarrea? (Me coloca el termómetro)
-No... (Me alumbra mis ojos con una lamparita)
-¿Escalofríos? (Revisa mis anginas)
-No... (Saca su estetoscopio y ausculta mis pulmones y corazón)
-¿Dolor articular? (Retira el termómetro y lo revisa)
-No... (De nuevo las náuseas)
-¿Qué tiene doc? (Le pregunta Hariel angustiado)
-¿Último periodo? (Me quedo pensando...)
-Hace como 1 mes que me tuvo que bajar, aunque siempre he sido irregular (lo volteo a ver confundida)
-¿Cuando fue la última relación sexual?
Su pregunta me sonroja y me pone a pensar, el único hombre con el que he estado fue Lucifer, supongo por dónde va todo, pero ¿Será?, Digo... No usamos condón, jamás se me ocurrió decirle al señor del infierno que usará uno, pero tampoco creí que pudiera... ¿Embarazarme? Dios mío esas son palabras mayores. Cómo si leyera mi mente sonríe y le pide a Daniel que le acerque un maletín voluminoso, se sienta en mi cama y abre su maletín, es un ultrasonido portátil. No puede ser verdad... Me pide que me recueste y descubra mi abdomen, así lo hago, pone un gel en mi vientre y empieza a buscar con el transductor una imagen que interpretar. Yo por mi parte no veo nada, pero si así fuera no entendería, solo vería puntos blancos y negros.
-Ahí está .... ( Lo dice con una sonrisa)
-Ahí está ¿Qué? (Volteó a ver a Hariel con miedo)
-Felicidades... Estás embarazada, hay implantación del producto, tienes un aproximado de 5 semanas. (lo dice como si fuera lo más maravilloso del mundo y tal vez lo sea, pero no me siento preparada)
Me quedo callada y Hariel igual, nos vemos a la cara, ambos sorprendidos, el doctor empieza a guardar sus cosas y se despide amigablemente de ambos. Daniel lo acompaña de regreso mientras Hariel se queda en mi habitación, se sienta en mi cama y me ve fijamente.
-Bueno, ya sabemos que es lo que pasa... (Me ve confundido)
-Si... Supongo... (No sé que pensar, no me la creo)
-Disculpa intrometerme, pero... ¿Quién es el padre? (Me ve extrañado y angustiado)
-No... Creo que sea buena idea decirlo... (Lo veo apenada)
-Esta bien... Es tú hijo y es tú vida... Yo... No tengo que ver... (Se levanta)
-Hariel... Yo... (Me da miedo que por esto Hariel se aleje)
-Tienes que descansar... (Me dice dirigiéndose a la puerta)
-Supongo que esto cambiará nuestra relación... (Sonrió de lado y él voltea a verme contrariado)
-¿De qué hablas? (Se acerca de nuevo)
-No, nada... (Esquivo su mirada mientras él se sienta en el borde de la cama)
-Mi obligación es protegerte... A ti y ahora al bebé que cargas en tu vientre... (Pone su mano en mi abdomen y sonríe) no faltaré a mi palabra... Tú eres mi prioridad .. (me sonríe con cariño)
-Gracias... (Mi corazón se derrite con sus palabras)
//Desde los ojos de Hariel//
Las palabras del doctor me dejan sin aliento, ella lleva en su vientre al hijo de quién sabe quién, siento algo dentro de mí, una clase de coraje, celos, por qué en este punto ella se a vuelto mi prioridad, me siento bien a su lado, no puedo dejar de pensar que estuvo con otro hombre. Se que no somos nada, pero no puedo evitar sentirme así, aunque hay algo que es cierto y es que no por esto mi trato hacia ella cambiará, el aprecio que empiezo a sentir por ella es más fuerte.
Camino hacía mí habitación reflexionando, pensando en quién podrá ser el padre de su hijo, es una idea que no deja de atormentar mi cabeza. Al entrar veo a Daniel ahí esperándome.
-Hariel... (Me ve con el ceño fruncido y los brazos cruzados)
-Daniel, ¿En qué puedo ayudarte? ( Le digo sin siquiera voltear a verla)
-¿Crees que no he notado como la ves? Estás enamorado ¿No es así? (Me sonríe tiernamente mientras me ve sorprendido por su comentario) pero... Hay algo que debes de saber...
-¿De dónde sacas todo eso? Ella es el inquisidor y punto... Yo... (Me interrumpe)
-Tú estás enamorado de ella, se nota, tú comportamiento cambio y para bien... pero tienes que saber de quién es ese bebé (me lo dice con angustia)
-De seguro de algún humano sin aspiraciones...