Las gotas en el techo resuenan suavemente, un frío soportable y tranquilizador atraviesa la vieja madera que construyen la vivienda de la familia Arana.
En la cima de la montaña de Huehuetenango vive Guiselle, junto con sus padres y otros 5 hermanos. Hector, el padre de aquella gran familia es el encargado de repartir el tomate que cosecha su esposa Martina. Y con ello manda a sus dos últimos hijos a la escuela de su pueblo.
- Guiselle... Guiselle... ¡Guiselle! Despierta que se te hará tarde. - Mi madre siempre me ayuda a despertarme.
Con suerte pude despertar y abrir mis ojos, estoy muy cansada, ayer me quedé trabajando hasta tarde en un proyecto de ciencias para la escuela. Lo tenía que hacer lo mejor posible porque nos dijeron que la prensa y la televisión irían a ver nuestros proyectos para elegir el mejor de todos.
Yo siempre he soñado con salir en la televisión, que todos puedan verme y poder mandarles saludos a mis amigos. Hoy que existe una pequeña posibilidad, di mi mejor esfuerzo en esta antena con materiales reciclables, trabajamos durante horas y horas junto con mi hermano mayor, que fue a recibir algunos cursos de electricidad en la capital, hací que tengo mucha fe en mi proyecto.
- ¡Voy má! - Grito saltando de la cama y corriendo hacia la ducha.
No tardo mucho ya que mi mamá me ha dicho que el desayuno ya está servido como cinco veces. Una taza de avena y unos cuantos panes para que pueda tener energías para caminar hasta la escuela; lo termino en menos de diez minutos y estoy lista para salir hacia la escuela.
- Mucha suerte hoy cariño - Escucho una voz dentro de la cocina, voy a ver y descubro que es papá, y corro a abrazarlo.
- Gracias papi, haré lo mejor que pueda. -
- Sabemos que lo harás muy bien mi tesoro - La voz de mamá llega desde atrás y siento su abrazo también.
- Ahora ve, que se te hace tarde -
- Les mandaré saludos cuando salga en la televisión - Me despido con un beso y corro hacia la escuela.
He llegado a tiempo, tres minutos antes de la hora de entrada, con mi proyecto sano y salvo.
- ¡Hola Guiselle! ¿Lista para el concurso de hoy? - Mi maestra, Patricia, me saluda cuando llego.
- ¡Sí estoy muy emocionada! Mire mi proyecto... -
La maestra Paty, como de cariño le decimos, fue la que me alentó a concursar, ella me dio la idea y me ayudo con el proceso de inscripción y eso.
- Esta muy bonito Guiselle, de seguro darás una buena presentación. -
- Eso espero, gracias por todo seño Paty. -
- No es nada mi niña, ahora vamos al salón que ya va a comenzar el concurso. -
De camino hacia el salón nos encontramos a Diana, una de mis mejores amigas. Ella no quiso participar en el concurso, pero me prometió todo su apoyo así que nos acompañará hasta el salón, donde las mesas para los diferentes experimentos ya están ordenadas y decoradas, en el escenario hay una cortina muy bonita color azul marino y un podio bien adornado. Jamás había estado en un lugar muy elegante.
- Aquí estaré cuando ganes y la prensa te entreviste. - Me dice Diana abrazándome, porque ya llegamos a mi mesa.
- Te lo agradezco mucho Diana. - Se que ella tiene el sueño de ser periodista, o publicar su propio libro o algo así sobre literatura.
Ya está todo preparado, mi antena está muy presentable sobre la mesa, tengo mis apuntes cerca por sí me preguntarán algo; Y una camioneta entra en la escuela, parece ser de la televisión. Mis latidos se aceleran más y más. Miro al rededor y veo otros experimentos mucho más grandes, muchos más complejos, mucho mejores que el mío.
Las cámaras han salido de la camioneta, varios muchachos con papeles y un hombre trajeado quien parece ser el presentador. Se dirigen hacia el escenario y se colocan como si ya conocieran sus posiciones. Y el hombre del traje toma el micrófono y empieza a hablar...
- ¡Bienvenidos a la Feria Científica de Concyt organizado en Huehuetenango! -