Deseos de Navidad

Prólogo

Era una mañana fría de invierno, estaba en el salón de clases de pintura I, estábamos dibujando el desnudo de Jason un joven de sexto semestre de la universidad.

Estaba cómodamente dibujando cuando mi mejor amiga me llamo la atención.

—¿Crees que el tamaño de su pene sea el correcto? —dice sin vergüenza alguna

Me atraganto con mi propia saliva

—¡Janis!

—¿Qué?, quiero que todo salga simétrico

Rode los ojos. —Si se ve bien, se ve simétrico

Ella sonríe.

—Bien chicas la hora a terminado, demos las gracias a Jason por ser nuestro modelo.

Todas damos un gracias y Jason asiente.

—Vamos a con tu sugar daddy —me comenta Janis

—Shhh —la silencio no puedo dejar que nadie se entere que me casare con mi profesor de historia.

—Da igual —hace un ademán con la mano

Caminamos hacia la oficina de mi novio y Janis me deja y ella se adelanta hacia la cafetería, por más que le pide que se quedaré se fue, me es aún raro estar a solas con Arthur.

Toco tres veces y Arthur me abre con una reluciente sonrisa.

—¿Cómo estás Gema? —me dice entrando a la oficina

—Bien y ¿tú?—me senté en una silla enfrente

—Podemos usar apodos, si así lo quieres— me ofrece

—Si está bien...—hago una pausa pensando en un apodo y digo el primero que se me viene a la mente — cariño

El sonrió con dulzura.

—Bueno estoy aquí para invitarte a la ignaguracion de mi casa, ya  me he mudado de la casa de mis padres y haré una fiesta está noche, estás invitado

— ¡Claro estaré ahí!

—Genial, —ambos nos callamos por un momento en un silencio incómodo —bueno iré a comer algo en la cafetería, adiós

Me levanto y el me detiene, estamos frente a frente y toma de mi cabeza y besa mis labios suavemente, me suelta y me ve a los ojos —Eres bellísima

Me sonrojo y agachó la mirada, es difícil verlo a esos penetrantes ojos azules.

Nos soltamos de inmediato cuando alguien lo llama a la puerta, nadie sabe de la existencia de nuestro noviazgo en la universidad más que Janis.

Me acomodo la ropa y el abre la puerta —Gracias profesor por aclarar mis dudas

—De nada señorita Leroy

Asiento y me marcho, el chico que vino a ver al profesor pasa sin sospechar nada y entra a la oficina.

Me dirijo a la cafetería y busco a Janis entre las mesas, la encuentro en una esquina, voy a comprar un emparedado de jamón de pavo y un jugo de naranja y me dirijo a la mesa donde está Janis.

—¿Cómo te fue sugar baby? —me dijo con una sonrisa

—Bien ya lo invite, quiere que nos digamos de apodos, es raro.

—¿Cuáles serán sus apodos?—

—Le dije cariño, creo que eso están bien, ¿Esta bien, no?

—Aww, que dulces —río

Rode los ojos ante su sorna.

Al terminar de comer, vamos a clase de escultura.

Al terminar el día es la fiesta y estoy en mi casa preparando la comida y las bebidas.

El primero en llegar es Hugo un amigo de la infancia que trajo a dos de sus amigos, Edward y a su hermana Susan.

Ambos se ven buena onda y con Susan conectamos inmediatamente, creo que seremos mejores amigas.

A la hora llegan treinta personas más entre ellos Arthur. Todos bailamos, bebemos y comemos hasta las diez que corto el pastel

—Quiero darles la bienvenida a mi nuevo hogar, que si algún día me necesitan aquí estará para ustedes. Ahora a comer del delicioso pastel que nos ha traído  mi mejor amigo Gonzalo.

Todos aplauden y nos reunimos a comer pastel.

Janis se me acerca —Todo está saliendo viento en popa Gema, pero, ¿quién es él?

Me señala a un sujeto de barba corta, cabello marrón y ojos azules, muy guapo.

Niego con la cabeza —No lo sé, pero lo averiguaré.

Me voy a seguirlo cuando, Isaac me llama.

—Gema, ¿quieres probar el mata neouronas?

Lo miro divertida.

—Si, ¿Porque no?

—Genial, siéntate.

A mi lado veo a Arthur quien me toma de la mano y me besa la mejilla —Tengo que hablar contigo —me dice

—¿Ahora?— le pregunto preocupada

—No, más tarde

Asiento

En la cocina se nos une Edward y Janis. Isaas tiene las bebidas preparadas y nos las pasa uno a uno. Ante de tomarlas.

Hacemos un brinde.

—¡Por la nueva casa!—gritamos todos

Después de esa bebida van dos después de dos van cuatro y después de cuatro van seis.  

Y cuando menos lo espero  eso es lo último que recuerdo esa noche

La luz del día me calaba en los ojos, con mi mano trate de taparme los ojos pero por más que intenté algo me lo impedia, al abrir los ojos vi borroso, cerré y abri los ojos varias veces hasta que pude ver bien. Y pude ver mi mano, llevaba unas esposas y estaba ¡esposada a un enano!, bueno a una persona con baja estatura.

Grite lo más alto posible y la persona se levantó y trato de alejarse de mí.

Un hombre entro corriendo y nos vio asustado.

—¡Qué les pasa!

—¡¿Qué es esto?! —me mire de cuerpo completo y ¡Llevaba un traje de santa! —porque estoy vestida así y quienes son ustedes

—Tranquila, —tomo una llave y abrió las esposas, la otra persona salió corriendo y nos quedamos solos

—¿No me recuerdas Gema?

—No se ni siquiera que pasó ayer

—Soy Francis, tu alma gemela—se arremanga la manga derecha y me muestra el conjunto de tres estrellas en diagonal.

Mi marca de nacimiento.

—Somos almas gemelas.

 




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