Ven, pasa, toma asiento en mi cojín,
a usted yo le doy mi copa y beberemos sin fin...
Pero antes de entrar deje fuera, sus problemas y pesares, no quiero mugre de recuerdos que vengan con otros males...
Lo invito también señor, a un paseo por mi vida, estancia en mi corazón, más no quiero despedidas...
En la mesa están servidas, fidelidad, comprensión, respeto, también pasión, aventura y poesía...
De postre le pongo el placer, armonía y mi amistad y para equilibrar la dieta, franqueza y seguridad...
Y concluyendo la cena, también le hago un café, de esos bien fuertes que tengo, que te alimentan la fé..
Espero que de esta cena, satisfecho hallas estado, pues mi sentimientos quedan, en otros brazos varados..
Buen provecho mi señor y ansío su invitación para retribuirme.