Despertar

Capítulo 6:

Dos horas más tarde, con el estómago satisfecho y el cerebro sobrecargado, de dudas y la palabrería de Lila, y bastante alivio, era decir poco, al saber que su madre no se había enterado de sus distracciones y olvidos, tan recurrentes que causaban más decepciones que preocupaciones últimamente. Scott pudo por fin aislarse, en la soledad y silencio de su habitación.

 

Abrió las ventanas del cuarto, dejando que el aire fresco de la noche le acariciara el rostro, y se sentó en el taburete frente a su alto escritorio, sacó los cuadernos y libros de su mochila, colocándolos uno a uno sobre la mesa junto a su cartuchera.

 

Aprovechando su falta de sueño, se armó de paciencia, y dedicó un buen rato a realizar cada una de sus tareas, pendientes y alguna que otra atrasada, con su letra rápida y torcida, esforzándose por hacer las cosas "bien" y al gusto de los profesores.

 

Con suerte, la profesora de F.V.T. no se despertaría malhumorada ni malvada, y odiaría un poco menos a Scott, y la de Filosofía se pondría a conversar sobre el sentido de vida y un par más de temas existenciales, y olvidaría corregir los trabajos prácticos tan a fondo.

 

Ojalá todos fueran como el profesor Meyer, pensó Scott al ver sus trabajos apilados a un costado. Trabajo duro en el aula y nada de trabajo extra en la casa, pasión al enseñar y una paciencia monumental con cada unx de sus alumnxs.

 

Eran casi las dos de la mañana cuando por fin pudo poner punto final a su esfuerzo ¡Y aún no tenía sueño! ¡Que horrible!

 

Dejó caer su cuerpo sobre el asiento, estirándose cuan largo era, mientras jugueteaba con su bolígrafo azul, golpeándolo contra la silla de metal o la mesa de madera, totalmente aburrido ¡Gracias insomnio!

 

--¿Me estoy volviendo loco?- se preguntó Scott, al recordar lo que había pasado en el día.

 

Más distraído que de costumbre, lo cual era bastante alarmante, ese extraño peso sobre sus hombros, que le obligaba a encorvarse, aquella voz, que no sabía de donde provenía, tan cálida y conocida pero que no recordaba, el quedarse dormido, y haber "hablado" Lila... ¡Muchas cosas raras para un solo día! ¡Tantas que hasta la falta de sueño no se le hizo extraño!

 

El recuerdo del paisaje nevado volvió a su mente, parpadeando como un video mal grabado o una película vieja.

 

Con esta brillando en su memoria tan insistentemente, tomó una hoja cualquiera del escritorio, y sin siquiera fijarse si tenía algo importante escrito, se puso a gabaratear sobre esta, tan rápido y automático que, fácilmente parecía  más una impresora que un dibujante.

 

Un rato más tarde, casi sin tinta en el bolígrafo, entre viejas e ilegibles notas del apunte, y un Scott profundamente dormido sobre el escritorio, dando bastante vértigo la posición en la que había quedado. Una imagen, tan nítida que parecía una fotografía, un bosque, de troncos oscuros y ramas que tocaban el cielo, copos de nieve aún en el viento, con un lejano fondo de montañas blancas, brillaba en la vieja hoja del color azul de la tinta.

 

"- Olvida, será lo mejor para tí, sino te volverás loco, Scott... "




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