Aún el sol no logra asomarse por completo, la claridad va tomando forma de instante en instante.
Lily camina distraída silenciosa, tantas cosas que pensar y tantas decisiones que tomar.
Cuando murió la tía Genoveva se encontró sola, en un mundo donde nunca logro sentirse cómoda.
Sus grandes ojos verdes a ratos se inundan con todo el dolor que lleva contenido.
Cada paso la llena con conciencia, todo lo que hay a su rededor.
Las peñas que como navajas apuntan directamente al cielo, y que justo ahora brillan en tonos dorados con las gotas del rocío, es el mejor momento para tratar de llegar a la cumbre y orientarse un poco, pues más tarde el sol intenso crea espejismos y no logrará orientarse para nada.
—¿En qué momento se le ocurrió salir y caminar sin rumbo?—