La noche ya cayó y yo sigo aquí tirada en el suelo, es egoísta de mi parte, sé que hay una criatura creciendo en mi vientre y aún así no he tratado de conseguir alimentos.
Mis ojos están ligeramente inchados por el llanto y he estado en la misma posición por casi 3 horas, mi cuerpo esta totalmente entumido pero aún así sigo en esa posición hasta que los rayos del sol se cuelan por las ventanas.
Por un momento siento culpa y trato de levantarme apoyándome sobre la cama, cada uno de mis huesos crujen y mi espalda duele mas de lo habitual; sobo mi vientre y de mi estómago sale un gruñido, tengo demasiada hambre
_lo siento mucho mi niña.- susurro sobando mi vientre
Tomo las fuerzas necesarias para abandonar la habitación y cierro la puerta tras salir de allí. Pienso en si debo contarlo a mamá o seguir callando
Debo contarle..
Saco el teléfono de mi bolsillo y me concentro en la imagen que puse de fondo antes de salir de Ucrania, Alaska, mamá, papá y yo todos sonrientes en una misma foto demasiado antigua.
Sin que pueda evitarlo comienzo nuevamente a sollozar.
Perdí 5 años de mi vida peleando con mi hermana pequeña, ella no tenía culpa de nada.
Solo tenía 14 años, era una niña pequeña
¿Por qué, Jhonas?
Me retracto de mi desición y vuelvo a guardar en el teléfono en mi bolsillo. El frío de la casa me cala hasta los huesos, mi cabeza va a explotar y la pequeña niña creciendo en mi vientre exije por comida.
Arrastro cada pisada como si bajo mis pies brazas ardientes quemaran, duele, todo duele en este preciso momento. Las escaleras crujen bajo mis pies y la puerta de la cocina al ser abierta rechina. Diría que estoy en un limbo, si no fuera por las patadas de mi bebé no estaría en la cocina buscando algo en la alacena.
_Bien Cyara, no hay nada aquí.- le digo a la nada mientras sobo el abultado vientre._ vamos a comprar comida.
Salgo de la cocina y me dirijo a la sala donde dejé tiradas mis cosas; tomo un abrigo y listo, llevo la misma ropa que ayer y no pienso cambiarla.
Sería estúpido decir que no estoy perdida pero lo estoy. En este pueblo todos se conocen entre sí, los pocos que aún me reconocen me miran de arriba abajo y se van antes de siquiera poder pedir ayuda. Dejo salir un suspiro y con la mira logro dar con un pequeño supermercado a unos metros; tengo hambre y mucha.
Aquí las cosas están en un pelín más baratas que en Ucrania y agradezco mucho eso ya que acabo de gastar todo el dinero que traía conmigo o por lo menos la mayoría. Con un emparedado en una mano, un jugo en la otra y la espalda una bolsa con la despensa me acomodo en una banca cercana al parque, realmente no tengo idea de como voy a lograr subsistir aquí sin tener un trabajo.
Con el último pedazo de sandwich en la boca y el último sorbo de jugo derramado sobre mi pantalón me levanto y me dispongo a regresar a a casa, extrañamente el bolso con la despensa no se me hace tan pesado y el camino a casa me es grato. Pienso en tantas cosas ¿Por qué mi hermana nunca me dijo nada? No sé como se me ocurrió pensar que una niña de su edad podría hacerme eso, mucho mas cuando nunca le agradó Jhonas. Mis pensamientos se encargan de tomar toda mi atención hasta que el sonido de un claxon me saca de mi trance.
A un lado mío una chica asoma la cabeza por la ventana de una camioneta, se me hace peculiarmente conocida.
_Hola! Eres Amaranta ¿Cierto?.- sí, definitivamente tengo que conocerla.
_ Emm sí, soy yo. Disculpa ¿Te conozco?.- puedo jurar que mi cara de duda es lo mejor que existe en este mundo; la chica me lanza una sonrisa y prosigue con la conversación
_Soy Annia, emm podría decirse que soy tu vecina. Vivo a 5 casas de la tuya.- trato de hacer memoria pero realmente no la ruego hasta que._ Jugaba a la escondidas contigo y Alaska hasta que cierto día me trabé bajo tu cama._ estallo en risas haciendo que ella haga lo mismo que yo.
_ya te recordé, lamento que hayas tenido que decirme eso para poder refrescar mi memoria.- pronuncio las palabras dejando una sonrisa con ellas.- oye ¿No es mucho atrevimiento pedir que me lleves a mi casa?.- ojalá me lleve porque cierta persona tiene hambre de nuevo.
_Claro que sí, la verdad no entiendo como es que nadie se a ofrecido a llevarte.- cada palabra la menciona al mismo tiempo que baja de la camioneta y toma la bolsa con comida de mi espalda. La lleva al maletero y yo doy la vuelta para subir al puesto de copiloto.
Una hermosa chica de tez blanca y ojos cafés oscuros esta tranquilamente sentada en la parte trasera de la camioneta, su total atención esta sobre un libro de Allan Edgar Poe, supongo que la música que emiten sus auriculares anulan cualquier otro ruido.
En un simple segundo sus ojos están atrapados por el verde oscuro de los míos, siento lo que ella siente; su corazón palpita rápido, sus sienes duelen, la garganta se le seca y ella habla rápidamente
_Amaranta Amelí Jannes Thurner, en tu vientre llevas la vida de los primeros pobladores, el mal que la bruja exige poseer.- en cada palabra puedo sentir las pulsaciones de mi corazón ir mas rápido, la pequeña en mi vientre se mueve de un lugar a otro, duele.
A mi lado puedo sentir la presencia de Annia, sus brazos sostienen mi cuerpo y me impulsan para que entre al auto. Lo agradezco en un tono de voz muy bajo; mis manos estan frías y sudorosas, mi corazón aún sigue agitado pero no tanto como hace unos segundos.
Annia rodea la camioneta y se posiciona en el asiento del conductor, sé que ella escuchó todo y por esa razón la observo con el terror plasmado en mis facciones.
_Ella es Maren, es mi hermana menor.- La sonrisa de hace unos minutos atrás aún no abandona su rostro, por el retrovisor observo el rostro de Maren que con un movimiento de cabeza me pide que no diga nada._ Tiene 15 años, creo que sería un poco extraño que la recuerdes ya que era muy chiquita cuando te fuiste.