Destinado

Capitulo 11


Los amplios jardines de la mansión de MinJoon estaban iluminados por las antorchas de suelo. El fuego de éstas centelleaba creando una atmósfera de sombras y secretos, de revelaciones y pactos. Había una zona con varias banquetas de piedra dispuestas en un radio circular. En el centro de ese círculo, clavado en el suelo, se hallaba el bastón del concilio.

En el interior, SeungHyun, Hakyeon, MinJoon y Kyungsoo hablaban sobre los temas que se iban a tratar en la reunión.

Kyungsoo estaba sentado con Meokmul en brazos. Mientras lo acariciaba y le hacía masajes, el perro lo miraba con adoración respirando por la boca y con la lengua larga y rosada fuera.Pensaba en las palabras de Jongin. «Te he quitado muchas cosas.» Realmente parecía estar arrepentido por lo que había pasado entre ellos. Como si él no fuera así.

Le dio una galleta Chips Ahoy a Meokmul mientras pensaba en él. Siempre le había costado negarle nada a su perrito. Jongin.

No sabía nada de él ni siquiera si tenía apellidos. Tampoco sabía nada de sí mismo. ¿Qué deseaba? ¿Qué instintos tenía? ¿Había cambiado algo la disculpa y la sorpresa de Jongin?
Los berserkers, especialmente SeungHyun, y su abuelo, se habían quedado estupefactos al escuchar de boca de Kyungsoo lo que había pasado.

¿Un vanirio que pedía perdón? ¿Un vanirio que llevaba un cachorro de Toy Poodle? Ahora los cuatro esperaban en silencio la llegada de los vanirios.
MinJoon le ofreció el brazo a Kyungsoo y él se levantó y lo tomó con gusto. Su abuelo era todo un caballero.

 

Se dirigieron al exterior. Él ya percibía ese afrutado olor tan tropical que lo volvía loco. Jongin ya estaba muy cerca, de hecho, se quedó tieso cuando lo vio apoyado de brazos cruzados en el bastón del concilio. Tras él, los seis encapuchados del consejo, su hermano Sehun, Chanyeol y Leo y unos cuantos vanirios más que nunca pasarían desapercibidos. ¿Por qué razón todos, fuesen hombres o mujeres, parecían salidos de una revista de moda?

Meokmul se apartó de los pies de Kyungsoo y avanzó hasta llegar a Jongin. Lo olisqueó, se sentó enfrente de él y empezó a ladrarle y a mover la cola.

Kyungsoo se sintió un poco celoso al ver lo bien que se llevaba Meokmul con Jongin. Pero luego se sintió violento al ver que no sabía de quién de los dos tenía celos, si era porque Meokmul se llevaba bien con él o si era porque Jongin se llevaba mejor con su perro que con Kyungsoo.

Jongin se agachó y le sonrió abiertamente. A Kyungsoo casi se le para el corazón. La sonrisa más espléndida del mundo, la más cautivadora que jamás había visto, era la de ese hombre.
Se pararon justo delante de él. Jongin se levantó del suelo con Meokmul en brazos. Le acariciaba el cogote con dulzura a pesar de sus enormes manazas. Y el perro se rendía a él.

Kyungsoo pensó que Meokmul era un traidor. Pero luego desechó el pensamiento al ver la imagen tan tierna que ambos plasmaban.

Jongin alzó la vista del cogote de Meokmul, miró a MinJoon y luego a Kyungsoo.

—Hola de nuevo —dijo él alzando una ceja.

—Hola a todos —contestó MinJoon mirando a los vanirios.

Kyungsoo miró hacia atrás y vio que no sólo estaban SeungHyun yHakyeon, sino que veinte berserkers más se alineaban tras ellos. ¿Cuándo habían llegado?

Miró al frente y vio que los seis encapuchados se liberaban de sus capuchones. Beatha inclinó la cabeza hacia Kyungsoo y el resto de vanirios hicieron lo mismo. Menos Jongin, que dejaba a Meokmul en el suelo para luego, mientras se incorporaba, repasarlo de arriba abajo, hasta cernir la mirada a esos ojazos de gato color lila, de pestañas tupidas y curvadas.

La mirada del embrujo. Los ojos de su cáraid, Kyungsoo.

Le había prometido que no entraría en su mente, que no hablaría con él telepáticamente. Pero quería decirle muchas cosas sin que nadie los oyera. Sin embargo, no rompería su palabra. Kyungsoo debía confiar en él.
Beatha y Gwyn se adelantaron y se colocaron al lado de Jongin, frente a Kyungsoo. Beatha lo miró con los ojos llenos de pesar y de vergüenza.

—No sé si nos merecemos tu perdón, pero necesitamos expresarte lo arrepentidos que estamos por lo sucedido. Kyungsoo, te rogamos misericordia.

Luego todos hicieron algo que no estaba preparado para ver. Se arrodillaron ante él y agacharon la cabeza. Beatha siguió volvió a hablar.

—A veces, muy extrañamente se juntan un cúmulo de malos entendidos, hasta hacer una bola de enredos y mentiras que nadie puede desmentir. Eso es lo que ha pasado contigo, Kyungsoo. No nos excusamos por el trato que infligimos, lo habríamos hecho con cualquier persona que se dedicara a destruirnos, pero tú eres inocente. Estábamos equivocados.

Kyungsoo sintió que se le atenazaban los músculos del estómago.

—Nos equivocamos contigo, Kyungsoo —de repente Beatha levantó la cabeza para mirarlo desde el suelo.

—Te pedimos perdón frente a tu familia —prosiguió Gwyn, —frente a MinJoon, el jefe del clan berserker. Ante ti también nos disculpamos, MinJoon. Sentimos lo que pasó con tu nieto —Gwyn alzó la cabeza hacia MinJoon. —Nuestras más sinceras excusas. Rogamos que esto no sea un motivo más de enemistad entre los clanes.



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En el texto hay: vampiros, hombre lobo, kaisoo chanhun

Editado: 12.05.2023

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