Destinados

Capítulo 22

Frederick Robinson

 

Después del chequeo médico y de hablar con mis amores…aproveche que mi esposa e hija se marcharon a descansar para poder llamar a mi abogado y revisar mi testamento por última vez y agregar unas cosas, las cuales eran de suma importancia.

 

Al terminar de redactar mi testamento con ayuda de mi abogado y hacer el traspaso de todos mis vienes y dejarle ciertas sorpresas a mi princesa, firme todos los documentos…quería dejar todo resuelto para pasar mis últimos días con mi familia, ya que Marian me aviso que el doctor me daría de alta mañana en la tarde.

 

Lo único que si me dolía es que no podre ver a mi hija casarse, ni ver a mis nietos crecer y me duele aún más dejar sola a mi amada Marian… soy consciente de que ella sufrirá mucho cuando me vaya y mi único consuelo es saber que ella va a contar con nuestra hija en todo el proceso.

Me quede un rato pensando en todo lo que había vivido todos estos años con mi esposa y luego con la llegada de mi hija. Recordé todos los bellos momentos que pase con las dos mujeres de mi vida.

 

Vinieron los recuerdos de cuando mi esposa me dio la noticia de que seriamos padres, cuando nació mi hija, cuando dijo sus primeras palabras, cuando comenzó a caminar, cuando ingreso al jardín de niños, cuando ingreso a la primaria, lo feliz que estaba por ingresar a la secundaria, el día de su graduación…ese día se veía hermosa… y así siguieron llegando los recuerdos.

 

Tanto así que no supe en que momento me quedé dormido.

 

 

Al día siguiente

 

Me estaba terminando de alistar para poder irme a mi casa con mis dos tesoros. Los minutos pasaban lento ya quería regresar a mi casa y pasar mis últimos días con ellas.

Ya había dejado todos los traspasos en orden, escribí las cartas a los socios,

mande a hacer la placa para la oficina que ocuparía mi hija después de mi partida… todo estaba listo no quería dejar nada sin completar antes de morir.

 

Por fin el doctor firmo el acta de salida para poder ya regresar a casa, el camino se me hizo eterno y cuando llegamos lo única que quería era dormir. Ya que últimamente me cansaba mucho. Mi hija me llevo a hasta mi habitación y luego se marchó diciendo que tenía que ir a recoger sus libros para lo que le quedaba de la carrera.

 

Cuando me desperté le pedí a Marian que apenas llegara nuestra hija le dijera que necesitaba hablar con ella.

 

 

 

 

Tara Robinson Cox

 

Cuando llegamos a la casa mi padre se notaba cansado así que decidí llevarlo a su habitación para que descansara, luego me despedí de él y le dije que iría a la universidad por los libros. Fui a mi habitación tome mi bolso, las llaves y salí, me subí a mi auto y maneje hasta la universidad.

 Tenía que recoger mi nuevo horario y los libros de mis últimas dos materias, cuando llegue baje de mi auto y fui directo a recoger mis cosas pero cuando iba ya llegando a mi auto escuche esas voces tan conocidas para mi… eran mis amigos pero la verdad no tenía ganas de verlos en este momento.

Me volví y los vi corriendo hacia mí, y abrazaron; fue entonces cuando un sinfín de lágrimas empezaron a rodar por mis ojos sin permiso, claro para ellos no pasó desapercibido, pero no dijeron nada y solo me siguieron abrazando.

 

Pasaron unos minutos y cuando me sentí mejor nos separamos y decidimos ir a nuestra pizzería de siempre y decidí contarles todo, ellos solo me miraban.

 

 

 

 

 



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En el texto hay: hombres lobo mates amor

Editado: 25.07.2020

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