-Chico castaño-
El camino a la academia fue bastante largo, pero demasiado tranquilo. Al llegar había muchísimas personas en el patio principal de la entrada, la academia parecía un enorme castillo color blanco con crema, era simplemente asombroso, mejor de lo que en esos libros de historia lo describían.
Rubén bajo mi maleta y entre al gran patio. Tenía indicaciones de buscar a una chica llamada Anne la cual me mostraría la escuela, mi madre me dijo que todos ahí sabrían quién soy, por ser la princesa de Zendala, sin embargo nadie parecía mostrarme atención, lo cual agradecí.
Me dirigía a la entrada cuando tope con alguien.
-Lo sient...- antes de que pudiera terminar la frase me interrumpieron.
-Fíjate por donde caminas- escuche la voz de la pelinegra que tenía frente a mí, con lo que parecía jugo de manzana por toda su ropa.
-Perdón, no me fije-
-Es obvio que no te fijaste, si lo hubieras hecho tendría mi jugo en la mano y no en mi ropa- se los juro que su voz era tan egocéntrica que en ese momento no me arrepentí de haberle tirado el jugo encima. -A la próxima, fíjate por donde andas niñita, al menos que quieras tener problemas con una princesa- y antes de que pudiera decir algo se fue, no sin antes mirarme y decir
-esta gentuza-
Mis primeros minutos aquí y ya estoy haciendo amigos, eso es fantástico, espero hayan logrado entender mi sarcasmo.
Iba a seguir caminando cuando una chica me hablo.
-Hola, tu debes de ser Ellen- dijo la chica de pelo castaño con una gran sonrisa y un tono alegre.
-Si, ¿Cómo lo supiste?-
-Bueno, eres la única chica de tu edad que ve la academia como si nunca la hubiera visto antes- dice mientras se acerca a mi
-¿Tan obvia soy?- bufe mientras reía.
-Un poco-
-Tu eres Anne ¿No es así?- respondí
-Ese es mi nombre, estoy muy feliz de al fin conocerte, eres muy popular entre los elegidos de fuego, todos ellos saben que este año estudiaras aquí-
-¿De verdad?- trate de sonar algo interesada en el tema.
-¡Siii!, algunos elegidos de realidad también lo saben, no creas que es porque yo expandí el rumor, yo no haría eso- se quedo un momento en silencio -¡Bueno la verdad es que si lo hice! Eso... ¿Te molesta?-
-No, no para nada- le dije rápidamente -Es fantástico- la verdad es que es horrible, quería ser una chica normal y ahora la mitad de la academia sabe que la princesa de Zendala está aquí, pero no le iba a decir eso, no arruinaría la oportunidad de hacer mi primer amiga.
-¡Excelente! Entonces comencemos- esta chica tiene una energía y emoción altísima.
Comenzamos a caminar por toda la academia, mientras ella me contaba la historia de esta y me mostraba cada parte de ella, nada que yo no supiera, todo lo que ella me decía yo ya lo había leído en los libros que mi madre me dio, pero aun así deje que hablara, ya que por lo visto se sentía muy cómoda haciéndolo.
-Bueno, y por ultimo hacia allá, están los dormitorios- dijo Anne apuntando hacia unas escaleras. -Al subir de lado derecho están los de las mujeres y a la izquierda los de los hombres, ¿Tienes alguna duda?
-No, creo que todo está claro- murmure
-Perfecto, entonces si tienes alguna duda o necesitas ayuda en algo solo búscame, mi dormitorio es el 115 en el tercer piso- dijo con una sonrisa en su rostro -Oh por poco lo olvido, el tuyo es el 224 en el cuarto piso, esta es tu llave- saco una pequeña llave del bolso de su pantalón y me la entrego.
-Esta bien, muchas gracias por todo, nos vemos después- iba a dar la vuelta para dirigirme a mi habitación cuando hablo de nuevo.
-No olvides ir a la oficina del director a las 5, no te preocupes, solo te dará la bienvenida, es parte del protocolo-
-Perfecto, no lo olvidare- dije en voz baja
-Hasta luego, te veré en la fiesta de los armados esta noche- antes de que pudiera preguntarle cual fiesta, se esfumo entre una pared, por lo cual debe de ser una elegida de la tierra.
Eran las 4:30 de la tarde, así que fui a mi habitación para dejar mi maleta y cambiarme.
Cuando llegue a mi habitación me di cuenta de que la puerta estaba abierta así que entre, pero no había nadie ahí dentro, la habitación era grande y espaciosa, tenia dos camas grandes, una gran ventana y un pequeño balcón, la habitación estaba decorada con plantas por doquier, aunque no era exagerado, supongo que la persona con la que comparto habitación debe ser una elegida de la tierra también, el cuarto era demasiado lindo.
Guarde mis cosas y me puse algo más cómodo, salí de la habitación y me dirige a la oficina del director, al llega toque tres veces y espere una respuesta.
-Adelante- se escucho una voz al otro lado de la puerta. -Bienvenida a la academia Imax princesa Brown- dijo un hombre mayor cuando entre.
-Con todo respeto, preferiría que me llamaran solo Ellen- murmure
-Claro, entiendo lo abrumador que puede llegar a ser, pero venga, siéntense señorita Ellen- me acerque a un sillón que estaba al centro de la habitación y tome asiento. -Bueno como usted ya sabrá, soy Víctor Daurner el director de la academia Imax, Anne ya se habrá encargado de enseñarle la escuela, ¿No es así?-
-Si, lo hizo- respondí cortamente.
-Bueno, las clases comienzan mañana a primera hora, solo hay unas pocas reglas, las señoritas no pueden estar en los pasillos de las habitaciones de los hombre y los hombres en los de las señoritas, no queremos a ningún alumno rondando por los pasillos después de las 11 y cualquier falta de respeto o desobediencia tendrá consecuencias- dijo con autoridad. -¿Entendido?
-Entendido señor-
-Entonces si no tiene ninguna duda, puede retirarse, disfrute el resto del día- enseguida me pare y salí de su oficina.