Habían pasado dos días desde que Alice había visitado la biblioteca Shin, a su parecer esté, no traía ningún misterio como lo hacía ver su tarjeta, más bien el lugar tenía un ambiente frío que causaba escalofríos. Alice salió de su casa, lista para ir a dar un corto paseo a Dashi, su mascota, una cocker spaniel, la cual traía en sus manos. Antes de que ella soltara a Dashi al suelo, observó a lo lejos como algunas ramas de los arbustos del jardín empezaban a removerse. Ella frunció su ceño. El día era caluroso y ni una oleada de viento pasaba por ahí. Alice apretó más a su cuerpo a Dashi y se acercó a pasos lentos hasta observar la cabeza de cabellos marrones que intentaba esconder más entre los arbustos por cada paso que daba ella. Alice rodó sus ojos y soltó un bufido.
- ¿Qué haces ahí? ¿Acaso juegas a las escondidas? –pregunto molesta, mientras esperaba a que él saliera de su escondite.
Mateus mordió su labio inferior al sentirse atrapado por ella, se tardó unos minutos regañándose en medio de murmullos, para finalmente salir de su escondite –Hola –saludo descaradamente, como si fuese una casualidad.
-Responde, no es la primera vez que juegas al espía –hablo con un tono hostil.
-Solo intento…
-Protegerme –terminó la típica frase –No te cansas de decir lo mismo. Realmente no te entiendo. ¿De qué necesitas protegerme? ¿En qué problema te has metido?
Él tragó saliva y bajó su mirada avergonzado –lo siento –susurro.
-Eso no cambiarán las cosas –murmuró –Esta noche tendremos una comida con mis padres. No quiero que ellos piensen que tengo un novio obsesivo -soltó un suspiro -Espero esta noche me tengas una respuesta a mis preguntas.
-¿Qué? -Alice entrecerró sus ojos, dándole una advertencia. Mateus entendió su mensaje y asintió enseguida –está bien –respondió.
-Nos vemos esta noche.
-Iré por ti a la universidad -dijo antes de que ella se marchara.
-¡No hace falta! ¡Marcus va a ir por mí! -exclamó mientras se aleja.
La miro desaparecer de su campo de visión, y luego se acercó a su motocicleta, la cual estaba oculta unos metros más adelante, se subió en ella y observó por el espejo de su motocicleta el viejo Mustang de Abraham a unos metros atrás de donde estaba él. Rodó sus ojos y soltó un suspiro. Encendió el motor y antes de arrancar, miro llegar al chofer de los Collins, en un Kia K5, -Marcus -Susurro. Él lo saludo con un gesto amigable y arrancó su motocicleta.
. . .
Anzu caminaba a pasos apresurados hacia su universidad, sintiendo los pasos lentos y pesados de Siwon tras suyo, a pesar de que ella intentaba ser más rápida, él siempre iba cerca y con paso lentos. Ella soltó un suspiro y se paró de golpe girándose hacia Siwon mirándolo directamente a sus ojos azul marino.
- ¿Por qué me sigues? –pregunto frunciendo su ceño.
-Y ¿por qué no hacerlo? –respondió con un tono coqueto.
Anzu se acercó con pasos apresurados hasta Siwon frunciendo aún más su ceño –porque eso es acoso –dijo entre dientes, para luego alejarse unos cuantos pasos de él –podría denunciarte a la policía y posiblemente vayas a la cárcel.
Siwon asintió lentamente, luego se acercó a Anzu, quedando a unos cuantos centímetros de ella –Recuerda esto, no soy un humano -susurro, por luego alzar su voz -entonces, ir a un lugar de seguido para observar a una persona desde lejos y a escondidas todos los días, también podría llamarse acoso, ¿verdad?
Anzu se sorprendió, apareciendo un rojo vivo en sus mejillas.
-Por tu reacción supongo que sí –se alejó un poco ella con una sonrisa plasmada en su rostro.
- ¿Lo sabías? –frunció su ceño, anonadada.
-Te dije que no eres muy astuta –respondió Siwon sin dejar de sonreír. Ella soltó un bufido, se dio media vuelta y tomó su camino nuevamente a la universidad.
Siwon hizo una mueca y fue tras ella. Caminaron en completo silencio durante largos minutos, cada uno perdidos en sus pensamientos. De repente Siwon empezó a sentirse inquieto, quería acercarse a Anzu, saber más de ella, indagar en su vida. La idea que había estado diseñando no hubiera funcionado si no hubiese conocido a Alice. Tenía conocimiento de que a Anzu le gustaban las criaturas mitológicas, pero estaba seguro que si le hablaba de las aburridas conferencias que dictaba el mentor Chay, seguro se aburría.
-Tu amiga, Alice, ¿verdad? –dijo con tranquilidad, ella pasó su mirada a Siwon con ceño fruncido.
-¿Qué pasa con ella? ¿También piensas que es un demonio o un lucifer? –preguntó con cierta burla en sus palabras.
-Lo podría dudar –respondió con serenidad.
- ¿De qué hablas? Alice es humana –susurro lo último.
-Lo sé. Solo que, tiene un olor particular. Ella huele a cera –comentó pensativo.
- ¿Cera? -dijo desconcertada -No lo creo, más bien vainilla.
Siwon soltó una risilla –ustedes los humanos son muy simples para sentir olores complejos –se burló.
-Presumido –murmuró Anzu, él sonrió orgulloso –pero, ¿A qué te refieres con el olor a cera?
-Bueno, ese es el olor particular de los demonios, posiblemente tu amiga conozca a alguno.