Mateus salió conduciendo su motocicleta a una autopista solitaria. A lo lejos pudo observar un hombre parado en medio de la vía; obstaculizando su camino. Mateus no se dio la molestia de tocar su bocina, sabía perfectamente que no se iba a mover del camino; él frenó a unos cuantos centímetros de aquel hombre, quien tenía un semblante serio.
-Mateus Tolebar –dijo con un tono gélido.
El recién nombrado se sacó su casco y se recostó en su motocicleta, soltando una sonrisa burlona.
-¿Por qué no te mueves del camino? Estorbas -gruño -No he cometido algo ilegal –soltó un bufido.
-Todo lo que hacen es ilegal.
-No para la raza a la que pertenezco, por lo tanto, tampoco cuenta para ustedes. No tienes permitido condenarme -sonrió.
-Tienes razón, tienes toda la maldita razón –negó –pero no he venido a condenarte, he venido a matarte -dijo con tranquilidad.
Mateus fingió sorprenderse volviendo a sentarse en su lugar, para luego soltar una carcajada -¡Vamos, Siwon! ¡Déjate de bromas!
-No son bromas –hablo con tono gélido.
-Esta bien –comento indiferente –pero antes, quiero saber cual es mi crimen –habló con sarcasmo.
Siwon soltó una sonrisa burlona –Nada con el maldito diablo o con Corban. Es algo personal.
-Te escucho –dijo Mateus cruzando sus brazos en su pecho.
-1981 –comentó Siwon, Mateus rodó sus ojos fastidiado, odiaba tanto que le recordasen esas cuatro cifras -¿Lo recuerdas? Uno de tus mejores años, me imagino.
-Tu que sabes –bufo Mateus.
-Lo se, se que fue uno de tus mejores años, porque fuiste elegido para comerte el alma de un commons asesinado por orden de Nerón –dijo entre dientes.
Mateus asintió lentamente –Es verdad –Siwon hizo puño sus manos y su ceño está fruncido –pero no del todo, fue uno de mis peores años, esa alma nunca existió, nunca obtuve nada.
-¿Qué quieres decir? –preguntó Siwon, relajando su ceño.
-Que existen dos posibilidades, salvaron el alma de ese commons u otro demonio se robó mi premio.
-¿Qué? –susurro confundido.
-Además, ¿Por qué quieres vengarte? Tu amigo, Adrian, traicionó tu raza por una commons, él se enamoró del enemigo –recalco sus últimas palabras mientras se acercaba a Siwon con cautela – ¿ O acaso guardas algo más? -susurro.
Siwon frunció su ceño enseguida –No es de tu importancia –dijo esas últimas palabras antes de darse media vuelta, para abrir sus alas y desaparecer del lugar.
Mateus sonrió, negando con su cabeza, para luego colocarse su casco y seguir su camino.
. . .
Mavi caminaba de un lado al otro en ese almacén abandonado, sus tacones estaban tirados a un lado, no le importaba si sus pies estuvieran lastimados no quería oír el eco de sus zapatillas tocar el piso. De repente la puerta se abrió como rafaja de luz y sus ojos se abrieron más de lo normal al ver a Felix parado frente suyo, las manos empezaron a temblarle y no precisamente por el frío.
-¿Has traído lo que te he pedido? -ella asintió rápidamente metiendo su mano en el bolsillo de su abrigo y sacó el collar que había tomado del auto de Adrian.
Felix tomó el collar y tal como hizo con el otro, lo convirtió en ceniza, dejó que esta cayera al suelo y el viento la arrastrara.
-¿Qué va a suceder conmigo? -preguntó con una voz temerosa -¿me entregaras?
Felix levantó su mirada fría hacia ella y la tomó de los hombros con delicadeza -¿Tu qué crees? -alzó uno de sus hombros. Mavi entreabrió sus labios sin saber que responder -¿por qué escapaste de Osiris? -Mavi bajo su mirada y tragó saliva.
-Nada personal -alzó su mirada -alguna vez… -susurro -te segui, descubrí cómo pasar a la tierra -soltó un suspiro -era tan maravillosa, tan diferente a Osiris, no quería volver, y eso hice, cumplí mi deseo, me quede en la tierra. Con el tiempo me empecé a debilitar, deambulaba como una loca, pero feliz; perdí mis poderes -su mirada se volvió triste -casi muero, si no fuera por los Shinigami Shin, ni siquiera estuviera contigo teniendo esta conversación -Félix asintió.
-Lo recuerdo -susurro -tu madre te busco por todo Osiris. Te dio por muerta. Piensa que los arcángeles te asesinaron, y ahora tu hermano menor se ha unido al ejército de los guerreros para vengar tu muerte.
-¿Qué? -susurro sorprendida.
-¡Detente! -escucharon un grito desde la puerta.
Adrian corría hacia los dos con una expresión desesperada.
-¡Por favor! No entreges a Mavi -la tomo de su mano separandola de Felix para luego interponerse entre los dos -hemos servido a Osiris. Mavi ha ayudado mucho para que nosotros podamos entregar las almas robadas.
El semblante tranquilo de Félix cambió a uno furioso -¡Pusiste en peligro a Nia! -exclamó, luego soltó un suspiro -y a los dos también.
-¿De qué hablas? -frunció su ceño.
-Los collares -gruño -si sus direcciones no hubieran sido bloqueadas, hace mucho tiempo Corban te hubiese encontrado.