Las olas de mar pegaban suavemente a las rocas de la playa, las estrellas brillaban con esplendor y el foco enorme posicionado en el cielo daba un hermoso reflejo en el agua. Una sola canoa en la playa, en medio de la noche, había en el lugar, dentro de ella una mujer pelirroja e inconsciente, y fuera de ella, dos hombres.
-El triángulo del dragón -susurro.
-¿Estás seguro? -volvió a preguntar por enésima vez. Siwon asintió -Bien, lograremos entrar sin problema, diez kilómetros adentro, las olas empezaran a alborotarse, y los vientos se volveran feroces.
-Ella se encuentra en el centro del triángulo, ¿verdad? -dijo mirando el extenso mar.
-Así es -asintió Zaid junto con su respuesta -hay una pequeña isla.
-Bien, vamos.
Zaid asintió y subió a la barca, Siwon la empujó unos pasos para que la marea se la llevara y se subió en ella. Remaron juntos por horas y Siwon empezaba a desesperarse, el rostro de Anzu se veía pálido, sus labios no tenían color, y aun no encontraba su pulso, pero confiaba en los Shinigami, ellos le aseguraron que aún seguía con vida, pero que necesitaba ayuda urgente, en su pálido cuello traía una collar que fue un regalo de ellos, de este colgaba un dije de una flor de loto, la cual significaba pureza física y espiritual -la mantendrá a salvo hasta que lleguen a su destino -había prometido Elian.
Tal y como había dicho Zaid, las olas empezaron a azotarlos, poco a poco, moviendo la canoa de una forma violenta, y los vientos parecían silbar palabras, pero ellos no pararon y siguieron remando a pesar de estar empapados de agua salada. Más allá vino lo peor, un feroz huracán, venía hacia ellos.
-Hay que acercarnos a él -sugirió Zaid.
Siwon sin protestar acepto, poco a poco el agua fue salpicándonos con furia y la pequeña barca empezó a dar vueltas alrededor del agua, queriendo ser tragados por el remolino, y en pocos segundos el huracán los atacó, absorbiendo los remos, y enseguida a ellos, la canoa los dejo a su suerte; Siwon tomó rápidamente en sus brazos a Anzu, perdiendo de vista a Zaid. Con poca posibilidad de moverse al centro del huracán, Siwon se movió en círculos forzando salir, hasta que alguien lo jalo del cuello llevando al centro.
-Saca tus alas, hay que salir de aquí -ordenó Zaid.
Él asintió e hizo lo que le ordenó, y volando de forma circular salieron por el enorme hueco del huracán. Cuando lo vieron a lo lejos desaparecer entre las escasas nubes, bajaron un poco, observando a lo lejos la pequeña isla.
En cuanto llegaron a la playa, Siwon recostó a Anzu en la arena, y se sentó a su lado tomando un corto descanso.
-Está por amanecer -susurro.
Zaid asintió, mientras miraba hacia la isla -ahí -apunto -donde sale el humo, hay vive Borian, la joven bruja -empezó a caminar para adentrarse al lugar.
Siwon cargó a Anzu a su espalda y siguió a Zaid por un camino de piedra, que la bruja había construido.
-¿Cuántos años tiene? -pregunto curioso.
-Quinientos años. Dicen que ella había estado junto a una tripulación de soldados, ella era una rehén de aquel ejército, una hermosa joven de corta edad. Cuando quisieron acercarse a Japón, un huracán los embistió y un remolino se los trago, pero por una extraña razón ella apareció viva en la playa, ni siquiera ella sabía cómo había sobrevivido, fue rescatada -sonrió.
-¿Por la isla? -Zaid asintió.
-La isla quería que alguien la mantuviera viva, así que salvo a la chica, le brindó magia negra y le dio juventud eterna sin siquiera pedir su consentimiento.
-Está condenada.
-Así es -confirmó lo dicho en cuanto llegaron a una cabaña puntiaguda de madera.
Zaid se acercó rápidamente y tocó tres veces con una antigua manija que estaba colgada en la puerta, haciendo que la puerta se abriera enseguida, dejando ver una habitación oscura, con leña prendida en una pequeña esquina que parecía la cocina, una mesa de madera en el centro, unos viejas sillas, unas escaleras al otro lado que daba un pequeño balcón donde parecía haber un pasillo, ellos dieron unos pasos hasta que una voz femenina los interrumpió.
-¿Qué hacen aquí? -hablo desde el balcón, haciendo que sus miradas se posicionarán en ella.
Era una mujer joven, de un cuerpo delgado y estatura baja, de cabello negro, lacio y largo, de piel palida, cara fina, nariz respingada, labios gruesos y pequeños, ojos pequeños de orbes marron, y cejas curvas. En su frente tenia una extraña señal, una media luna delgada que parecia estar sonriendo; en su cuello traia un collar de una media luna, y vestia una vestido negro.
-Eres Boran, ¿verdad? Yo soy Zaid, él es Siwon, somos arcángeles.
-Lo he podido notar, ningún humano ha podido sobrevivir a la furia de la isla -hablo con tranquilidad -¿Por qué están aquí? ¿Y traen a una humana a un viaje tan peligroso?
-Necesitamos tu ayuda. Me imagino que te has enterado que las puertas a Blamon se han cerrado -se acercó Zaid para que la mujer lo mirara mejor.
-Me enteré que quemaron el Roble de Asttor -pasó su mirada al cuervo que estaba a su lado -pero hay una entrada a Kepler.
-Necesitamos salvar a la chica -dijo Siwon.