Punta Dorada, mayo 2013
El 1º de mayo todas las empresas del Consorcio que podían permitírselo, por no poseer líneas de producción continua, organizaban las reuniones para celebrar el día del trabajador para sus empleados, pero unos días más tarde y generalmente un sábado, había una recepción no tan formal para los ejecutivos del Consorcio. Aquel 4 de mayo, Ángelo terminaba de vestirse para asistir a la mencionada reunión cuando entró Damila seguida de Giulio, y era evidente que venían discutiendo.
Un poco después y con ayuda de Kelly, Ángelo había logrado entender que la discusión de los niños obedecía a que su sobrino tenía la peregrina idea de que Damila debía vestir algo más formal ese día, pero afortunadamente Kelly parecía tener muy buenas dotes diplomáticas y había resuelto el conflicto impidiendo que Damila se negase en redondo a ir o que Giulio terminase con un violento ataque de ira.
La reunión se llevaría a cabo en las instalaciones del club de la Hermandad Italiana de Punta Dorada que ya estaban completamente operativas, y a la misma asistiría todo el tren ejecutivo del Consorcio a nivel nacional, e incluso algunos de los que trabajaban en el extranjero, de manera que aquello estaba muy concurrido, algo que no gustaba especialmente al señor abogado.
Kelly no pretendía que lo cambiase y solo había querido fastidiarlo, pero como sucedía con todo lo que tenía que ver con el Consorcio, Ángelo se lo tomaba con mucha seriedad y sin dejar el más mínimo espacio para las bromas, de modo que lo dejó en paz y se preparó para una larga y aburrida sesión de presentaciones.
Como ya se había hecho costumbre, Nino se había encargado de la organización del evento, aunque en esta ocasión contó con la entusiasta participación y colaboración de su esposa y de Camelia.
Kelly ya conocía a algunos de los ejecutivos, pero como la anterior reunión se había efectuado en El Valle, Ángelo no había querido llevarla por cuestiones de seguridad, de manera que ciertamente le pareció que pasaban horas en el trámite de las presentaciones y hubo algunas personas que no le produjeron una buena impresión, entre las que se contaba una mujer muy bella rodeada de un aura de superioridad y agresividad casi tangible, pero lo que incomodó a Kelly no fue esto, sino la forma en la que la susodicha miraba a su marido.
Ángelo dejó su vaso sobre la mesa y la miró con el auténtico deseo de apalearla, porque sabía que aquella clase de comentarios no lo favorecían en nada estando Kelly presente, sin embargo, amarró su ira antes de decir algo.
La casi totalidad de los presentes sintió deseos de aplaudir a Camelia, porque, aunque sabían que Ángelo primero se cortaba la lengua antes que reñir o contestarle mal a Damila, también sabían que estaba furioso por lo que ella estaba diciendo y no estaban muy seguros de cómo podía terminar aquello. Kelly también se había puesto de pie para ir con Camelia y con su hija, de manera que Alessandro juntó las cejas pensando que si Damila hubiese sido un chico, era muy posible que la cabeza de Elena estuviese en franco peligro, y no porque le cayese especialmente mal, sino porque había percibido la incomodidad de Kelly y no había un crimen mayor para ella que hacerle cualquier daño a su madre por mínimo que este fuese.
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Editado: 24.04.2022