Destino de Sangre (libro 11. Sicaria)

Cap. 50 Venganza

 

Punta Dorada, mayo 2013

El 1º de mayo todas las empresas del Consorcio que podían permitírselo, por no poseer líneas de producción continua, organizaban las reuniones para celebrar el día del trabajador para sus empleados, pero unos días más tarde y generalmente un sábado, había una recepción no tan formal para los ejecutivos del Consorcio. Aquel 4 de mayo, Ángelo terminaba de vestirse para asistir a la mencionada reunión cuando entró Damila seguida de Giulio, y era evidente que venían discutiendo.

  • Pa, dile a este necio que me deje en paz o…
  • Io non sto facendo niente, è solo che…
  • Silencio los dos – ordenó Ángelo ya que ambos estaban hablando al mismo tiempo

Un poco después y con ayuda de Kelly, Ángelo había logrado entender que la discusión de los niños obedecía a que su sobrino tenía la peregrina idea de que Damila debía vestir algo más formal ese día, pero afortunadamente Kelly parecía tener muy buenas dotes diplomáticas y había resuelto el conflicto impidiendo que Damila se negase en redondo a ir o que Giulio terminase con un violento ataque de ira.

La reunión se llevaría a cabo en las instalaciones del club de la Hermandad Italiana de Punta Dorada que ya estaban completamente operativas, y a la misma asistiría todo el tren ejecutivo del Consorcio a nivel nacional, e incluso algunos de los que trabajaban en el extranjero, de manera que aquello estaba muy concurrido, algo que no gustaba especialmente al señor abogado.

  • Si esto no te agrada, no veo razón para que lo organices – dijo Kelly en tono burlón al ver su ceño
  • No importa si me agrada o no, es un deber del Consorcio para con sus trabajadores y es algo que mi bisabuelo nos impuso como norma, así que no seré yo quien cambie eso, bambina

Kelly no pretendía que lo cambiase y solo había querido fastidiarlo, pero como sucedía con todo lo que tenía que ver con el Consorcio, Ángelo se lo tomaba con mucha seriedad y sin dejar el más mínimo espacio para las bromas, de modo que lo dejó en paz y se preparó para una larga y aburrida sesión de presentaciones.

Como ya se había hecho costumbre, Nino se había encargado de la organización del evento, aunque en esta ocasión contó con la entusiasta participación y colaboración de su esposa y de Camelia.

Kelly ya conocía a algunos de los ejecutivos, pero como la anterior reunión se había efectuado en El Valle, Ángelo no había querido llevarla por cuestiones de seguridad, de manera que ciertamente le pareció que pasaban horas en el trámite de las presentaciones y hubo algunas personas que no le produjeron una buena impresión, entre las que se contaba una mujer muy bella rodeada de un aura de superioridad y agresividad casi tangible, pero lo que incomodó a Kelly no fue esto,  sino la forma en la que la susodicha miraba a su marido.

  • Tenía entendido que no te gustaba trabajar con mujeres, abogado – le dijo un poco más tarde
  • Y no me gusta, pero no puedo evitar que mis necios hermanos lo hagan – dijo él
  • Pero esa señorita con quien parece tener mucha confianza es contigo, porque no la vi saludar del mismo modo o con la misma efusividad a Albano o al señor Nicola – dijo Damila que por cierto al único que llamaba señor era a Nicola

Ángelo dejó su vaso sobre la mesa y la miró con el auténtico deseo de apalearla, porque sabía que aquella clase de comentarios no lo favorecían en nada estando Kelly presente, sin embargo, amarró su ira antes de decir algo.

  • Elena y yo nos conocemos desde la escuela, de manera que es natural que muestre una mayor confianza conmigo que con ellos, aunque te aseguro que yo no le he dado ninguna
  • Pues ella no parece necesitar que le des nada, aunque estoy segura que quiere…
  • ¿Mila, me acompañas? – interrumpió Camelia sujetándola por un brazo y poniéndose de pie

La casi totalidad de los presentes sintió deseos de aplaudir a Camelia, porque, aunque sabían que Ángelo primero se cortaba la lengua antes que reñir o contestarle mal a Damila, también sabían que estaba furioso por lo que ella estaba diciendo y no estaban muy seguros de cómo podía terminar aquello. Kelly también se había puesto de pie para ir con Camelia y con su hija, de manera que Alessandro juntó las cejas pensando que si Damila hubiese sido un chico, era muy posible que la cabeza de Elena estuviese en franco peligro, y no porque le cayese especialmente mal, sino porque había percibido la incomodidad de Kelly y no había un crimen mayor para ella que hacerle cualquier daño a su madre por mínimo que este fuese.

  • No te preocupes Ma, por muy bonita que sea esa tal, Pa no es tan necio como para meterse en un problema de ese tamaño – le dijo una vez que habían llegado a los servicios
  • ¿Bonita? – preguntó Camelia con una nota de burla en la voz y ellas la miraron, porque a menos que fuese ciega no entendían el tono – Tal vez ahora lo parezca, pero esa mujer ha pasado más tiempo en el quirófano que en ningún otro lugar
  • ¿Cómo sabes eso? – le preguntó Damila
  • Elena es amiga de tía Graciela, y he escuchado cuando mamá y tía Graciela han hablado del asunto




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.