Punta Dorada, septiembre 2013
Los días comenzaron a pasar y Samuel estableció una rutina. En las mañanas después del desayuno, se encerraba con Luigi en el estudio y se dedicaba a atenderlo, pero si bien estaba logrando avances con el chico, su verdadero trabajo estaba estancado, pues fuera de las horas de las comidas, tenía poca oportunidad de conversar con Kelly. Con las cosas así y siendo que ya llevaba dos semanas en Aravera, decidió recabar la ayuda de alguien, solo que no sabía a quién acudir.
Marino a pesar de ser una persona afable y conversadora, miraba a Samuel con suma desconfianza, y aunque este no tenía idea de la razón, le quedó claro que no podía acudir a él.
Ángelo estaba descartado de antemano, pues Samuel estaba perfectamente al tanto de cómo estaban las cosas entre la pareja. Luigi se había negado en redondo desde un inicio alegando que ya él había cumplido con su parte y no pensaba intervenir de ningún otro modo en el engaño. De manera que Samuel pensó que la llave para acercarse a Kelly era Luciano, y decidió hablar con él; el asunto era que si bien Luciano siempre sabía cómo o dónde localizarlo, no era su caso. Pero como Samuel no era estúpido y había notado que Luciano formaba parte del cuerpo de seguridad de la familia, se fue derecho a hablar con Bianco.
Bianco era normalmente simpático y de trato fácil, siempre y cuando no se tratase de un enemigo, y aunque Samuel no lo era, sabiendo lo que sabía de él y por qué estaba allí, no era que calificase como una de las personas favoritas de Bianco.
Quien venía por el pasillo era Silvano y había escuchado la conversación entrometiéndose en la misma, pero al ver al individuo hizo silencio, porque aunque no habían sido presentados, ciertamente estaba al tanto de quién era. En el caso de Samuel, tenía los ojos muy abiertos, porque estaba seguro de estar viendo una versión mucho más joven de Ángelo, así que concluyó que se trataba del hijo de éste.
La intención de Silvano y como de costumbre, había sido la de fastidiar, así que cuando escuchó la seca y poco habitual respuesta de Bianco, iba a preguntarle a su interlocutor qué le había hecho para ganarse su mala voluntad, pero al ver de quien se trataba, no necesitaba la mencionada respuesta.
Sin embargo, el desconcierto de Samuel debía ser muy evidente, así que Silvano rio, le pasó un brazo por encima de los hombros y comenzó a apartarlo de Bianco.
Samuel solía llegar a varias conclusiones rápidas con respecto a las personas, pero a la única que llegó con relación al joven aquel, no era una conclusión en realidad, sino un calificativo. Peligroso. Sin embargo, intentó recomponerse y le sonrió.
Aquella conversación le consumiría a Samuel casi toda la mañana, pero no consiguió hacer cambiar de opinión al crío aquel, de manera que terminaría por decirle cuál era su problema.
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Editado: 26.06.2022