Destino de Sangre (libro 13. Última Generación)

Cap. 41 Mala noticia

 

Punta Dorada, abril 2014

Aunque Damila estaba cansada, apenas entraron tuvieron que hacer frente al grupo de niños que habiendo estado en la escuela cuando se habían llevado a Vittoria a la clínica, estaban desesperados por tener noticias más amplias, de modo que en principio casi habían derribado a Kelly a Ángelo que habían llegado un poco antes que Damilia y Giulio, pero al verlos corrieron hacia ellos.

Una vez que les aseguraron que tanto Vittoria como el bebé estaban bien, Kelly los envió a la cama. Damila también había subido y se burlaba de las intenciones de Giulio de hacer construir una habitación en la planta baja, pero eso no lo detuvo y mientras ella tomaba un baño, él seguía exponiendo dónde y cómo se haría lo que estaba pensando. Cuando Damila salió, Giulio todavía seguía en lo mismo, aunque sería interrumpido por una llamada en la puerta.

  • Avanti – dijo él
  • Lamentamos interrumpir – se disculpó Ángelo

Damila sintió que el mundo comenzaba a girar a mucha velocidad al verlos entrar, porque tanto la visita en sí como la actitud de ambos, le indicaron con claridad que no eran portadores de buenas noticias.

  • ¿Ma? – preguntó aferrándose al marco de la puerta del vestidor

Sin embargo, quien se movió con celeridad fue Ángelo sujetándola y conduciéndola hasta la cama.

  • Succede? – preguntó Giulio

Ángelo miró a Kelly y eso disparó aún más los angustiados pensamientos de Damila que corrían desbocados en todas direcciones. Pensó primero en sus hermanos, luego en su padre y por ese camino desfilaron las figuras de todos sus parientes y fue disparando nombres en el orden que habían aparecido en su cabeza. Ángelo por su parte respiró profundo y se dispuso a decirle lo que evidentemente Kelly no podía.

  • Mila cálmate, todos ellos están bien – le dijo sujetando sus manos – Sin embargo, lamento mucho ser portador de una noticia muy triste. Esta tarde y mientras estábamos en la clínica, tu madre recibió una llamada de Gloria

La expresión de Damila era más de confusión que de otra cosa, mientras que Giulio que había estado mirando con atención a Kelly por cuyas mejillas habían comenzado a deslizarse las lágrimas, giró la cabeza al escuchar a Ángelo y de alguna manera supo lo que iba a decir incluso antes de que lo hiciera, de modo que se movió con rapidez hacia la cama situándose al lado de Damila y sujetándola por los hombros.

  • Pa… – había comenzado Damila al ver que Ángelo no continuaba
  • Linda… Melisa falleció esta mañana

La expresión de Damila no cambió en forma inmediata, así que Ángelo imaginó que le estaba costando asimilar la noticia. Sin embargo, un momento después, ella se puso pausadamente de pie con la mirada en el vacío.

  • ¿Esto tiene que ver con nosotros? – preguntó

De todo el mundo de cosas que hubiesen podido esperar, ciertamente no aquella, pero aun así Ángelo se recuperó con rapidez.

  • No Mila, esto…
  • ¿Cómo puedes estar tan seguro? – lo interrumpió
  • Bebé, esos sujetos persiguen a nuestros parientes, no a…
  • ¿No? – interrumpió ahora a Giulio – Creo que los Molinaro estarían en desacuerdo con eso
  • Mila…
  • Quiero hablar con Luciano – dijo encaminándose hacia la puerta

Aunque Giulio estaba sorprendido, quiso detenerla, pero Ángelo lo detuvo a él.

  • Déjala bambino
  • Ma…
  • Esto no es fácil para ella, y después de las experiencias vividas, es lógico que lo piense

Damila había salido al pasillo con intenciones como había dicho de hablar con Luciano, pero pareció recordar que él no era que habitase en forma permanente en aquella casa.

  • ¡Fabiani! – exclamó

Gianpaolo estaba comiendo y soltó los cubiertos emprendiendo la carrera al escuchar el grito por su DTR, ya que como de costumbre había un par de compañeros de guardia al inicio de las escaleras. Fredo que ya había comido y estaba tomándose el café, dejó caer la taza y corrió también, de manera que ambos llegaron al mismo tiempo.

  • ¿Montiel, estás bien?
  • Michelangeli, quiero hablar contigo ahora – gritó ella
  • Mensaje entregado – le llegó a los chicos la voz de Yuri
  • ¿Y? – preguntó ella
  • Ya recibió tu mensaje
  • Lo supongo, lo que quiero saber es cuánto demorará en llegar
  • ¿IP? – preguntó Gianpaolo
  • Unos quince o veinte minutos

Gianpaolo se lo dijo a Damila y ella le dio la espalda y volvió  a la habitación con Giulio siguiéndola. Ángelo se había quedado intentando tranquilizar a Kelly que hasta el momento parecía mucho más afectada que Damila. Sin embargo, un momento después,  decidió sacarla de allí o la pobre sufriría un colapso escuchando a su hija, pues Damila había comenzado a pasearse por la habitación profiriendo toda clase de insultos en contra de los Madonia, pero cuando comenzó a especificar lo que ella les haría si cayesen en sus manos, fue que Ángelo tomó la decisión de sacar a Kelly.

  • Fredo, ubica a Alessandro  donde quiera que esté
  • Bien, pero si necesitas… – y miró a Kelly con disimulo – te recuerdo que el doctor Arancibia sigue aquí
  • De acuerdo – dijo para sorpresa tanto de Gianpaolo como de Bianco que sabían que aquel individuo no le era simpático – búscalo y llévalo a la habitación del bambino




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